El viento y la letra del himno español

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El mismo día en el que se filtraba la letra del himno español, un huracanado viento cruzó la península. Parece que la idea del Comité Olímpico Español, (que ha tenido poca aceptación), desató la furia de los elementos conspirados.
Pensemos que su autor, un parado manchego llamado Paulino Cubero, lo ha escrito con todo el cariño del mundo, pero a veces las buenas intenciones chocan con las crudas realidades. Quizá somos un país más de chunda-chunda que de letra impresa, porque somos tan indomables como anárquicos. Igual es por eso que el himno no tiene letra, porque a España se la siente más que se le canta: un territorio tan duro es propio de poetas místicos. Ya lo intentó ?el Invicto? cuando Pemán y Luis Rosales unieron su talento para crear una letra que tampoco cuajó. Somos así, señora, que diría Foxá en referencia a este carácter invertebrado que tan bien expresó Ortega. Somos un país de patrias chicas que conviven en un sentimiento común que es inexplicable a la razón, pero que cuando se intenta acotar se rebela y salta como un pájaro entre barrotes.
En Francia nadie cuestiona el ?allons enfants de la patrie?, ni siquiera Carla Bruni se ha atrevido a construir otra letra distinta ahora que tiene a la república cogida por el mango. Pero resulta que marsellesas sólo hay una, y todo lo que sea poner letra a un sentimiento es algo condenado al fracaso más estrepitoso. Aquí los únicos himnos aceptados son los del los equipos de fútbol que tampoco pasarían la prueba del comentario de texto, (el del Real Madrid con su ñoña referencia a ?las mocitas madrileñas?, o el del Barça diciendo que ?todo el campo es un clam?). Y, cada uno, tira de la canción que más le conviene. En realidad somos un mucho de bolero, de pasodoble y de Mecano, algo que rima con dificultad pero que encaja a la perfección del momento emocional que corresponda.
Paulino Cubero habría acertado de haber incluido estrofas de Serrat con aquella de Sabina: ?lo nuestro duró/ lo que duran dos peces de hielo/ en un güisqui on the rocks?. Y, también, algo de los Pimpinela porque hemos vivido en una permanente tensión tribal que decía Sánchez Albornoz al referirse a las luchas cainitas que han proliferado en nuestra tierra. Tampoco hay que olvidar la contribución del jamón de pata negra a la hora de crear un estilo propio. Me juego mi reino a que cuando Rodrigo de Triana avistó tierra el comandante Colón cortaba unas lonchas en su camarote, porque cualquier sensación desesperada mejora con un jamón. Carpanta se hubiera conformado con un pollo que era su sueño favorito, pero Carpanta no conoció a Arzak. España se bebe, se canta y se llora, da igual la letra.

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