La celosía de Rajoy

(“COLPISA“/VOCENTO, martes 16 de abril 2013)

En Moncloa tienen una puerta secreta que es lo que faltaba para un culebrón en condiciones, y por esa entrada hacen pasar a quienes estiman conveniente. De la puerta sabemos muy poco, (en realidad nada porque es como la cara oculta de la Luna), solo se conoce que deja paso a un caminito y éste acaba en una celosía desde la que se escucha una voz que es la de Mariano Rajoy que susurra a su invitado. El primero en estrenar la curiosa cita fue Artur Mas y la semana pasada le tocó turno a Iñigo Urkullu. El invento está entre aparición celestial modelo Pitita Ridruejo e interferencias de la antigua Radio Pirenaica con reclinatorio para apoyarse durante el rato que dura la charla.
La celosía de Rajoy daría para una serie de intrigas palaciegas si fuéramos británicos, aquí nos vamos a quedar con las ganas de saber mas porque Rajoy es de pocas palabras y de menos explicaciones. El descubrimiento de esta técnica para entrar en contacto con presidentes regionales refuerza la imagen de distancia del presidente del Gobierno con la realidad: a la prensa se le despacha desde una tele de plasma porque lo mejor para evitar una respuesta es eliminar la tentación de que alguien formule una pregunta. La calle se pisa lo imprescindible porque no vaya a ser que tenga que escuchar aquello que no gusta.
Los designios del presidente son inescrutables, los expertos “marianólogos” fracasan a cada vaticinio que adelantan porque suele hacer todo lo contrario a lo que se espera de él. Antes teníamos la sensación de que gobernaba de manera calmada y ahora ya podemos estar en la certeza de que entre los problemas y La Moncloa Rajoy ha construido un muro espeso con un boquete pequeño oculto entre una parra. Una imagen muy propia de convento de clausura pero muy inconveniente en la mayor crisis institucional que hemos conocido en España desde que Boabdill salió por piernas de Granada.
Un éxito editorial sería que el presidente del Gobierno prologase una nueva edición de “La Feria de los Discretos” de Pío Baroja; iba a convertirse en la pieza mas codiciada de la próxima Feria del Libro. Citas urgentes con Europa, problemas en la definición del territorio, desigualdades económicas, la corona “des-corinizada” y el desempleo creciente reclaman una mayor actividad del presidente pero él prefiere que todo lo que tenga que ver con el mundo le llegue a través de una ventanita. Sólo una falta en la discreción que juran los miembros del Gabinete nos sacaría de la duda de si también los consejos de Ministros se presiden a través de la celosía, pero ese extremo no lo vamos a conocer igual que nos quedaremos sin saber de fuente directa qué dijo el presidente del Gobierno al lehendakari. En tiempos difíciles se busca una voz clara pero nos tenemos que conformar con ecos de celosía, y visto como quedan los mensajes que llegan desde Moncloa hay pasajes de los Manuscritos del Mar Muerto que son mas claros.

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