Primos, primarias y primates

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Hasta los monos del zoo tienen sus reglas de cortesía, cuando uno de ellos hace algo que consideran inadmisible los demás le gritan y él se tiene que marchar aturdido por los chillidos. Claro que los monos del zoo no se presentan a unas elecciones, en cambio en España nos dirigimos a unas municipales y autonómicas que tienen bastante de bronca sórdida y ausencia de debate. Socialistas y populares se empeñan, (aunque lo nieguen), en convertir a estas elecciones en unas primarias, efecto pernicioso de lo ocurrido en Francia. El que pierda en las urnas va a lamentar haber hecho la comparación durante mucho tiempo.
No somos franceses, ni vivimos en un régimen presidencialista, pero el cruce de comparaciones es curioso: en Francia no tienen rey pero entronan a sus presidentes y en España no somos presidencialistas pero nos encanta jugar a las primarias con el bipartidismo. Sarkozy da el tipo de rey de película, incluso se ha encargado chaquetas de corte aristocrático, y en un detalle magnánimo ha incluido a un socialista en su ejecutivo, a pesar de que está por desmantelar mayo del 68 y ya de paso las películas de Louis de Funes que eran un espanto.
El lado primate de la campaña se vive en Madrid donde Miguel Sebastián ha utilizado una foto para romper el modelo de debate. Somos primates y nos interesa saber qué papel sexual ocupa cada uno en la tribu, aunque afortunadamente la educación nos eleva por encima y la política nos lleva a pensar que se pueden discutir ideas pero nunca decisiones personales. Sebastián es el responsable de amagar pero no resolver, no basta que trate de vincular a Gallardón con una encausada en el sumario de la Operación Malaya, es obligatorio que aporte las pruebas contundentes para que su electorado le crea. Si el tiro le sale por la culata, Sebastián corre el riesgo de ser rechazado por el resto de la tribu y de pasar al fondo de la jaula, allá dónde se colocan a los monos que han roto con la tradición.
El embrollo es de tal magnitud que el votante no tiene claro si en estas municipales debe castigar al Gobierno, por el asunto de los papeles de Salamanca, o evaluar los programas que ofrecen los candidatos. No sabe si responder con la abstención a las bravatas de los candidatos o echarse en oración y pedir que le ilumine Santa Rita en el sublime momento de introducir la papeleta en las urnas. Gran parte de la culpa del despiste nacional la tienen los políticos que salpican sin pedir perdón. Del cabreo nunca salen votos racionales sino esperpentos primarios, abortos de la voluntad popular que se ve estafada por los monos que quieren alterar el quehacer cotidiano de sus congéneres. Vale para el zoo y para el 27-M.

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