Aguirre al volante

Esperanza Aguirre, fiel a sí misma, no dudó en ofrecer un penúltimo acto de servicio a la causa llegando a la Asamblea de Madrid conduciendo su coche que no era un todoterreno último modelo precisamente. La ex presidenta regional siempre ha sabido medir como nadie las formas y así iba a ser hasta el último día: ¡Boadella ríndete, aquí la que sabe de escena es Aguirre, lo tuyo es vender entradas en los Teatros del Canal! La puesta en escena de Vallecas estuvo colosal.
No hay otra persona que convierta en noticia su entrada errónea al aparcamiento, dejarse el bolso dentro y las llaves puestas, hacer declaraciones a media ventanilla, recoger a Ignacio González para bajarlo cinco metros después. De verdad que la escena madrileña pierde a una gran actriz. ¡Qué hubiera pasado si en lugar de aparecer con el utilitario hubiera hecho acto de presencia en vespa con unas carpetas de la Facultad!, a estas alturas habría anulado la foto de Obama en Naciones Unidas.
Pero antentos porque Aguirre al volante quiere decir más cosas: por un lado que recupera la indepedencia de su vida porque ya no la llevan, por otro que nadie en el partido crea que se va a dejar llevar, (aviso a navegantes y partidarias de congresos extraordinarios), y por último porque ella aparca dónde le da la gana: “aquí he visto que aparacaba Simancas y aquí lo voy a dejar”. Hale, sin mayores explicaciones y ahora si el guardia tiene narices que saque la libreta para tomar la matrícula y le pida los papeles del seguro.
Madrid ha perdido a una presidenta pero nos tenemos que felicitar porque ahora podemos encontrárnosla en una gasolinera como todo el mundo. Esas charlas pueden ser memorables cuándo Aguirre aconseje a los demás, (sean o no de su partido), cómo conducir bien ya sea en recta o por España. “Taxi, siga a esa rubia”, se llama la película.

Compartir:

Etiquetas: , , ,

Deja una respuesta

*