Políticos business

(“La Gaceta de Salamanca“, domingo 14 de octubre 2012)

Del desfile de La Castellana podemos estar hablando varios días y nadie sabrá a ciencia cierta lo que le dijo el rey al presidente del Gobierno acerca de Wert y de Cataluña. El rey, que es muy suyo, en la recepción del Palacio de Oriente se limitó a opinar sobre el jamón que estaba muy bueno pero añadió que de Cataluña no le iban a sacar una palabra los periodistas. Pues entonces, con todo el respeto Majestad: hablemos del jamón que tampoco es mala cosa, sobre todo del que se comen los políticos a costa de la VISA que les pagamos todos.
De ese desfile, y posterior recepción, podemos sacar en claro que el presidente del Gobierno ha decidido que los altos cargos viajen en turista; nunca es tarde si el recorte es bueno, (del corte del jamón al recorte del alto cargo desplumado). Parece mentira pero hasta ahora nadie se había preocupado por las tabletas de chocolate que come el loro pero sí que habían recortado a unos y congelado a otros: a pensionistas y funcionarios me refiero. El alto cargo flotaba en la inopia de la crisis y se saltaba la fila de mortales que se iban a “incomodar” en clase turista, directamente pasaba por la sala business y luego ocupaba los primeros asientos en los que te reciben con copita de cava. Ahora algunos conocerán que hay vida inteligente detrás de la fila 8 que separa las dos partes de la cabina del avión con una cortinilla, van a mezclarse con la masa, van a escuchar al votante, sin duda que toda una experiencia antropológica. Ahí querría ver a Frank de la Jungla metido entre los enfurecidos a los que les han tocado en todo el ego.
Conste que más de uno predica con el ejemplo y ha sido visto en turista pero entre los eurodiputados hay una resistencia numantina a abandonar business porque además de dar jamón en la sala de espera, (no tan bueno como el del Palacio de Oriente que sería de Guijuelo), acumulan puntos gratis, millas aéreas que luego en verano se pulen con la familia para visitar Vietnam, pongamos por caso. Además, si no fueran mayoría los del club business Rajoy no tendría que haber dado el toque de atención que llega tarde pero si es para ahorrar en tonterías bienvenido sea.
Aunque el gran recorte llegará el día en el que la inmensa mayoría de los que usan el coche oficial descubran que con la tarjeta también pueden pagar un menú, ¡ese gran invento tan común que incluye bebida, pan y postre! Eso es “españolizar” y lo demás tonterías, lo demás es pagar el doble a unos señores que no conocemos de nada y que encima ponen cara de estirados cuándo nos ven pasar dispuestos a adentrarnos más allá de la fila 8 del avión.

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