Bob Esponja presidente

(“COLPISA“/VOCENTO, martes 10 de diciembre 2013)

En un discurso Azaña barruntaba un desastre social que tristemente luego se confirmaría, para el presidente de la II República “entre nosotros y la tribu no hay nada”. Ellos eran los diputados y la tribu el pueblo que estaba a kilómetros de distancia de las preocupaciones de sus señorías. Algo parecido reivindica Albert Rivera, un acercamiento a la política que venga precedido de un plan pedagógico, los políticos no vienen de Urano aunque la media los contemple como una casta extraña que solo habla para ellos en los periódicos y que están a años luz de la realidad cotidiana. Para encontrar al último presidente que iba a trabajar en transporte público nos tenemos que remontar a Leguina que en Madrid usaba el metro, ¡menuda excentricidad mezclarse con la plebe!
Entre los planes de futuro de TVE se contempla transmitir valores cívicos democráticos a través de Clan que es un canal dedicado a niños de hasta doce años. Aleccionar con dibujos animados siempre tuvo mucho peligro, en Polonia prohibieron los Teletubbies por considerarlos propagandistas de la homosexualidad, bien es verdad que antes el pastor evangelista estadounidense Jerry Falwell había señalado a Tinky Winky como “loca con bolso”. El asunto se puso serio cuando un oficial polaco encargó un informe sicológico sobre los Teletubbies. Tampoco faltaron quienes para liarla del todo compararon a los hermanos Kaczynski con personajes de la serie.
Aquí podrían transmitirse valores democráticos modificando los guiones de Bob Esponja, o de Dora “La Exploradora”. Un cuñado de Bob infiltrado en UGT-A entre rebujito y langostinos, Calamardo tomando café con el juez del caso Nóos, el señor Cangrejo metido en la puja por el aeropuerto de Ciudad Real, Gary “el caracol” tras la pista de los números de Lotería que juega Carlos Fabra, y Dora instalada en el bar del Congreso que es dónde los cubatas salen mas baratos. De esa manera los niños se podrían hacer una idea del mundo adulto y no se llevarían esos soponcios que tantos problemas causan en la adolescencia. Mezclar los personajes animados con los protagonistas de la actualidad podría ser un éxito, (o también el más clamoroso de los fracasos). A los niños no se les puede engañar porque distinguen perfectamente al héroe del villano, Urdangarin aunque se oculte en el fondo del mar no varía su condición porque los corruptos en remojo, a diferencia de los garbanzos, no mejoran su condición. Bárcenas en dibujo animado no sería apto para horario infantil, se quedaría en secundario de Maki Navaja “el último chorisso”.
A esos niños les quedaría conocer el destino de Bob Esponja y no sería otro que la presidencia del Gobierno. Ya se encargarán los guionistas de la serie de poner en la presidencia al personaje mas querido. Y en la vicepresidencia a la abeja Maya, por ejemplo. Va a ser como el NODO pero con notables valores democráticos, ya verán qué divertido.

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