Generación Manzana

(“ABC-MADRID“, lunes 19 de noviembre 2012)

Tanto que nos costó hacer comprender que la Tierra era redonda, (aún después de los viajes de Colón hay mucho descreído), para darnos cuenta de que el futuro de los libros de texto es plano, con pantalla táctil y sin encuadernar. A un ex alumno de la “Enciclopedia Álvarez”, (los que fuimos de “El Florido Pensil”), le cuesta asimilar que el futuro sea de la Generación Manzana. Si uno no puede oler un libro cuando está recién forrado parece que se pierde la gracia de una asignatura, o subrayar sacando la lengua como es preceptivo en todo colegial.
Así como Von Clausewitz aseguraba que la guerra es la prolongación de la política por otros medios parece que las tabletas son la adaptación de los libros de texto a los nuevos tiempos de austeridad. Si la esencia que es enseñar al colegial no varía, perfecto. Y si se ahorra que los niños sufran dolores de espalda por culpa de acarrear mochilas pesadas, mucho mejor. En ese caso todo son ventajas, negar la importancia del libro electrónico a estas alturas es ir en contra de la ley de la gravedad. Además, lo importante es que se lea y da igual el formato porque es anecdótico, se hace cierto que el saber no ocupa lugar.
Con el paso del tiempo la Generación Manzana hará pinza con sus dedos sobre las hojas de un libro tradicional para tratar de aumentar la letra, serán los efectos secundarios de haber conocido a Steve Jobs. Igual nos ocurre a los de la Generación Álvarez: pensar que toda la Biblioteca de Alejandría hubiera cabido en un fichero nos provoca una sonrisa. Ahora bien, ya veremos cómo se las apaña esta nueva generación para esconder notas de amor dentro de una tableta, o cómo van a poner anotaciones en el margen para distinguir monocotiledóneas y dicotiledóneas.

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