‘Soy cupletista de clausura’

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen. Madrid, 19 de diciembre de 1948 (casi 1949). Currículo. «Mi madre no me permitió ser artista jamás». Estudió en el Liceo Francés y después hizo idiomas. «Más tarde trabajé de azafata en Iberia. Soy una loca del volar». Con 16 años formó una orquesta «con una componente del La, la, lá!, nos llamamos Las Chicas Ye-Yés y grabamos un single de villancicos». Participó en el espectáculo de su madre (consiguió convencerla) y así fue hasta que les vendieron el local. Aficiones. «Los animales». Debilidades. «Internet. Escribir e investigar en la Red». Virtudes. «Soy muy crédula». Defectos. «Igual, creo mucho en la gente».
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Hija de Olga Ramos y El Cipri, tiene el mérito de haber cantado villancicos con Alvarez del Manzano en la Plaza Mayor. Aunque su madre quiso alejarla de la farándula, le pudo más la crónica social cantada, el cuplé que fue el bolero al estilo madrileño. Su visión castiza de la vida le llevó a modificar la letra de La regadera: «Soy viuda de un vivo desde el año 83». El local de la calle de La Palma donde pasaron media vida acabó víctima de la especulación; ahora vive con sus recuerdos en una urbanización a las afueras de Madrid, rodeada de trajes, espejos y pianolas.

Pregunta.- ¿Es hija de un matriarcado?

Respuesta.- Totalmente. Algunos amigos dicen que me perjudica hablar tanto de mi madre (es mi poso, mi maestra).

P.- ¿Tanto le marcó?

R.- En el local, mi tía Emilia era el ama de llaves, la maitre mi tía Beti, luego estaban la pianista, la cocinera, la cajera. Sólo había dos chicos camareros.

P.- Qué extraño que viva fuera de Madrid.

R.- Vine a vivir al campo por la salud de mi madre, y eso que ella adoraba Madrid (amor que no fue correspondido).

P.- ¿No es urbanita?

R.- Me gusta pasear por el Madrid de los Austrias, pero no me veo viviendo en un bloque de edificios.

P.- ¿Nostalgia de la calle de La Palma?

R.- Mucha, hace siete años nos echaron de aquel local los «depredadores».

P.- ¿Cuánto duraron «las noches del cuplé»?

R.- Treinta y dos años, ¡es una pena»!, defendiendo el Madrid fino, aquella forma de hablar que tenía José Bódalo.

P.- ¿Cuántos madriles hay?

R.- El de mi madre y los intelectuales como Dicenta, Serrano Anguita y el abuelo de Gallardón, llamado el Chispero; era el Madrid fino, que chocaba con el cheli.

P.- ¿Quién ganó?

R.- El Madrid cheli, una ciudad desdibujada.

P.- ¿Estamos hechos de nostalgias?

R.- Las nostalgias son positivas, ayudan a continuar.

P.- ¿La especulación puede con la memoria?

R.- En el caso del local fue algo clarísimo: se murieron los propietarios y sus hijos echaron a los vecinos.

P.- ¿Madrid mató al cuplé?

R.- Sí, pero cuando canto cuplé en una plaza, o en un pregón, se vuelcan conmigo.

P.- ¿Al nieto de El Chispero le interesa el cuplé?

R.- Si pudiera llegar a él… Tiene un gran desconocimiento. Le he mandado cartas y correos electrónicos.

P.- ¿Lo sabe Alicia Moreno?

R.- Me saluda con mucho cariño pero no me conoce, no ha ido a mis conferencias cantadas.

P.- ¿El cuplé es un fin de ciclo?

R.- No, yo sigo componiendo, pero con lo que hay escrito es suficiente, es como la zarzuela.

P.- ¿Por qué su madre le alejaba de la canción?

R.- Fue una defensa de un ambiente muy corrompido. Para llegar en el arte es difícil; ya soy abuelita y no me pueden hacer proposiciones deshonestas.

P.- ¿No sólo del cuplé vive la mujer?

R.- En mi caso sí, es el motor de mi vida.

P.- ¿Se ha hecho cupletista de clausura?

R.- Soy cupletista y cupletóloga de clausura, ¡total!

P.- ¿La Fornarina, Raquel Meyer y su madre?

R.- Estoy de acuerdo, además cuando hablo de La Fornarina me emociono.

P.- Ella dijo: «Cuando canto la boca me sabe a sangre».

R.- Con todo lo cupletóloga que soy no conocía la frase. Murió víctima de los hombres (una enfermedad venérea).

P.- ¿Hay una forma de vivir cuplé?

R.- Es el Madrid que no existe, el de las niñas que iban a buscar novio en las tardes del Ritz.

P.- ¿Cuántas «viudas de vivos hay»?

R.- Muchas, el mío era vivísimo.

P.- ¿Mantiene tradiciones castizas?

R.- Sí, pero no puedo ir a verbenas con botellón. Este año en Las Vistillas estaba el ‘Opá’.

P.- ¿Vive rodeada de recuerdos?

R.- Ofrecí al Museo de Madrid un traje de mi madre y me dijeron que no había sitio.

P.- ¿Manzano les entendía mejor?

R.- Fue un alcalde más cercano, todos los años cantaba el villancico con nosotras. Tradición que empezó con Tierno.

P.- ¿Luego qué pasó?

R.- Llegó Gallardón y dijo que Madrid no estaba para cánticos.

P.- ¿Desafinaba un poco Manzano?

R.- Pero le ponía gracia. La última vez lo recitó. El peor, Enrique Tierno hijo, ¡eso era…!

P.- ¿Sabina tenía que haber cantado con su madre?

R.- Sí, si hubiera vivido la época del cuplé habría escrito ese género, y también Cano.

P.- ¿Es señora de derechas?

R.- Soy conservadora en mi manera de pensar pero tengo grandes amigos socialistas. Peces-Barba es cliente del cuplé.

P.- ¿Qué le gustaría cantar con Sabina?

R.- La canción que más le gustaba a mi madre: «19 días y 500 noches».

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