Rajoy en primavera

(“EL BOLETIN“, miércoles 19 de marzo 2014)

Según marca el calendario, y habrá que creerle porque tiene la experiencia de muchos años acumulados, mañana entra la primavera, de hecho la próxima luna llena será Semana Santa. Rajoy ha querido festejar la llegada de la primavera haciendo pasar a sindicatos y patronal por los jardines de Moncloa para un encuentro discreto. No hubo banda de música, ni bandera, ni foto en la escalinata, hubo primavera que no es poco.
A las tradicionales alergias se puede añadir este año un recorte salarial que Rajoy pretendía alcanzar entre petunias y otras flores de jardín. Le llaman moderación salarial pero es un recorte en toda condición. El presidente lo podría haber planteado sin tapujos pero al elegir la modalidad de discreción absoluta lo que consigue es trasladar cierto pánico al trabajador de nómina, ¿se lo ha pedido Merkel en persona?, ¿querrá aprovechar los líos de Putin para colar otro recorte con la anuencia de patronal y sindicatos? De momento sólo Rosell dice que España no es Alemania, los sindicatos ni siquiera admiten que cruzaron por los jardines de Moncloa sorteando peligrosos enanitos de jardín.
Estamos ante otra de las medidas que se le habrá ocurrido al comité de sabios a quién Dios confunda y que nos quiere poner el IVA de las chirimoyas al nivel de las joyerías de los escaparates de Serrano, quién dice chirimoya puede decir el billete de AVE o la barra de pan. Estos sabios acabarán por conseguir un país eficiente pero sin habitantes porque habremos emigrado todos escondidos de polizones en los barcos que van a Sebastopol.
Habrá que estar atentos a este anuncio de primavera que protagoniza Mariano Rajoy y que amenaza con desplazar al que tradicionalmente rueda El Corte Inglés. La nieve se descongela pero los sueldos pueden acabar en las cámaras del Capitán Pescanova ahora que las tiene vacías porque se retiró de navegar.

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