Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Tras conocer la declaración de bienes de Francisco Camps el siguiente paso es urgir a Cáritas para que se ocupe de su situación y le atienda en la medida de lo posible; un caldo, una manta y un café caliente para empezar. Un presidente de Comunidad con novecientos euros en el banco y un coche de hace veinte años no es la imagen europea que deberíamos dar durante esta presidencia. En resumen, a Camps no le hace falta un brote verde sino un Plan Renove para que pueda mejorar la flota, o al menos cambiarle la rueda a la tartana. Es fascinante, cuando no tremendo, que tanto Camps como Rita Barberá tengan un coche más viejo que la furgoneta de los Chunguitos.
Bien está que el personal lo deje todo por servir a la patria pero de ahí a caer en la indigencia hay un paso que nunca se debería haber recorrido. Mariano Rajoy debería reconsiderar la decisión de presentar a Camps de nuevo a la candidatura de la CAV en tanto puede provocar la ruina de este señor y alejarle de la recuperación económica.
Y en éstas aparece Nacho Uriarte y se estampa en el coche a las siete de la mañana de un sábado en la calle Serrano. Y luego le hacen soplar y “sopló” con tanta eficacia que dio el doble de lo permitido por la DGT. Es decir que iba “superior” tirando a “sublime”, o como decía Juan Echanove en una serie de televisión: “llevaba un pedete lúcido”.
Normal, con esos coches que tienen los del PP lo habitual es que tengan accidentes. Ya le pasó a Ricardo Costa cuando se estampó con el Pijo-móvil que es un vehículo mitad coche, mitad avión. Afortunadamente sólo han sido daños de chapa y apenas una dimisión. Poca cosa. Lo malo es lo de Camps, en la próxima campaña del Domund habrá que pedir “algo para Paco, por caridad”.
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