El “chonichandal”

(“La Gaceta de Salamanca“, 22 de julio. 2012)

Está todo perdido y en menos de una semana se habrá consumado el espanto. No me refiero a la intervención de España que está al caer, (en casa de Merkel se frotan las manos), pienso en el chándal tan espantoso que nuestros atletas van a tener que “lucir” en Londres. A menos de cinco días de la ceremonia de inauguración parece que nada se puede hacer más que lamentarlo o ese día decir que somos de las islas Feroe. Todo desfile olímpico tiene un punto simpático de festivales del mundo pero en este caso a nosotros nos ha tocado rendir homenaje al mundo del circo. Si a un atleta español le pones bigotes de punta y le das un látigo irá perfectamente vestido para rendir homenaje póstumo a Ángel Cristo al que no mató un león si no que murió devorado por las fieras mediáticas.
Rafa Nadal había apechugado con las consecuencias de lucir el adefesio textil pero una oportuna lesión de rodilla le ha apartado de tan enorme compromiso. La solución no ha podido ser peor: Pau Gasol, nadie se ha dado cuenta de que con la altura de Gasol el “chonichandal” se va a ver en todos los rincones del estadio y por extensión del planeta que lo estará viendo, vamos a ser la coña marinera de las televisiones del mundo. Gasol es un tipo entrañable que ha aceptado el marrón en honor a su amigo Rafa Nadal, juntos protagonizaron un anuncio de natillas y el dulce une mucho aunque tú seas del Barça y tu amigo del Real Madrid. Pau de abanderado es como colgar una tela fucsia del faro de La Coruña y pretender que no se vea.
Insisto en que ya es tan inevitable como vergonzante, al ver a Gasol disfrazado con el “chonichandal” poca gente le va a asociar con el jugador de los Lakers que ganó el anillo de la NBA. Al revés, verán en él al hermano mayor de Chikilicuatre. No sé en qué estaba pensando el nuevo embajador de la “marca España” cuándo le presentaron la vestimenta olímpica. Menuda marca, vaya huella indeleble de nuestro presente para olvidar. Hay quién dice que es una vestimenta mas adecuada para robar cobre que para alzarse con el oro. Nos hemos lucido o más exactamente nos vamos a lucir por pistas y estadios. Nunca le ha salido más oportuna una lesión a Gasol que de esa manera esquiva el compromiso olímpico. Y, encima, en Inglaterra dónde tan mirados son para la etiqueta aunque tan poco cuidadosos parece a la hora de enseñar el ombligo en las noches de Menorca.
La suerte está echada, allá que vamos con la equipación de los Teletubbies, más bonitos que un San Luís como diría el difunto Tip que era alto, no tanto como Gasol, pero sí para ser el abanderado del surrealismo español de posguerra.

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