Míreme a los ojos

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Las tardes de los domingos sin fútbol son largas igual que un viaje en barco, y más cuando cambian la hora y el cielo no termina de pasar. Así que un flash informativo sacaba a Solbes de la siesta para ponerlo en la mesa del consejo de Ministros para luego explicarnos que el Gobierno ha intervenido la Caja de Castilla La Mancha. Y de esa manera, como se anuncian los penaltis en los campos de España, De la Vega y Solbes aparecen en pantalla precedidos de una ráfaga tecno como son todas las que pregonan una noticia de última hora.

Hernández Moltó, al que se le ha caído el chiringuito, era el mismo que en su día le espetó a Mariano Rubio aquello de: “¡míreme a los ojos!”. Desde entonces hasta la fecha han transcurrido unos millones de años y de euros. Si Roberto Calvi fue llamado “el banquero de Dios”, Moltó ejercía de responsable del Banco Ambrosiano de los socialistas manchegos. Si no hubiera sido por la intervención dominical podría haber completado una fusión con Unicaja que le habría consagrado en el futuro.

El sistema financiero se vuelve peonza y nos tiene en un suspense que no acaba nunca, pero Solbes sale en la tele para decir que tampoco es para tanto, claro, y por eso se quitó el batín y las zapatillas para acudir a La Moncloa cuando la siesta de los domingos debería ser de obligado cumplimiento.

Da la impresión de que al Gobierno le lanzan tantos penaltis que no tiene tiempo de ver por dónde le entran los goles. Y lo que es peor: ni un domingo se respeta. Esta semana santa las saetas se las van a cantar a Zapatero que lleva la cruz más grande.
Eso es competencia desleal al cine español, una falta de respeto a los lugares de ocio porque si no es para tanto tampoco es para suspender la programación. Pidamos estabilidad en el sistema, (no tanto de forma egoísta porque garanticen nuestros depósitos), sino por la tranquilidad de Pedro Solbes.

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