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Nosotros los guapos

febrero 6th, 2013 - OPINION OTR/ Europa Press - Sin comentarios

(“OTR”/ EUROPA PRESS, miércoles 6 de febrero 2013)

No es el manido tópico de que la historia se repita mas bien parece que no salimos de lo mismo porque tendemos a la querencia de lo ya conocido. Lo que ahora vemos en ciertas esferas del poder es la reedición de la famosa “beutiful people” de los últimos años del felipismo. Vivimos la misma situación con un club de segundas esposas incluido; la imagen de Mariano Rubio jugando al golf en Guadalmina es parecida a las glotonerías de Bárcenas en Francia. Rubio inauguró el club de los guapos al que luego se unieron otros cuántos dirigentes socialistas, y en el PP cataron lo que era aquello durante la boda de El Escorial y así hasta los globos infantiles de Ana Mato que es ministra “porque yo lo valgo”, muy de champú e ideal, casi de desplegable de revista de modas. O de Guindos que no está para anunciar suavizante pero no puede renunciar a su aspecto de tomar el aperitivo en “Hevia” que es la guardería del pijerío madrileño de la calle Serrano. Los guapos se reconocen entre ellos, por eso nunca puede haber buena sintonía Guindos- Montoro, ni el elegante Gallardón tener buen trato con Fernández Díaz, entre ambos hay unas diferencias insalvables de sastrería.
Los guapos han sido siempre un clan que por extensión deja fuera a los feos que no tienen derecho a entrar en el reino de los cielos. Aquella “beutiful” de principio de los noventa fueron el pijerío que adelantó la caída de González que para entonces tenía encima una torrija de malas noticias. Esta nueva clase vip´s, los repipis de Mariano, lo tiene mas crudo porque ha nacido en plena edad del frío cuándo los barcos rompehielos se abren paso con dificultad en el mar de los parados. La realidad se muestra tozuda y lleva a que resulte extraño ver a un ex contable de un partido millonario o a una ministra de Sanidad encantada de haberse conocido, que tiene por normal pulirse mas de un millón de las antiguas pesetas en una fiesta de cumpleaños. La sombra de “El Bigotes” es alargada y la de los bolsos de Louis Vuitton ni te cuento.
Los guapos suelen aparecer al final de los mandatos, que se lo digan a Ricky Costa cuando estampaba deportivos por ir pensando en suceder a Camps, o a aquellos que se arrimaron a Matas para hacer negocio en Baleares. Guapo es también Urdangarin y para evitar el mal fario le han quitado de la web oficial de los reyes. Estos nuevos guapos han brotado demasiado pronto y a Rajoy, que es bastante normal salvo cuando le sale el ramalazo registrador no le gustan demasiado, quizá se refiera a ellos cuando dice que nada es verdad salvo algunas cosas publicadas. Los neopijos son esta verdad que vemos tan a menudo.

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Nuevos heterodoxos españoles

enero 18th, 2012 - OPINION OTR/ Europa Press - Sin comentarios

(Publicado en OTR/ EUROPA PRESS, miércoles 18 de enero, 2012)

Un siglo largo después de publicarse la gran obra que consagró a un jovencísimo Marcelino Menéndez y Pelayo, “Historia de los Heterodoxos Españoles”, urge crear una edición revisada en la que se incluya a esta generación nietos de “Rinconete y Cortadillo”, a su vez sobrinos de “Los Siete Niños de Écija” y primos de “El Dioni” por parte de madre. Sus hazañas no pueden quedarse en el papel de un periódico que luego se olvide y no se tenga con ellos el recuerdo que merecen.
Al margen de lo que dicte la sentencia en el juicio de Camps hemos escuchado la frase definitiva por parte de un antiguo colaborador suyo; Álvaro Pérez le calificó de “gilipollas”, a secas, tal y como se recoge en otro tratado formidable como es el “El Gran Libro de los Insultos” de Pancracio Celdrán, el castellano maneja una enorme riqueza semántica a la hora de insultar a alguien. Pérez pudo elegir otro adjetivo pero prefirió éste y al autor hay que respetarlo siempre porque suyo es el mérito de dar con la palabra exacta. Así pues creo que, a falta de editorial que se comprometa, ya tenemos el título para la nueva obra: “De amiguito del alma te quiero un huevo, a eres un perfecto gilipollas”, ese libro se puede agotar con la tinta caliente. No hay frase que defina mejor el hundimiento moral del alegre pelotazo del pasado, nada nos califica y nos pone en nuestro sitio como una traición telefónica desvelada, de aquellos tiempos estas escuchas. Eso, y ver a Camps leyendo un libro en la Sala es conmovedor, (sabíamos que el ex presidente valenciano podía conducir un descapotable por la pista de los Fórmula 1, y lo hacía sosteniendo el volante en una mano y saludando con la otra); a su lado la sin par Rita Barberá. Pero para leer le hacen falta las dos manos y estar sentado en un banquillo, nunca es tarde para llegar a la Literatura.
Sólo por estas conversaciones de taberna habría que incluir los nombres de Camps y de Costa entre los nuevos heterodoxos españoles. Ya don Marcelino en las “advertencias preliminares” de su obra nos hace referencia al que calificó de gran polígrafo Valenciano, Gregorio Mayans que tuvo que luchar contra algo tan rotundo como era “el espíritu cismontano que dominaba entre nuestros canonistas”. Y ese calificativo “cismontano” se le podría aplicar a Camps que lee las traiciones que le hicieron al Santo Job como si compartiera algo con aquel hombre rico que se sintió tentado por Satanás, pero el diablo no logró doblar su pulso, y salió triunfante con el doble de lo que antes tenía según dice el Antiguo Testamento.
En el caso de Camps si sale con el doble de lo que tenía le va a faltar armario para guardar chaquetas. Eso, y cambiar de teléfono móvil también.

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