La alegría de ser neo-carca y alemana

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Eva Herman es un torpedo audiovisual que lleva años elevando la libido de los alemanes a través de un canal informativo. Les habla del IPC y los espectadores encuentran la erótica de la economía, les cuenta cosas de ese Irak horror y a la gente le parece una película de Schwarzenegger; total que los tiene entontados y partidarios en su pantalla amiga, ella es más poderosa que un mando a distancia. Pero Herman se ha cansado de dar noticias y ha pasado a serlo, (malo), convirtiéndose en líder de un movimiento neo-carca que enfatiza y potencia el papel de la mujer en casa. En Austria un poco más y le canean, sus conferencias se cuentan por escándalos, allá por donde va se monta una trifulca feminista y popular. Herman aboga por el papel de la mujer débil que se queda en casa para que el marido les traiga el sustento. Una vuelta a la vida troglodita y pija.
Estamos ante una de las consecuencias perversas de la ausencia de pensamiento, en nuestros días es noticia que alguien tenga una idea y cuando la idea es estúpida alcanza grados de notoriedad mundial. Alguien podría decir que si a los caniches los pasean por París con jersey de punto, ¿por qué no iba una presentadora a tener ideas aunque sean equivocadas? De nuevo el pensamiento flojo, de nuevo la insoportable gravedad del no ser, la tarara y una estupidez con tapas duras. Una tonta dice una tontería pero no sube el pan, ¿habremos de echar la culpa al trigo? Herman, que es Eva de nacimiento y de tendencia, sostiene que Alemania se podría extinguir si no volviera al papel de la mujer dócil que espera en el hogar el retorno del guerrero. No lo dice alguien que crea en la familia tradicional sino una persona que camina por su cuarto matrimonio, (ganas son de meterse en honduras y de no escarmentar nunca). Podemos decir que se trata de una monógama compulsiva con poco éxito pero con gran entusiasmo.
En Alemania dicen que Herman quiere volver a los tiempos en los que la mujer llevaba corsé, al XIX que Mérimée narró en estado de mitómano excitado. En realidad Eva quiere vender libros y le importa un bledo la cuestión femenina, no hay en ella una realidad intelectual sino comercial. Unos comprarán su libro convencidos de que dice la verdad y otros para pellizcarse, así es la literatura de impacto.
Decía Forres Gump que tonto es el que dice tonterías y es posible que tonto sea el que las publica aunque listo sea el que las vende. En esta primavera que hoy comienza, con el engorroso cambio horario, podemos anotar una nueva patología? la alergia a la igualdad. Aunque las alergias son muy molestas no duran siempre. Cualquiera escribe un libro y cualquiera se pone intelectual en la tarjeta de visita.

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