Año nueve

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Mientras no consigamos neutralizar a los que envían ?sms? pretendidamente graciosos por Navidad, (localizarlos para su posterior ?envío? al Santo Oficio donde darán con sus huesos en cochambrosa mazmorra), tendremos que acostumbrarnos a que los teléfonos piten en Nochebuena y Nochevieja. Lo peor ya pasó, apenas nos quedan unas coñas con Obama como rey de las cabalgatas, poca cosa y con poca gracia. En los ?sms? de Nochevieja ha triunfado el mensaje de ?Feliz 2010? que volaba de mano en mano entre quienes son poco adeptos a Zapatero, (habrá que investigar si fue idea de Solbes).
Se trataba de una broma para iniciados. Los que enviaban esa maldad nos querían hacer viejos de golpe; pero por malos que sean los tiempos uno tiene derecho a disfrutar de los días que le han correspondido. No tiene sentido borrar un año sólo porque estemos en marejada económica, sería tan absurdo como eliminar a los menesterosos porque no comen pan y deslucen por las calles de las tiendas caras. Uno puede ser pobre de solemnidad, feo y sin remedio quirúrgico pero tiene derecho a disfrutar de su vida bebiendo a morro vinos peleones envasados en tetrabrik, (por cierto son los que han subido en ventas en las últimas semanas). Si no ?padecemos? el 2009 difícilmente vamos a llegar al 2010, fecha que tampoco dan por segura los analistas para el inicio de la recuperación económica. No vale coger sólo los mangos bajitos como cantaba Juan Luís Guerra; a menudo hay que dejarse el lomo en el empeño. Si suprimiéramos 2009 por Decreto volveríamos a las campanadas con Ane Igartiburu la semana que viene, ¡por Dios no añadamos crueldad a las dificultades crediticias!
Quién sabe si en estos doce meses que nos esperan los codiciosos, aquellos que han reventado el sistema financiero, no encuentran un punto de salvación que otorga a un alma la salvación como decía El Tenorio. Démosle el tiempo necesario para que entren en razón, se arrepientan de sus pecados y salgan de Wall Street en cuerda de presos camino de la penitenciaría más cercana, (donde espero se reúnan con los autores de los ?sms? pretendidamente graciosos en Navidad). De momento Wall Street está lleno de codiciosos pero muy callados, algo que ocurre también en otras Bolsas europeas. Hasta el día en el que veamos terapias de grupo con banqueros reconociendo que fueron especuladores pero que lo están dejando, no hay nada que hacer. Pero que levanten la mano como se hace en las iglesias evangelistas cuando se quiere liberar a un hermano de sus pecados. Así, agitados por la mala conciencia de un demonio especulador que les poseyó y al que renuncian.
Año nuevo, año nueve. De momento nos toca atravesar, y vivir, este 2009 con todas sus hojas del calendario político y financiero. Que no nos quiten lo ?bailao?, puesto que uno descubre que se hace mayor cuando los años te parecen muy cortos y la mano no te cabe en el bote de los caramelos.

Compartir:

Etiquetas: ,

Deja una respuesta

*