Entradas en febrero, 2010


Las cuentas públicas

febrero 24th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Tras conocer la declaración de bienes de Francisco Camps el siguiente paso es urgir a Cáritas para que se ocupe de su situación y le atienda en la medida de lo posible; un caldo, una manta y un café caliente para empezar. Un presidente de Comunidad con novecientos euros en el banco y un coche de hace veinte años no es la imagen europea que deberíamos dar durante esta presidencia. En resumen, a Camps no le hace falta un brote verde sino un Plan Renove para que pueda mejorar la flota, o al menos cambiarle la rueda a la tartana. Es fascinante, cuando no tremendo, que tanto Camps como Rita Barberá tengan un coche más viejo que la furgoneta de los Chunguitos.

Bien está que el personal lo deje todo por servir a la patria pero de ahí a caer en la indigencia hay un paso que nunca se debería haber recorrido. Mariano Rajoy debería reconsiderar la decisión de presentar a Camps de nuevo a la candidatura de la CAV en tanto puede provocar la ruina de este señor y alejarle de la recuperación económica.

Y en éstas aparece Nacho Uriarte y se estampa en el coche a las siete de la mañana de un sábado en la calle Serrano. Y luego le hacen soplar y “sopló” con tanta eficacia que dio el doble de lo permitido por la DGT. Es decir que iba “superior” tirando a “sublime”, o como decía Juan Echanove en una serie de televisión: “llevaba un pedete lúcido”.

Normal, con esos coches que tienen los del PP lo habitual es que tengan accidentes. Ya le pasó a Ricardo Costa cuando se estampó con el Pijo-móvil que es un vehículo mitad coche, mitad avión. Afortunadamente sólo han sido daños de chapa y apenas una dimisión. Poca cosa. Lo malo es lo de Camps, en la próxima campaña del Domund habrá que pedir “algo para Paco, por caridad”.

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Sardinas, ausentes y legionarios

febrero 24th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Todo debate importante en la Asamblea de Madrid tiene una prolongación en la tribuna de invitados. No son las carreras de caballos de Ascot, (porque no se estila el sombrero), pero sí tiene mucha importancia saber quién va, dónde se sienta y qué puesto ocupa en la carrera política y empresarial.
En el debate sobre economía madrileña el alcalde de la ciudad con mayor deuda de España, Gallardón, no estuvo. Tampoco Tomás Gómez, líder de los socialistas que eligió otro acto de agenda, (a Gómez el PP le critica cuando va y le recuerda con acidez cuando se ausenta). Tampoco fueron los sindicalistas José Ricardo Martínez y Javier López que van en siempre en tandem y a tal efecto se les reserva localidad contigua, asiento al que llegan a la vez y se marchan a la par, mayor unidad de acción sindical es imposible. Debían estar de ensayos de los cantos de la manifestación de Neptuno. Tampoco hubo “tiburones y sardinas” a decir de Maru Menéndez.
La tribuna ayer flojeó bastante para ser un día grande. Descartados los ausentes, (se les puede pedir que presenten un justificante como en el colegio), la atención se fijaba en los presentes, entre ellos el secretario general de CEIM, Alejandro Couceiro, el líder socialista en el Ayuntamiento de Madrid, David Lucas, el presidente de la Cámara de Comercio, Salvador Santos Campano y el de los empresarios, Arturo Fernández. En honor a la verdad también Santos Campano y Fernández forman otro de los dúos clásicos en la tribuna de invitados, lo que une Elvira Rodríguez lo es para toda la vida.
Arturo Fernández ayer se levantó presidente de los empresarios madrileños y se acostó “legionario”, lo cuál no lo puede decir todo el mundo. Pero no legionario porque se alistara al Tercio para cambiar de nombre y borrar las huellas de su pasado sino porque acabó la jornada con la Legión de Honor que impone el embajador de Francia, monsieur Delaye, y que debe dar derecho a llamar al Eliseo y que Carla Bruni te cante una copla a la guitarra. Fernández ya puede ir en manga corta y no sentir frío que es la prebenda de todo legionario que se precie.

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Este es su problema señorías

febrero 21st, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Después del debate en el que se habló de la actual crisis económica podemos concluir que sus señorías, (salvo muy honrosas excepciones), viven en un microclima templado dónde nada les altera. En la calle llueve, nieva, hace frío, la gente hace cola ante las oficinas del INEM y luego acuden a un centro de caridad para tomar la sopa del día. Pero los políticos siguen sin mojar sus pies en los charcos, sin tomar el pulso de la realidad, ignoran que son el cuarto problema para los españoles y que cada vez aumenta el número de abstencionistas que les dan la espalda. Pero ellos viven ajenos al mundo, inmersos en su realidad parlamentaria, creando sus comisiones para discutir lo obvio sin entrar en lo fundamental.

De momento se ha creado una comisión que tiene el peligro de perderse como aquellas expediciones científicas del XIX, ¿Es Zapatero el profesor Livingstone?, ¿Es Rajoy el señor Stanley?, ¿Ambos andan perdidos por las orillas del río Zambeze?, ¿quién irá a buscarlos?, ¿quién les indicará el camino de vuelta a la realidad? Admunsen se perdió entre los hielos del Polo Sur, su amigo Fridtjof Nansen escribió: “quedamos abandonados mirando tristemente el vacío”. Quizá esas palabras nos valgan para saber que las expediciones sin sentido terminan en la soledad de los hielos.

La calle, en la que sopla el viento, agradecería alguna muestra de unidad para hallar el rumbo, y rechaza las peleas internas que se presentan como batallas inútiles para izar la bandera que nadie quiere en el lugar que nadie ha elegido. De ahí que el problema sea suyo, señorías, y de su capacidad por resolverlo depende la credibilidad de la clase política. Una tempestad sería que la crisis económica también asolara a las posiciones políticas. Se les pide altura de miras y pensar más en el futuro que en las próximas elecciones. La discusión no es, ahora, saber si la crisis empezó en un banco norteamericano, o en unas hipotecas sin garantías que dieron los bancos. El dilema es encontrar la salida al túnel y en ese camino sobran los “brotes verdes”, las alusiones seudopoéticas y la madre que los parió. Si quiero leer poesía acudo a Pedro Salinas, pero si quiero una solución a la crisis me gustaría que ésta llegara a través de la unidad. Todo lo demás sobra, es humo y el humo hemos quedado que es malo para la salud. Demasiado sucios tenemos los pulmones como para no toser sin levantar sospechas en la cola de la Seguridad Social.

Nadie pide que venga Supermán, tampoco debe andar muy bien el hombre porque la criptonita ha subido de precio. Sólo se pide algo de coherencia y mucho trabajo. Veremos si la señal llega al campamento base en el Congreso. De momento sólo está este triste vacío.

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Deprisa, deprisa

febrero 20th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Lo peor que le puede pasar a “El Rafita” es que aparezca uno y le cante porque todas las canciones acaban en aplausos, y de ahí a ser figura del cine un paso, y luego querrá firmar autógrafos en un festival para frikis. Es el mismo jodido camino que recorrieron otros pandilleros antes que él, sobre todo Juan Moreno Cuenca “El Vaquilla”, otro hijo del agobio que con apenas quince años ingresó en la Modelo de Barcelona, tres años antes se había cargado a una mujer en una de sus huidas con un coche naturalmente “chorao”. Demasiado pequeño para llegar a los pedales del “Tiburón” pero suficientemente eficaz para dejar a la poli dos esquinas más abajo. Moreno Cuenca nunca terminó de salir de la delincuencia hasta que una cirrosis en el hospital le dio la libertad eterna, el pasaporte al cementerio cuando le quedaba mucha vida por recorrer pero él la había acortado a base de ir deprisa-deprisa. Varios de sus hermanos también cayeron en el lado oscuro, Antonio “Tonet” murió en un tiroteo con la Guardia Urbana en Girona, Julián se mató al saltar por la ventana del hospital y Miguel “El Carica” se estampó con el coche mientras huía de la policía.
“El Vaquilla”, “El Torete”, “El Carica” y “El Pote” tenían en común su afición por los coches rápidos y por dar palos-relámpago siempre con algo de descaro, les gustaba jugar a los rejoneadores con la policía dejándoles que se acercaran un poco para luego acelerar cuando estaban muy cerca. Y luego lo celebraban con el descaro de los que tiene botella en la barra del puticlub. Chulos, descarados, sin solución e irredentos, entre otras cosas porque nunca nadie se ocupó de ellos salvo para componerles una canción o para crear un género cinematográfico conocido como quinqui. No eran bandoleros, ni forajidos, apenas fueron leña de arrabal más cortada y que murió tan torcida como fue creciendo.
A “El Rafita” le une con los otros delincuentes el mismo amor por los coches y el placer de verse en las portadas de los periódicos puesto que ya una televisión se ha encargado de sacarle unos planos. Con su minuto de gloria ha podido vacilar en el barrio mucho más que si fuera un concursante de “Gran Hermano”. Sabe que la única manera de ser alguien es saltar de la sección de sucesos a la primera página. Su vida recuerda la letra de la canción de Sabina, aquella que hablaba del macarra de ceñido pantalón para retratar al pandillero tatuado y suburbial, hijo de la derrota y el alcohol, “sobrino del dolor y primo hermano de la necesidad”. El error sería tenerlo por un Robin Hood de la gran ciudad cuando es un pringado que lleva encima la violación, el atropello y posterior quema de Sandra Palo. Lo hecho no se lo puede quitar de encima pero sólo de él depende la capacidad para reinsertarse en la sociedad o ser carne de cañón. De momento comparte con “El Vaquilla” su afición por los coches, y éstos puede que hayan ganado en electrónica pero a la hora de hacer un puente son todos iguales, aquellos 124 y los de ahora con motor híbrido.

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Atraco a las cinco

febrero 19th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A medida que avanza la crisis aumenta el sector de la delincuencia de manera exponencial, y lo asombroso es que nos vamos haciendo a la idea. Primero nos extrañaron los butrones, luego nos acostumbramos a los “aluniceros” de la madrugada que ya apenas despiertan al vecindario y, de un tiempo a esta parte, las bandas organizadas irrumpen a las cinco de la tarde y nos parece algo muy normal, otra de las cosas que tiene esta ciudad prodigiosa en razón de los prodigios que aquí se suceden. Podemos vivir entre la mafia de Chicago por el módico precio de un billete de metro, así está Madrid de animada en cuánto a se refiere al incremento del PIB de la delincuencia. La biosfera de los pistoleros goza de una excelente salud, y Madrid se ha convertido en un parque temático dónde pueden desarrollar su actividad con pocos riesgos. Si los detienen es un contratiempo que se soluciona en comisaría en pocas horas, y luego vuelta a la actividad del hampa.
Esta semana los joyeros se reunieron con la Delegada del Gobierno para contar que están hartos de los continuos atracos que tiene su gremio, tan cansados están que ya tienen a algunos delincuentes como parte de su “clientela habitual”; hay entre joyeros y atracadores una sólida y vieja enemistad. Lo último ha sido un palo en un local emblemático del juego en La Castellana, pistola en mano, y a la hora en la que los niños vuelven del colegio cruzando por los pasos de cebra. Si continúa creciendo el gremio no extrañaría que les buscaran plazas de aparcamiento en la zona azul para que no tengan que dejar el coche en doble fila para salir quemando caucho. O mejor aún, un carril “sólo atracadores” que les permita avanzar entre el tráfico de las horas punta, (para ellos punta de pistola).
Los cálculos policiales aseguran que de las doscientas mafias que operan en España, (de todo tipo de pelaje y condición), al menos cincuenta se han asentado en Madrid. Y cuando no son unos latins kings son unos rumanos armados, o unos chinos que reparten leches como en las películas de Bruce Lee, o unos macarras que pastorean lumis de piso caro. Estos tipos además de practicar la economía sumergida se dedican a incrementar la economía del terror, y todo por el módico precio de un pasamontañas.
Si nuestra comparación con otras grandes ciudades del mundo como Río de Janeiro, Nápoles, Palermo, o Méjico D.F. es en función del número de pistoleros entonces mola poco. Tampoco es que Madrid haya sido siempre el aburrido patio de un convento de carmelitas, (calzadas o sin calzar), pero de ahí a este nivel hay un paso que tiene el peligro de crear costumbre y de mermar nuestra capacidad de asombro. En las viejas películas del oeste cuando los malos iban por las aceras entonces los del pueblo tenían que caminar pisando los charcos de la calle, pues lo mismo, mientras estos tipos ganan espacio nos lo quitan a los demás. Y estos tipos están acostumbrados a chulear sin miramientos y a tirar de pipa cuando les apetece, de ahí que sus huellas sucias estén en demasiadas partes. Si nos acostumbramos a esas manchas entonces es que hemos aceptado dejarles la acera para caminar entre el barro sumisos y complacientes.

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Mensaje + IVA

febrero 17th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Los mensajes escritos son cada vez más frecuentes en la televisión. Salvo los informativos, y la publicidad, el resto de la programación está salpicada de mensajes cortos dónde el personal se explaya. Últimamente no hago otra cosa que buscarle significado a algunos de los que veo en ese breve espacio de tiempo que transcurre entre que el autor del sms le da a la tecla “enviar” y en la televisión suenan las campanitas de “¡bote, gracias!”. La comunicación no deja de ser un negocio. Es verdad que San Juan dejó escrito que la verdad os hará libres, pero le faltó conocer a Paolo Vasile para añadir, “y también ricos”.
El sábado apareció en una tertulia política el siguiente sms: “ZP vago, churri te quiero. Murcia”. Pudiera parecer un texto simple, se trata de un no partidario del presidente del Gobierno que vive en Murcia y que ama a Churri. A partir de ahí se abre un apasionante mundo de conjeturas, (esto sin caer en la conspiración que es un género literario en España): ¿Y si no estuviera en Murcia?, ¿Y si Churri no fuera una persona?, ¿Y si las iniciales ZP fueran un mensaje cifrado para las naves alienígenas? Cuidado con estos mensajes porque pueden encerrar muchas claves que se escapan a primera vista. No seamos tan inocentes. Al mariscal Rommel le colocaron un verso de Verlain horas antes del Desembarco de Normandía: “blessent mon coeur d´une longueur monotone”, (hieren mi corazón con monótona languidez). Y Hitler, que era un bruto, acabó rendido ante un verso de “Canción de otoño”, ¡quién se lo iba a decir a él, tan poco dado a la placidez de la lectura!
Si tuviera los medios con los que cuenta el CNI haría un barrido por los números de los teléfonos de los que envían mensajes a esas tertulias porque estoy convencido de que igual escriben para que aparezcan bajo la nariz de Belén Esteban. o la barba Mariano Rajoy. El opinante no se va a cortar por el mero hecho de dirigirse a un foro político, lo que hace es adaptar el texto a la realidad emitida en la pantalla. Lo sencillo sería pensar que Churri y su novio/a tienen una excelente relación, ¿pero y si está casado/a Churri y su marido se entera por la tele?, ¿Y si aprovecha su acto de rebeldía como militante del PP para añadir una apostilla personal? Tengamos en cuenta que el sábado fue la noche de San Valentín, sería muy cutre felicitar a tu pareja mientras pides un cambio de Gobierno.
La calidad de los sms no es excelente pero hay que estar en el fondo del texto. Es cierto que aparecen horripilantes faltas de ortografía pero demos todo por bueno siempre que Churri diga que sí. Por poco más de un euro, más IVA, te dejan pintar en la pared de la tele con una tiza que escribe pocas palabras.

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Mujeres y niños primero

febrero 9th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El hampa cada vez perfecciona más su modus operandi, lo último es la adaptación del reparto del trabajo que decía Adam Smith aplicado a las mujeres y a los niños. La mafia yugoslava pagaba por mujeres y niños en función de la utilidad que les representaban para cometer los delitos: ellas eran más hábiles con el descerrajar de puertas y los niños siempre han venido muy bien para encaramarse hasta las ventanas más pequeñas de un patio interior. Así que, con total impunidad y algo de desparpajo, (el habitual en ese gremio), pagaban una cantidad por usar a las mujeres y otra por los niños. También las acciones delictivas se rigen por la ley del mercado que a cada uno nos pone precio en función de la demanda. El mal también tiene su Bolsa y activos que cotizan al alza, sean éstos útiles para cometer delitos o personas que resultan igual de provechosas para llegar a tal fin.
No hay poesía, tampoco es que estos tipos la anduvieran buscando, van directamente al turrón y sin muchos miramientos o los justos como para que no les sorprenda la madera cuando por la retaguardia cuando están en plena faena. No usan satélites espías pero les vale con uno que sea avispado y silbe a tiempo desde la acera. Su cadena de producción estaba perfectamente engrasada y cada pieza respondía a una acción del mecanismo dedicado al latrocinio. Debido al elevado número de personas relacionada con la banda de los yugoslavos podríamos considerar al grupo como una Pyme del delito con leves toques de empresa multinacional con sede en la Cañada Real Galiana dónde habían puesto la delegación en Madrid. Dada su prosperidad floreciente no se descarta que estuvieran maquinando para fusionarse con otras empresas delictivas que se dedicaran al negocio de entrar en la casa del prójimo con descaro.
¿Chicago años 20?, (no, sencillamente Madrid 2010, una odisea en este espacio), y de nuevo en ese territorio dónde la marginalidad se asienta con vocación de mantenerse mucho tiempo. Lo que ocurre en La Cañada Real siempre es motivo de análisis para un espacio que se dedique a las voces ocultas y al misterio. En ese agujero negro de la Ley se instaló una mafia que traficaba con personas sin ningún reparo. Llegaba la hora de dar el palo y se escuchaba la voz: “las mujeres y los niños primero”, y allá que iban sus esclavos y esclavas a cumplir con la voluntad del capitán.

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La noble casta

febrero 9th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Si un diputado de las cortes de la época de Isabel II regresara al entonces recién inaugurado edificio de la Carrera de San Jerónimo, (hablamos de 1850), se encontraría el escaño algo cambiado debido a la aplicación de las nuevas tecnologías, pero en lo que se refiere a usos de prebendas y disfrute de periodos vacacionales… exactamente igual. Puede que a sus señorías les hayan puesto Internet en el pupitre pero a efectos de mamandurrias oficiales siguen en el siglo XIX. La prueba es que han regresado al Congreso cuarenta y ocho días después de decir: “adiós que me voy con los niños a comer el turrón”. Ha tenido que pasar un tiempo oportuno para que volvieran a reunirse en el pleno.
Conclusión: la crisis no debe ser tan grave cuando los diputados tardan casi cincuenta días en verse las caras. En menos tiempo, en cuarenta, Jesús se adentró en el desierto para encontrar la respuesta a muchas de sus preguntas. Sin embargo a nuestros representantes parece que no les basta con ese periodo de ayuno. La situación se vuelve más sangrante cuando se hace análisis de todo lo que ha pasado durante el mes de enero, y parte de febrero. Sus señorías han estado ausentes mientras nos daban caña en los mercados internacionales, han dejado pasar un mes completo y unos días de la presidencia española de la UE, y se han mantenido al margen del “pensionazo”, sin renunciar al privilegio de cobrar la pensión completa cotizando menos días que el resto de los trabajadores españoles.
La idea es sencilla: tampoco será tan importante lo que nos pasa cuando el Congreso continúa con su habitual pereza reglamentaria. Sólo falta que Bono salga con un megáfono a la calle diciendo: “estén ustedes tranquilos, no hay motivos para la alarma, pueden regresar a sus domicilios”. Lo cuál no quiere decir que los políticos no trabajen, (sería demagógico el planteamiento), pero sí es verdad que tendrán que ir al médico para que se lo haga ver puesto que con esclerosis tan galopante podrían pedir una baja durante otros cuarenta y ocho días mas.
Luego se asombran cuando en las encuestas del CIS los españoles tienen a los políticos como uno de los problemas presentes de la realidad nacional. Y eso que están conectados con el futuro a través de redes sociales, de teléfonos móviles y de pantallas planas en las que se pueden hacer videoconferencias. Es más, hasta la marmota Phil despertó de su letargo antes de que madrugaran los diputados. De ahí que les vean como una noble casta no basada en la sangre sino en el puesto que desempeñan en el Congreso. Igual tendrían que actualizar su mecanismo de trabajo para no quedar como restos del XIX incrustados en la sociedad del siglo XXI. A efectos procesales siguen instalados en los tiempos previos al Concilio Vaticano II cuando los curas oficiaban en latín y de espaldas al pueblo.

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La isla de la miseria

febrero 5th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En el año 1922 el rey Alfonso XIII se aventuró a adentrarse en lo que, entonces, era una esquina de España: las Hurdes. Y lo hizo con el doctor Marañón que luego dejó constancia escrita de aquella misión a una tierra, “dónde están los más hambrientos de los más pobres”. El viaje comenzó en la plaza porticada de Casar de Palomero. Casi cien años después el rey no tendría que cabalgar varias jornadas para encontrar restos de las Hurdes que en Madrid le llaman “El Gallinero”, y lejos de la referencia a una granja idílica se trata de un auténtico patio de monipodio dónde los pobres subsisten igual que náufragos en la isla de la miseria. Resulta duro escribirlo pero si el mundo fuera plano “El Gallinero” estaría en la peor de las esquinas.
Una comitiva con David Lucas a la cabeza se dio ayer una vuelta por la zona y pudo comprobar lo mismo que había visto la misión comandada por Ángel Pérez días antes: niños harapientos que compiten con las moscas a comerse sus mocos, ratas por el suelo, hedor de aguas fecales, y dónde no hay barro hay polvo, y dónde no hay techo hay una plancha de metal agujereado. Se hacen las fotos oportunas, los periodistas toman nota mientras los habitantes de “El Gallinero” les ven como supongo mirarían los marcianos a una misión llegada desde la tierra, (gente de paso que les entorpece su vida cotidiana durante un tiempo pero que luego volverán por el camino, a lomos de sus coches todo terreno). Se irá la moderna comitiva a las Hurdes y volverán los niños a darle patadas a una lata de conservas.
Es posible que en algunas chabolas tengan parabólica para ver la “champion league” pero aunque tengan pantalla plana no han recibido la auténtica señal del mundo globalizado. En esas condiciones un chaval no puede desarrollarse más que en el peor de los sentidos, son carne de cañón, supervivientes de arrabal, niños que compiten por un trozo de comida con ratas gigantes que engordan con los residuos y con la miseria. Niños sin escuela ni esperanza.
Se marchan las cámaras de los fotógrafos y se quedan de nuevo sumidos en el pleistoceno de la cultura, diez minutos después de que el hombre hubiera inventado el fuego y quién sabe si habría hecho experimentos con la rueda. Es Madrid pero también podría ser el mismísimo infierno, pero no la versión poética de Dante, sino la más sórdida de los colegas de “El Vaquilla”.

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La crisis les dejó mal muertos

febrero 1st, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Caronte tira de remo porque es un clásico pero su barca sufre la crisis como si le tuviera que poner gasolina a un fuera de borda; es la consecuencia de la carestía de los precios que afecta tanto a los vivos como a los muertos, el IPC en implacable también con el más allá porque nadie dijo que dejar este mundo fuera a salirnos gratis. Las oscilaciones del sistema financiero internacional tienen su reflejo macabro en los cementerios, es aquello de la economía a tumba abierta aplicada a la industria de las pompas fúnebres. Si Madoff no hubiera jugado a la especulación muchos de estos cuerpos estarían a dos metros bajo tierra en lugar de a cinco grados bajo cero.
Cincuenta cadáveres aguardan un nicho en las neveras del Instituto Anatómico Forense de Madrid. La muerte les dejó fríos y la crisis se encargó de que se quedaran ultracongelados a la espera de que alguien les pague su entierro. Cadáveres anónimos a los que no llora nadie, gente marginal, pobres de solemnidad, inmigrantes sin suerte, madrileños solitarios, cuerpos con la tarjeta de visita atada con una goma al dedo gordo del pie. El más veterano de todos lleva desde 2006, (dos años antes de que quebrara Lehman Brothers), esperando a que le recoja el sepulturero y de momento ahí sigue en su nicho frigorífico, en un estado de letargo prolongado como si fuera un muslo de pollo que se perdió en el fondo de un congelador. No es el Anatómico Forense una guardería de muertos pero la crisis ha convertido a esa institución en un reducto de “objetos perdidos” que nadie reclama igual que pasa con los paraguas que se olvidan en un autobús de la EMT.
La historia de Madrid también se puede explicar a través de sus lápidas: en ese lugar guardan restos de los islamistas suicidas de Leganés que esperan ser analizados de nuevo mientras los días pasan. Tal vez el juez los ha dejado ahí mientras piensa qué hacer con ellos, lo cuál no deja de ser un macabro asunto del que nadie quiere hacerse responsable año tras año. O también pudiera ser que usando las neveras como metáfora alguien tuviera la intención de que este asunto se enfriara antes de echarle tierra encima con nocturnidad y tardanza. Si no se investiga en esos restos entonces no se entiende por qué han acabado también el olvido judicial como si en lugar de ser seres humanos fueran legajos extraviados en la secretaría de un juzgado.
Es la recesión reflejada en una morgue capitalina. Sólo los entierros por caridad que sufraga el Ayuntamiento de Madrid les darán el pasaporte a la otra vida. Mientras tanto están en lista de espera, esperan a que alguien les ponga tierra encima aunque sea sin cura, ni responso, ni flores que se marchiten. Con ese rictus absurdo que tienen las figuras de cera sin afeitar.

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