País de ninis

(“La Gaceta de Salamanca“, domingo 10 de febrero 2013)

Impasibles como aquí no pasara nada, y como nada ocurre tampoco hacen falta tomar decisiones. No estamos en el 98 pero la degeneración institucional y la falta de moral es bastante parecida; entonces se perdieron Cuba y Filipinas, en este caso la nostalgia es por perder la dignidad. País de “ninis”: ni la infanta se separa del presunto delincuente que tiene por marido, ni Bárcenas aclara su patrimonio, ni Ana Mato cuenta lo que sabe, ni Sepúlveda dice qué son esos informes que escribe para el PP, ni la directora de la Agencia Tributaria sabe lo que dice y le pillan confesándose a micrófono abierto, ni el hijo de Pujol cuenta lo de la mochila con billetes viajeros a Andorra, ni el presidente del Gobierno responde porque está cansado, ni Rubalcaba se interesa por el milagro de los “ERES y los peces” de Griñán. En el fondo esta incapacidad por tomar una decisión es síntoma de una artrosis galopante que dice muy poco a favor del paciente.
Dentro de un tiempo algún antropólogo hará una brillante tesis acerca de por qué hemos ido tendiendo al óleo en plena edad del vídeo, y analizará las razones de esta parálisis emocional que ronda con una complicidad con el mal. Cada día que pasa nos parecemos mas al “Entierro del conde de Orgaz”, El Greco no sabía que mas que un cuadro pintaba una forma de ser a la española. Las figuras ocupan su lugar de una manera pasmosa, se reparten por categorías, miran impávidos la escena y el pobre conde hecho una “piltrafilla” se dispone a ser rescatado de esta vida por unos ángeles que le llevarán al cielo.
Ninis somos, ante los ojos de Ángela Merkel tenemos una credibilidad bastante limitada. Ante los mercados ya se nota, y ante la sociedad internacional debemos ser un colectivo curioso que ha vuelto a los tiempos de la capa y la espada. Grandes invocaciones al honor y mucho pico suelto pero a la hora de trabajar y de tomar decisiones nada de nada.
Conste que lo que haga doña Cristina de Borbón con su santo esposo nos debería traer al pairo salvo en lo que afecte a la estabilidad de la corona puesta en tela de juicio por otros asuntos. E igual con el honor de la señora ministra de Sanidad que el presidente del Gobierno defiende a toda costa. Cada uno se mete en su cápsula de mentiras, personajes pintados sobre tabla, hidalgos arruinados, monaguillos, sujeta velas. Para el carnaval de este año se lleva mucho el disfraz de huraño, se hace con poca tela y menos vergüenza, se corta como un sayo y queda la mar de bien. Es el uniforme de los ninis que todo lo ocupan con sus caras largas y la tez pálida, tal y como aventuró El Greco que serían hace mucho tiempo.

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