Entradas etiquetadas como ‘Infanta Cristina’


Gallardón y el Greco

abril 8th, 2014 - "Las Provincias" - Sin comentarios

(“LAS PROVINCIAS“/VOCENTO, martes 8 de abril 2014)

El Ministro de Justicia para conmemorar el IV Centenario del Greco ha decidido vestir a los jueces de personajes del pintor griego más toledano que se conoce; les ha hecho un traje en toda condición, pero también se lo ha hecho a sí mismo disfrazándose de corregidor antiguo. Los jueces dicen que los militariza, claro, pero con lanza de los Tercios de Flandes y no como los soldados modernos que gozan hasta de visores nocturnos. Gallardón escucha las quejas pero hace que está pintado al óleo y por eso ha ejecutado su Ley Orgánica del Poder Judicial por la que piensa ser recordado, (y no sabe bien de qué manera). Hasta el Fiscal General del Estado ha mostrado su posición contraria.

A partir de ahora los jueces que resuelvan casos especialmente complejos irán de tres en tres, en comandita togada. Veremos llegar al juzgado de Palma al juez Castro en su moto con dos colegas más, (si tienen que ir juntos supongo que también se referirá al asiento de la vespa). Veremos cómo los tres togados salen a tomar café y cómo se dividen los sumarios sentados alrededor de una misma mesa. La idea es acabar con jueces al estilo Elpidio Silva que en un rapto de independencia, (¡se habrá creído!), mandó a Blesa a pasar unos días a Soto del Real. Y, por supuesto evitar las imágenes de la jueza Alaya bajándose del taxi con la maleta, en adelante otros dos le acompañarán en la investigadora de los ERE, quizá con suerte uno de ellos se ofrezca para ayudarle con la maleta como buen cirineo.

La virtud de esta reforma es que ha conseguido unir al colectivo judicial en su contra y no lo tenía fácil, Gallardón se queda sólo pero satisfecho. Algunos mal pensados, que también los hay, creen que es una forma de que la política meta la nariz en la judicatura porque será una decisión política la que nombre la terna de los casos complejos de tal forma que se garantice la presencia de “alguno de los nuestros” en sumarios peliagudos. Es aventurado jugar a toga-ficción pero con este golpe de mano seguro que la infanta Cristina no estaría imputada.

Y, por si acaso, otorga categoría de aforados al príncipe y a la reina, por lo que pudiera pasar. El número de “desaforados” en España es infinito, sobre todo los fines de semana por la noche, pero el número de aforados es obsceno y se extiende a políticos de tercera fila que viven en la nube gris de los que aprietan el botón en las asambleas y cortes regionales; algunos ya le pueden dar las gracias al cielo por gozar de ese escudo protector.

Gallardón, aquel presidente de Madrid que iba de enrollado verso suelto y de motero con chupa de cuero, aquel que se distanciaba de la carcundia existente en su partido, el eterno enemigo de Esperanza Aguirre pero amigo de Felipe González con el que compartió algunas presentaciones y abrazos es el mismo que ahora vemos convertido en oscuro personaje secundario en el coro del entierro del conde de Orgaz.

Compartir:


Romance de la rampa

febrero 11th, 2014 - "Las Provincias" - 1 Comentario

(“LAS PROVINCIAS“/VOCENTO, martes 11 de febrero 2014)

En la entrada de los juzgados de Palma de Mallorca debería figurar la frase de Groucho Marx: “disculpen si les llamo caballeros pero es que todavía no les conozco”. Frase que resume a la perfección el baile de truhanes y el desfile de presuntos que se echan tierra encima unos a otros. La Infanta Cristina participa también de este poco ejemplar espectáculo pero sin renunciar a uno sólo de sus privilegios.
La defensa de la Infanta ha optado por una estrategia de cabaret que nos ha tenido pendientes de una rampa como hacía años mirábamos a Norma Duval descender las escaleras del Folies Bergere de París. La Infanta podía haber hecho un digno paseíllo pero eligió entrar en coche y en la puerta ser saludada por su abogado que en acto de genuflexión sólo le faltó añadir a un niño con un ramo de flores como si la Infanta en lugar de dar cuentas ante la Justicia fuera a inaugurar una casa de la cultura. La defensa seguro que ha estudiado al milímetro la imagen de desaliño intelectual que presentaba la Infanta, una desmemoria de ciclogénesis explosiva. Por cierto, en su vida había sido preguntada con tanta intensidad y mucho menos se habían dirigido a ella de usted como hizo el juez Castro, menudo sofoco por tanto.
La declaración fue extensa en tiempo pero se podría resumir en un no sabe/no contesta repetido hasta la extenuación y entre sonidos de vuvuzelas que llegaban desde la calle dónde un grupo de poco partidarios se hacían notar. El no saber de la Infanta no le exime del cumplimiento de la Ley salvo, claro está, que la defensa crea que también va a cruzar por el Código Penal en coche. Se entiende mal el entusiasmo que mostraron a la salida ante los micrófonos.
Llevados por ese desvarío todo se reduce a un espectáculo más propio de opereta que de zarzuela con Urdangarin en el papel de malo que engañó a su mujer de mala manera para obtener un lucro empresarial desmesurado. Y ella inocente porque no recuerda, no sabe, no estaba, no sabía. En serio: San Valentín el viernes y estamos ante una historia de amor que si se ambiente en Venecia, en lugar de en Pedralbes, seria un best-seller de gran tirada. Una vez superada la rampa que tanto juego nos dio, y metidos en este gran despropósito, ¿por qué no incluimos a la famosa rampa como meta volante en la Vuelta Ciclista a España?, al menos se le sacaría un rendimiento comercial que ahora no tiene.
En este romance en el que todos juegan con cartas marcadas hay una parte perversa que no se puede eludir: Urdangarin sigue siendo duque grande de España y Cristina mantiene su posición en la línea hereditaria, asuntos que perjudican a la Corona que significa ejemplaridad y continuidad en el tiempo. Quizá eso no lo ha tenido en cuenta la defensa que está metida en el espectáculo pero no parece ver mucho más allá. Será que piensan esgrimir la atenuante de loco amor pasional como hacen en las telenovelas venezolanas.

Compartir:


La rampa de Mallorca

enero 16th, 2014 - el boletín - Sin comentarios

(“EL BOLETIN“, jueves 16 de enero 2014)

La famosa rampa por la que se accede a los juzgados de Mallorca y que en su día recorrió Urdangarin con mas miedo que vergüenza es objeto de polémica. Se equivocan los que creen que la rampa es solo para acceder, también se sale por ella y estoy viendo que el juez Castro podría salir expulsado por el Fiscal con el que antes tomaba café pero ahora se lleva extraordinariamente mal. En ese río revuelto pescan Gallardón, Aguirre y los que manifiestan a pecho descubierto que la infanta Cristina debería tener un trato mas amable, (iguales ante la Ley puede pero ante una rampa no, ¡hasta ahí podríamos llegar!).
De aquí al día 8 de febrero, y si llegara el caso, seguro que se podría reconvertir la rampa en escalera de caracol, mármol por supuesto, que le otorga mayor prestancia a la declaración de una infanta. En España nadie tiene la experiencia de Norma Duval en bajar escaleras y no sería extraño que la infanta estuviera recibiendo clases de cómo pisar con garbo. Llegado el momento el Ministro de Justicia podría quitarse la chaqueta para permitir que Cristina de Borbón caminara sobre ella en gesto propio de la letra de “Relicario” aunque no fuera el día de San Eugenio como dice la copla. Gallardón se trabaja como nadie que Antonio López le incluya en el retrato de la familia real como el tercer infantito, ya que en política dice que lo ha conseguido todo sólo le queda ser uno de los cuadros mas vistos en el Reina Sofía, no está mal acabar en óleo la historia de una ambición aunque a él tampoco le importaría que le premiaran con un ducado, el de la Real Pelota.
La rampa de Mallorca nos va a ocupar durante un tiempo y no descartemos nuevos movimientos de estrategia como cambiar la sede de los juzgados a otro sitio que no tenga la funesta bajada que los abogados de la infanta temen. Dicen que son diecisiete pasos los que hay que dar hasta llegar a la puerta y ese ratito se pasa regular cuando uno va cargado de soberbia.
Veremos lo que pasa pero este asunto no acaba aquí ni mucho menos. Si alguien tiene posibilidades de hacer ese paseíllo es el juez Castro y en dirección a la calle. Cosas mas raras hemos visto disfrazadas de ataques de orgullo democrático.

Compartir:


Cuidado con los entusiastas

enero 12th, 2014 - la gaceta de salamanca - Sin comentarios

(“La Gaceta de Salamanca“, domingo 12 de enero 2014)

A la monarquía no le falta luz sobre el atril de los discursos, le falta luz en otras partes pero antes que eso le sobran pelotas y aduladores que no le llevan a ninguna parte. Por un lado están los que le ponen photoshop al rey para que parezca un galán de cine y aquellos que le jalean como si fuera el joven monarca de los inicios de la transición, y por otro los que se pasan el día echando sifón a los problemas de la Casa Real para ver si consiguen rebajar la gravedad de los mismos.
La defensa de la infanta Cristina basa sus “sólidos argumentos” en que una mujer enamorada nunca discrepa de su marido y llevada por el amor ciego es capaz de firmar dónde sea porque ser mujer les debe parecer una discapacidad como otra cualquiera. El argumento es simple, machista y algo ruin porque deja el criterio intelectual de la infanta Cristina en niveles de pre-adolescencia. Si tan nocivo es Urdangarin entonces lo que se impone es rescatar a la infanta de los brazos de ese mal hombre que le lleva por la calle de la amargura y la estafa. O eso, o cambia la ley Penal que en ningún caso puede tener efectos retroactivos por mucho que se empeñen algunos. De momento no se contempla la eximente de amor profundo, no parece que ningún tribunal la pueda tener en cuenta porque tampoco hay “amorómetros” que calculen el grado de intoxicación en la pareja para firmar documentos malignos.
No sé qué tipo de estrategia penal está detrás de la defensa de Cristina de Borbón pero parece que nos quieren hacer ver que Urdangarin era la bruja que le dio a probar la manzana emponzoñada del cuento y que ella cayó bajo los efectos de un profundo sueño en el que no distinguía cierto de falso, y en el que pasaba por alto las declaraciones de la Renta porque anteponía declaraciones de amor. Quizá no cuele como argumento jurídico de la defensa pero da para guión de película taquillera.
Cuidado con los entusiastas porque se les va la mano con los argumentos y con el estiramiento del photoshop, ellos son el principal problema que rodea a la Zarzuela en estos momentos de “martirio”. Estos son los que contaminan el ambiente porque no son conscientes del flaco favor que prestan. Sobran reales pelotas y faltan espejos en los que se pueda reflejar la verdad de un asunto turbio que ha llegado muy lejos.
El amor no sirve como eximente, ni como agravante. El amor no es un narcótico que nos aísla de las obligaciones. Esta vez el entusiasta de guardia se ha pasado varios ducados al construir un escudo protector que provoca sonrojo, no se puede llamar tontos a todo el mundo sin que te devuelvan un tomatazo.

Compartir:


La infanta imputada

enero 8th, 2014 - el boletín - Sin comentarios

(“EL BOLETIN“, miércoles 8 de enero 2013)

Si con suerte prospera el recurso presentado por Miguel Roca la Infanta se librará de hacer el paseíllo a los juzgados de Mallorca justo el día de la Mujer Trabajadora, que ya es casualidad de calendario y hasta un poco coña judicial. Si una maniobra ágil de su abogado le aleja del patíbulo mediático la Infanta Cristina saldrá indemne de su viacrucis penal pero lo que no va a conseguir es borrar su sombra de los tejemanejes y chanchullos en los que ha estado metida. Ya se puede poner la mantilla y dar cuarenta golpes de pecho que su imagen va a estar asociada a la de su marido el todavía Duque de Palma.
Imputada no es culpable, es evidente, aunque los tertulianos de “Sálvame” le quieran hacer un tribunal de honor como si fuera una Pantoja cualquiera. Su futuro procesal queda en manos de la defensa, de los recursos, de lo que diga el juez Castro pero su imagen quedará impregnada de aquellos años en los que con su marido caminaron juntos por el tejado de la tapia de la impunidad. Se creyeron Bonnie & Clyde por las calles de Pedralbes y entre la euforia de los años del pelotazo y el cursillo de empresario a distancia que había estudiado Urdangarin trataron de apoderarse de cuantos barcos cargados de tesoros cruzaron la piscina de Pedralbes. Eran tiempos heroicos de gastar a lo loco y de contratar magos a precio de joyeros para la fiesta de los niños, daba igual porque nadie reparaba en facturas. Y, por si fuera poco, una escolta de Zarzuela alejaba a los paparazzi, la única foto era la que se ofrecía de la pareja en la tribuna de un desfile. Hoy escuece recordarlo pero ante la presencia de los Duques de Palma se rindieron honores y hasta la bandera se agachó.
Las amigas de Cristina huyen de los focos mediáticos para no dar explicaciones, a la pareja le fallan apoyos para salir a cenar, quizá por eso se marcharon a Suiza dónde viven la otra vida que aquí se les agotó en cuanto aparecieron los primeros indicios. Conste que lo intentaron todo: cuando la cosa se puso oscura Urdangarin rescató del garaje un viejo coche de color verde para dar imagen de señor de su casa, pero ya no colaba. Por esos días alguien hizo una foto de la infanta llegando a su trabajo en Barcelona, detrás había un cartel tremendo: “Mango” decía.
Cristina e Iñaki nunca tendrán un cuadro en el Museo del Prado, pasarán a la Historia de otra manera mas prosaica.

Compartir:


Cristina Imputada

abril 7th, 2013 - la gaceta de salamanca - Sin comentarios

(“LA GACETA DE SALAMANCA“, domingo 7 de abril de 2013)

El deporte no siempre es salud y si no que se lo digan a la infanta Cristina que por culpa de unos Juegos Olímpicos se le cruzó en la vida un jugador de balonmano. La infanta no puede desligar su condición de afín a su marido así como tampoco puede negar que es la hija del rey. Todo forma parte de la teoría de la pared, quién mas y quién menos nos apoyamos en otra persona próxima de la que no nos podemos desligar. Sucede que en el caso de la infanta también se apoya en la línea sucesoria y eso son palabras mayores en una institución basada en la sangre y en la herencia, de ahí que se le pudiera pedir una mayor ejemplaridad de la que ha tenido al margen de la situación procesal que decidan en el juzgado.
Es verdad que Cristina no puede desligarse de ser hija de su padre y que esa circunstancia podría haber sido relevante, según Torres, para que Nóos hiciera caja con fines espúreos porque el aún duque parece que tenía intenciones crematísticas allí dónde se leía entidad sin ánimo de lucro. En eso está la pelea técnica del fiscal con el juez y en los próximos días sabremos si la infanta tiene que pasar por el juzgado pero la extraña situación afecta al resto de personas “adosadas” a su vida: padre, marido, institución y hasta la marca España según Margallo. Esa responsabilidad en cascada provoca que las ondas del lago en el que ha caído la piedra de la sospecha lleguen a los pies del príncipe y que algunos maniobren para que convenza al rey para que abdique.
Cristina está entre varios frentes, ninguno bueno: el matrimonio, la antigua representación en Nóos, los correos que pudiera aportar Torres y su propio destino. No se trata de un escándalo más, huele a cambio de ciclo. No se escuchan los tambores republicanos por el monte pero si que a la monarquía le corresponde marcar un nuevo rumbo si no quiere que el ciudadano deje de creer en ella y empiece a pensar por sí mismo. Una infanta imputada es malo y una infanta indultada por la fiscalía anticorrupción antes de tiempo también es mal asunto.
Para la defensa se ha contado con Miguel Roca, padre de la Constitución, y por lo tanto personaje secundario de “Cuéntame”. El abogado simpático que va en moto y representa a Urdangarin ya no vale. A Roca le han llamado desde Zarzuela porque el rey asume la defensa de su hija, (lo haría cualquier padre), pero entonces el rey deberá asumir también las consecuencias de la imputación.
Demasiadas cartas se apoyan en este castillo de naipes construido en un lugar desprotegido de los vientos. Si alguna cae hará un gran estruendo con epicentro en el chalet millonario de Pedralbes, “Villa Ambiciones II”.

Compartir:


Él y “Nóos”

febrero 28th, 2012 - COLPISA/ VOCENTO - Sin comentarios

( “Las Provincias“, martes 28 de febrero, 2012).

Confieso que con los tratamientos de coronel para arriba, (lo que se aprendía en la mili), me hago un lío y le puedo llamar Ilustrísima a un marqués y reverendo padre a un conde, dicho sea sin ánimo de faltar. En el fondo nuestra torpeza con el tratamiento hacia las autoridades hay un gen de anarquía que se niega a reconocer a nadie por encima. He visto a tipos bragados que se hacían un lío en las recepciones oficiales y doblaban la rodilla ante el rey con intención de besarle el anillo como si fuera un obispo. Al protocolo hay que dedicarle un poco de atención.
Con el duque de Palma me sucede algo parecido: ¿Hay que llamarle de usted, de Excelentísimo, Señor, o directamente “vos”?, (sin duda que le pega mucho más el tratamiento de “Nóos”, cien veces más original para alguien que partió de un banquillo y tiene altas posibilidades de regresar a otro banquillo pero esta vez sin la camiseta del Barça). Todo lo que rodea a Iñaki Urdangarin es espeso; sorprenden algunos detalles del sumario como cuándo reconoce que invitó a Jaume Matas al Palacio de Marivent sin que lo supiera ni el rey, ni la infanta Cristina. Un tipo que engaña a su mujer con otro, aunque sea pareja de padel me parece siempre sospechoso y poco honesto. Durante este largo fin de semana en el que ha batido el récord de ejercer la palabra que antes tenía Fidel Castro, Urdangarín ha perdido la ocasión de admitir sus errores y dejar a su mujer como una reina aunque de momento sólo sea infanta. En una de las ocasiones el juez Torres le tuvo que advertir que si continuaba por el camino de la amnesia selectiva podía terminar implicando a doña Cristina. “Nóos” podía ser más caballero y admitir su parte de la trama porque no es tanto que se le complique a él sino que perjudica la imagen de la Casa Real. Si hay alguien en España que se ha trabajado la buena imagen es el rey Juan Carlos, la mala suerte es el yerno que “Nóos” ha tocado.
El duque admite que siguió haciendo negocios aún después de advertirle en Zarzuela que no los hiciera, pero él aplicó la doctrina del padel a todas sus actividades; para tratarse de una sociedad sin ánimo de lucro llegaron a los más alejados paraísos fiscales. De momento la culpa se la echa a su antiguo socio, era él quién negociaba con ayuntamientos y autonomías, mientras “Nóos” sólo se preocupaba de anudarse la corbata. Será el juez quién diga cómo ha de seguir el proceso pero no puede tener peor pinta. No es cuestión de hacer juicios paralelos, ni de adelantar sentencias, pero la gallardía se gana con el tiempo y se puede perder en una tarde ante el juez. Eso vale para usted, para mí, y para “Nóos” aunque nos saque varias cabezas de ventaja, ninguna bien amueblada por cierto.

Compartir: