La nieta de La Gioconda es poeta

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El doctor Iglesias Puga es uno de los últimos que vino con Tarik, un superviviente de la época de don Pelayo / El discurso que más repiten los ricos de toda la vida es: «La Marbella de siempre no se ha perdido» / Carlos Fernández puede ganar el Premio Gunillo de Oro
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MARBELLA.- En el club de golf de Sotoborja, hay siempre un ramillete de famosas o de divinas de la muerte, todas ideales y acuáticas, residentes o en tránsito. Por allí ha pasado una rusa nuclear llamada Karolina Kurkova, que es una barbaridad de la naturaleza, igual que los volcanes.
La chica es poeta, creadora de tropos y sin querer hizo una sinécdoque a costa de un periodista: «¿Te llamas Manolo?, ¡yo adoro a Manolo Blahnik?». Pensar que en España todos somos Manolo es como comer conguitos y acordarse del régimen de Obiang, una estupidez, una fruslería, un accidente cardiovascular. Blahnik es un diseñador canario que triunfa en los estantes con unos zapatos que lucen las borjaminas de allí. El par no baja de 500 euros (unos 80 mil pantojos). Sarah Jessica Parker los lucía en la serie Sexo en Nueva York, que ahora va a hacer Ana Obregón (será Sexo en La Borjavieja o mejor Calentón de niñas bien).

Blahnik es un genio, sabe que instalarse en los pies es la mejor manera de ir subiendo hacia una mujer poco a poco. Francamente, me apasionan las modelos cuando se ponen a crear figuras literarias, o en su defecto ‘Papuchi’, que se ha marchado de Marbella para que le revisen el periscopio y el resto del aparataje. Antes de coger el camino recto, nos dijo: «Me voy de la tierra divina».Se supone que no es un adiós a este mundo sino a la ciudad donde su Rona, su Jaime y él son tan felices y tan iguales.

El doctor Iglesias es uno de los últimos que vino con Tarik, un superviviente de los tiempos de don Pelayo (ése sí que era de derechas, sin complejos). Pero volvamos a Marikurko, a la rusa que disfruta de novio que no enseña. En realidad, la NASA lo tiene en estudio, un hombre que duerme junto a semejante exceso físico tiene que vivir en la ingravidez permanente, ese tío no toca el suelo ¡ni de coña! Instalado en el priapismo, es posible que tampoco le quede sangre para regar su cerebro. De ahí la cara de pito y la tez blanquecina.

Hasta el momento, los efectos de la ingravidez se estudiaban con las moscas del vinagre que iban en los viajes espaciales; ahora basta con observar al novio de la Marikurko. Dicen que no le encajan ni la mandíbula ni la bragueta, normal. Ahí lo tienen con una camisa de fuerza, electrodos y un gorrito de papel, ecce homo de sí mismo, metido en una habitación acolchada y con bromuro pulverizado. Piloto de pruebas de la pasión, todo amor sin condiciones es una tragedia como otra cualquiera. Cuando ella abre la jaula, él sabe por qué.

El discurso que más repiten los ricos de toda la vida es: «La Marbella de siempre no se ha perdido». Y para eso montan fiestas privadas de autoafirmación nacional. Deberían mirar sus conciencias puesto que, si no hubieran conjugado el verbo especular, ahora no estaría tan masificada, pero la mente del rico es aún más complicada que la sonrisa de Marikurko. Algunos convocan a la prensa a la entrada de su casa (sin dejarles pasar por supuesto), porque luce mucho tener a los periodistas montando guardia. Les sale el cromosoma franquista y, en lugar de la guardia mora, les pone colocar en fila a una batería de fotógrafos.

Es lamentable pero cierto, como verdad es que tiran aceitunas por lo alto de la valla para que salten las focas. Y el gremio, en lugar de acordarse de la puñetera madre del domador, aguanta el tirón con más sueño que hambre. Cuantos más cochazos y periodistas haya en la puerta, mejor.

Una de esas fiestas fue la de Lorenzo Sanz, donde todos eran nostálgicos y merengues. El que no se pierde ni una es Carlos Fernández, del trío gubernamental marbellí; así pasa que luego no acude a los plenos, como en el que hicieron repaso de los dos primeros años de paz. Tanta fiesta pasa factura. Fernández se está ganando el premio Gunillo de Oro 2005. El PP, a través de Pedro Zoido, el Arenas regional, se posiciona en Marbella y dialoga con los empresarios hosteleros para recuperar el buen nombre de la zona.

La auténtica, Gunilla von Bismarck, emergió en el concierto de Grace Jones en Puente Romano. Hasta el momento, había navegado en silencio con su Luis Ortiz (no se habían dejado ver, no estaban).Licorera 23 le dio dos besos y un grito de colega en la oreja con saltitos de cheerleader. En cuanto al concierto, Licorera piensa que la Jones (la reina del morbo soul) se equivocó. Sobraban pijos y culos exquisitos; en realidad, tenía que haber actuado en las fiestas de Torremolinos, en la caseta municipal. Eso habría sido de interés general, con todas las locas, lobas y marujas pantojeras rompiéndose la camisa en primera fila.

Informe de bajas: el escroto de Cayetano cicatriza (en breve podrá recibir visitas), Pipi Estrada se recupera en el Hospiten de Estepona de un subidón de fiebre (Estrada es el consuerte de Terelu), Imanol Arias inmovilizado por accidente de quad en Segovia (Segovia es Marbella norte). En resumen: pá habernos matao.

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