Entradas en enero, 2003


Es duro ser un muñeco

enero 15th, 2003 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Estimado señor Piolín: ¡qué duro es ser un muñeco alegre con los tiempos que corren!, no sé cómo le quedan ganas de dar saltitos para salir en el vídeo familiar. El sistema capitalista de contratación de espectáculos no siente piedad ni siquiera por los que hacen reír a sus hijos. Claro que tampoco eso es una novedad, que se lo digan a los viejos trabajadores del circo que subsisten con una paga precaria y forzados a ser equilibristas en el alambre de por vida. Y, ahora, usted que era un muñeco deseado por los niños se tiene que ver convertido en un parado más de los que hacen cola los lunes al sol, porque la letra pequeña decía que le podían despedir de un día para otro. Al empresario sin escrúpulos le trae al pairo que sus trabajadores sean felices y si les tiene que bajar de la obra lo hace sin reparo alguno, y las reclamaciones al maestro armero.
Y usted actor que da vida al cuerpo del muñeco se encuentra en la calle porque han recortado presupuesto. En su derecho están, que para eso el presupuesto es suyo, y la empresa (off course que decimos en Córdoba) pero lo ideal sería otro sistema de contratación que fuera más justo con los trabajadores de un parque de ocio, con aquellos que se meten en la piel del muñeco para salir en la foto. Para ese menester también hay que tener una formación acreditada, pero lo cierto es que no lo aprecian, ni saben valorarlo; creen que para ese menester cualquiera sirve y les aseguro que no es así. Una sociedad que desdeña a sus payasos, despide a sus muñecos, ahorra en diversiones y se mustia ante la adversidad no puede ser tomada en serio. Ramón Gómez de la Serna, amante de Madrid y del circo, habría despotricado contra este atropello.

Ahora sabemos por qué a los muñecos no les dejan abrir la boca, para que no canten las excelencias de su relación laboral. Se piensa que ahí dentro, metidos en los laberintos de trapo, son seres sin derecho ni obligaciones. El juez dirá en su momento, pero se intuye que alguna defensa les cabe, no van a ser mudos y además silenciados, que es peor. Esperemos, pues, a que haya sentencia. Estos cuatro piolines-actores tienen razones para pensar que fuera de la Warner existe una vida mejor. No hay nada más que ver lo bien que se portan con Micky Mouse y eso que tiene más de sesenta años. Tiene suerte el ratón americano, podrán pensar, porque si hubiera sido español, al cumplir esa edad estaría en un asilo rascándose las orejas y contando batallitas de colores

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El placer de conducir

enero 13th, 2003 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Señor Gilarranz: ¿Le suena esta película? Primera secuencia, una carretera vacía, se abre el plano y un brazo asoma del vehículo.Apenas hay ruido de motor, sólo los pelillos erizados nos dan sensación de velocidad y lujo. Los datos que maneja este periódico indican que el anuncio gustó mucho en el Ayuntamiento; el entusiasmo se tradujo en el alquiler por cuatro años de 13 vehículos de gama alta para uso y disfrute de los directivos del Samur. 800.000 euros, (en duros asciende a una barbaridad, créame). La historia podría hablar sólo del buen gusto que tienen en cuanto a coches, si no fuera por el precio que se pagó por ellos y por lo extraño del concurso de adjudicación.
Primero sólo se presenta una empresa y un informe del Ayuntamiento recomienda desestimarla por falta de solvencia, y del concurso fallido pasamos a una adjudicación digital que provoca que rasque la marcha atrás y un sonido algo estridente, muy desagradable.Añádase a eso que como informe de vehículo ideal para las urgencias se adjuntaba una fotocopia del BMW X5, uno de los coches más deseados por los españoles y que son de los que provocan tortícolis al verlos circular. No se buscaba un vehículo con ciertas características, como pudiera haber varios en el mercado, sino ése coche.

La maniobra es de patinazo y de levantar polvo con las ruedas traseras. En Inglaterra dicen que Carlos de ídem está deprimido porque le han afeado la conducta, el príncipe recomienda el consumo de productos del país y él conduce coches alemanes. Aplíquese el cuento. No es que los mandos del Samur tengan que ir en el carro de Manolo Escobar, ni uno de los burros que cuida mi amigo Pascual Rovira en la reserva de Rute, (y a los que Alberti y Cela amaban porque conocían su tracción a las cuatro ruedas).

Lo extraño de la maniobra es el derrapaje en la adjudicación.Y una vez se aclare el asunto, que gane la mejor oferta. Nadie les discute el derecho a conducir un vehículo que esté a la altura del trabajo in extremis que exige el Samur. Como nadie puede pensar que se les dé otro uso que no sea el laboral. Nunca se ha visto un vehículo del Samur con la baca repleta, suegra y jaula de canario, rumbo a Benidorm. Como el servicio es básico para Madrid y muy querido por sus ciudadanos, que se sienten orgullosos de su eficacia, no estaría mal que explicaran el por qué del placer de conducir. O en otro caso le pueden afear la conducta y decir que han comprado unos coches tan buenos que más que automáticos se conducen a dedo.

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Dos carreras, una meta

enero 10th, 2003 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Señor Del Río de Sola: ha decidido cambiar el traje de concejal por las zapatillas de atleta del 2012, con la sana esperanza de que Madrid alcance esa cita olímpica y también de que su partido esté en el poder para disfrutarla. En cierto sentido son dos carreras la suya: la política y la personal; metas más imposibles hemos visto. Lo que pasa es que en política estamos acostumbrados a ver a los que nadan y guardan la ropa pero no a los que se lanzan al maratón de la aventura. Deja la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid para dedicarse al 2012 que, con la ayuda de Rappel, de Florentino y de otros brujos más, puede encarnarse en una antorcha flamígera haciendo el tramo final por el paseo de la Castellana. En esa carrera sepa que cuenta con el apoyo de todos, Madrid es una ciudad llena de gente en chándal los domingos. Otra cosa es que hagan deporte; su misión es convencerlos de que mover el cuerpo es mover la salud y darle larga vida al rock and roll. Lo bueno que tiene usted es que practica con el ejemplo, le gusta el deporte y lo ensalza como receta colectiva.A eso se le llama coherencia con las ideas y concreción de las acciones.
Ahora bien: ¿no podía haber elegido otro día para anunciar su salida? Si va a ser en el mes de mayo, mire la cantidad de fechas sueltas que le quedan al calendario para salir en la foto. Piense que quizá Ana Botella se haya tomado a mal que, justo cuando ella anuncia el sí quiero, (con efectos especiales de nevada incluida), usted dice adiós. Suena a letra de merengue: quítate tú pá ponerme yo. Quizá a algún malévolo columnista le parezca que se marcha porque no está conforme con la llegada de Botella.Ya sabe que la política es el arte de hacer mil cosas, pasar desapercibido por ellas; hacer una sola cosa mal y llevarlo para toda la vida. No nos puede decir que no lo sabía. Hasta los hombres del tiempo decían el martes: «mañana nevará sobre media España y Ana Botella dirá sí a la oferta de Gallardón».

Nunca mejor dicho y con todos los respetos, señor Del Río: pasa a mejor vida. Va a dedicarse al noble oficio de planear y pensar, de sacar planos y de convencer voluntades. Si es cierto que la capital de España tiene una olimpiada, el diseño de esa ciudad futura sólo está en su cabeza. No se puede imaginar la cantidad de amigos que le van a salir al paso y los que le van a pedir dos entraditas centradas. En todo caso se lo ha tomado con espíritu olímpico. Como dijo Luis XIV camino del patíbulo, aquella mañana tibia en París: «¡Todo lo que sea por mejorar!».

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El camaleón rosa

enero 6th, 2003 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Señor Mendiluce… Aprovechemos que es el día de la ilusión mágica para levantar una ceja y preguntarnos por qué ahora el candidato Mendiluce dice que no es verde sino rosa y que para llegar a verde pasó por rojo e incluso por caqui con los refugiados de ACNUR. Y podremos llegar a la conclusión de que no es voto todo lo que mendi-luce, en su anuncio hay mucho de vedette y poco de contenido. Los verdes de toda la vida están que echan las muelas con un sujeto al que consideran un paracaidista en Madrid que viene a dividir el voto de la izquierda y a favorecer a la derecha.
Hubo un tiempo no muy lejano en el que la ideología era lo que arrastraba a las urnas, pero desde que Fernández de la Mora se marcó El Crepúsculo de las ideologías muchos han pensado que la política necesita de cheer-leaders para animar el mitin con el pompón. En época de Tierno, Mendiluce podría haberse sacado un pecho como Susana Estrada sin que hubiera sido noticia, signo inequívoco de la degradación de los tiempos. Nos hemos perdido el apunte satírico de Alfonso Guerra. Olvida el candidato de luces que la homosexualidad es una forma de entender la vida, no una opción política que una a los que sienten como él. Homosexuales hay en la derecha, en la izquierda y en lo que queda de centro después del largo viaje. Eso lo sabe bien Pedro Zerolo que preside a los gays y lesbianas y al que nunca se le ha ocurrido salir con la bandera de la unidad, sino con la consigna más humilde de la convivencia y el respeto. Y también los hay que pasan de votar cuando se les intenta llamar con boberías.

Como todo argumento de peso, el candidato tricolor: rojo/verde/rosa, dice que Gallardón hace política de izquierda con pátina de derecha, y Trinidad Jiménez lo mismo pero en dirección contraria. Como diría el castizo: «¡toma del frasco Carrasco!» Igual lo ha aprendido de Lao-Tse partidario de no hacer nada y dejar que las cosas sigan su curso.

Nos podríamos preguntar también a quién beneficia más el anuncio, si a los verdes o al candidato que se ha hecho una campaña de imagen gratis. Y si en todo caso no alcanza la Alcaldía de Madrid, como es su firme propósito, porque cuando uno es candidato sale a ganar y no a que le miren, piensa abanderar a otro grupo de colectivos. Por ejemplo, los que odian los lunes, los que se meten el dedo en la nariz, los que se saltan las colas o los que nunca van al teatro. Ahí, créame, tiene un filón inagotable.

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