Comienza la bajada de la montaña rusa

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Hoy lunes de la gran resaca, día que es la madre de todas las perezas y de las colas en los gimnasios y academias de inglés, es el momento para darnos cuenta de que llevamos ocho días transitando por la alfombra del 2007. Como decía un viejo profesor de Derecho Civil: «amigo, los plazos se cumplen» y llega el momento de la carrera electoral. El año 2007, que era un horizonte lejano cuando comenzaron a darle los primeros bocados de tierra a la M-30, ya está aquí. Para no perderse un instante de lo que va a pasar el Ayuntamiento de Madrid podría dejar las gradas que se utilizaron en la pasada (y exitosa) Cabalgata de los Reyes Magos. En términos políticos, lo que nos espera es de gran intensidad, promete no aburrir a los espectadores que se congreguen en el paseo de la Castellana. Si parpadean se lo van a perder.
La Comunidad de Madrid tiene cita con las urnas a finales de mayo y también los pueblos de la región, desde Ciempozuelos (nuestro malaya particular), a Madrid donde Sebastián lo tiene más difícil que David contra Gasol. Pasarán estas nieblas, llegará marzo, enseguida Semana Santa y estaremos metidos en inauguraciones, mítines, promesas y prosopopeyas del lenguaje electoral. No es por ponernos divinos pero las elecciones de Madrid tienen otro alcance, por eso y sin menospreciar a ningún otro punto de la geografía española, los principales partidos saben que aquí se juegan la femoral. Será en mayo, coincidirá con una nueva Feria de San Isidro, por lo tanto es apropiada la comparación con el novillero, (puerta grande o enfermería; nunca indiferencia). Siempre en el caso de que para entonces la ministra Narbona no haya acabado con los toros y en Las Ventas hayan construido pisos.

Hasta ahora hemos subido despacio por los raíles de la montaña rusa, pero a partir de ya, la vagoneta empieza a descender a ritmo de vértigo. Será interesante saber qué puede ofrecer el PSOE como alternativa a los proyectos urbanos de Gallardón, y qué puede argumentar para inquietar la silla de Aguirre que parece fijada con el ancla del Queen Mary. Sabremos también si la apuesta de Izquierda Unida será el haraquiri de la izquierda regional, (se echa de menos a Inés Sabanés). Pero no descartemos que aparezcan otras formaciones como ocurrió en Cataluña donde unos ciudadanos lograron relieve parlamentario. Con la espantá de Tamayo y Sáez quedó claro que en Madrid puede pasar de todo en menos que se hace la digestión de una comida oficial. Una de las claves será la honradez en la gestión, (en Italia han calibrado que el 40% de los médicos no se lava las manos). Aquí hace falta limpieza y transparencia. Agárrense, allá vamos, esto simplemente acaba de empezar

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