Rubianes y los miedos

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Extracto: Rubianes tiene derecho a representar “Lorca eran todos”, Gallardón no es quién para censurar, y por último si Alicia Moreno tiene miedo que se vaya. Ningún cargo público está obligado a permanecer en su lugar si le tiemblan las piernas, su mensaje velado provoca que más de uno piense que el mar de fondo es para volver a hundir al Titanic. Nota al margen: Mario Gas no ha dado una desde que le pusieron al frente del Teatro Español; pero no ahora, nunca. Con Gustavo Pérez Puig al menos había teatro y no polémica.

Desarrollo: no es de recibo que un teatro municipal tenga que retirar una obra de su programación cuando apenas quedaban días para el estreno. Tampoco parece lo más adecuado que Mario Gas elija a Pepe Rubianes, después de haber insultado a la “puta España”, pero Rubianes es un gran actor aún por encima de sus declaraciones. Y, que se sepa, la obra no decía nada de la “tal” España sino de Lorca. Rubianes domina la escena y lo ha hecho siempre, es irónico, tierno y muy inteligente. Negarlo es de necios opacos.
Entretanto parece que la concejala de las Artes es más torpe de lo que pensábamos y con sus miedos coloca al propio alcalde en el disparadero. Si a eso añadimos las ganas que le tienen a Gallardón dentro del PP, ya la hemos liado.

Parece que la obra era la excusa ideal y que han utilizado las palabras de Pepe Rubianes como catapulta para lanzarse aceite hirviendo por encima de nuestras cabezas. Finalmente estrenará en el teatro de Comisiones Obreras, no sabemos si Alicia Moreno sentirá menos miedo tratándose de un teatro privado. Igual así consigue dormir a pierna suelta.

Y todo el conjunto hace ver que la tensión es muy alta en Madrid, hasta por una obra de teatro son capaces de atizarse unos contra otros. Por supuesto que la libertad de expresión queda en solfa, pero antes se cuestiona la convivencia más elemental. No hace falta tener mucha memoria para darse cuenta de que antes, (no hace tanto), no éramos así.

Al margen de la publicidad añadida, (que él admite como parte colateral y positiva de esta historia), Pepe Rubianes ha conseguido cambiar su imagen de “aquel que se ciscó en la puta España”, por el de “el perseguido por la caverna de Madrid”.
Esto es lo que pasa por convertir una comedia en una tragedia. Más que cultura falta sentido del humor, y del honor.

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