Los vigilantes de la playa I

Igual esto da para una serie. No debería distraerme de la novela pero me tengo que apartar durante un momento de la ficción para comentar un matiz muy de pantalónm corto y pelitos morenos al sol. Me refiero a ellos: los vigilantes de la playa.

Todo el litoral español está sembrado de casetas donde ellos, y ellas, se aburren mirando a la lontanaza. Y, llegado el caso del peligro, poco o nada pueden hacer puesto que las olas serán más grandes que su voluntad, o el ahogado se habrá ido hasta donde la prudencia no recomienda alcanzar.

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No es que tenga escasa fe en ellos, es que recuerdo lo que un día me contó el capitán de un ferry que hace la travesía: Algeciras-Ceuta: “un botezarvavidas no jirve pá ná. Un botezarvavidas zólo zirvepá quezajoguen tosjuntos los que zeiban a ajogá por zeparao”. Traduzco del gaditano: “un bote salvavivas no sirve para nada. Un bote salva vidas sólo sirve para que se ahoguen juntos los que se iban a ahogar por separado”.

De ser cierta la teoría de este lobo de mar: ¿tiene algún sentido mantener un cuerpo de vigilantes de la playa?, ¿no será mejor enseñar al personal a que no hagan el besugo en aguas peligrosas?

¿Y si hacemos oposiciones públicas para Vigilante del Estado, y que Fraga sea el presidente del tribunal?

¡Ese cuerpo que no pase hambre!

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6 Respuestas en “Los vigilantes de la playa I”

  1. La presidencia del tribunal, inmejorablemente elegida.
    Saludos,
    Diego

  2. laavutarda dice:

    La presidencia fue una dura pugna entre Chanquete, David Hasselhoff y Fraga. Ganó éste último porque tenía experiencia con lo de Palomares.

  3. Jose R dice:

    Una vez me caí en la bañera y cuando fueron mis hijos a sacarme no pudieron porque estaba enjabonado, así que me quitaron los restos de espuma con agua, (fria, coño), y yo estaba conmocionado, un tanto gilipollas, pero era capaz de sentir la vergÌenza de estar desnudo antes mis dos hijos de ocho años y catorce años, y de Santi, un amigo de su pandilla. Para terminar el cuadro entró Alipio, el portero, y entre todos me pusieron encima de la cama y llamaron al SAMUR. Alipio gritaba algo de que me había matao pero yo le decía que no y echaba espuma por la boca, que no era del shock sino del champú. Joder, qué mal rato.
    Han pasado cinco años pero me muero de vergÌenza cada vez que lo pienso. Pero si Fraga fuera el presidente del tribunal, como dice usted, me habría reido un montón al verle con esos calzones patrióticos.
    Por cierto: ¿alguien sabe si murieron el embajador de USA y el resto de la comitiva?, está claro que a Fraga le afectó porque todavía le duran las pilas.

  4. maria dice:

    Dn Manuel no es mi “santo” de cabecera, pero no dejo de reconocer, que es un gran político. No creo que haya otro como él en el panorama político actual. Es una pena
    A él nadie le dice que es ridículo, por hacerse una foto en Palomares, en la época. De los demás políticos echan sapos y culebras a la menor de cambio.
    No se si serán de utilidad los servicios de salvamento, pero no son momentos para propiciar el paro, paga papá ayuntamiento o comunidad
    y no creo que cobren demasiado. Los de Cruz Roja suelen ser voluntarios.

  5. Moises dice:

    Pues no se si seremos o no utiles los socorristas de la playa, pero supongo que las mas de 100 personas que se han salvado en las playas de Benalmadena en estos ultimos años gracias a la dedicacion y voluntariedad de Proteccion Civil y Cruz Roja pensaran que, aunque sea para que ellos puedan seguir viviendo, tiene algun sentido. Para ser un profesional no hace falta tener un sueldo, hace falta conocimiento, requisito mas que sobrado en la mayoria de voluntarios.

  6. laavutarda dice:

    Tiene razón, Moisés. No hay sueldo que pague el trabajo de los voluntarios, pero también habría que pedir al personal que no haga el bárbaro de manera tan alegre, (que no se bañen borrachos, que no vayan donde no hacen pie, que sepan nadar y que no es expongan cinco horas al sol).

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