Tiempos de escoba

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Estamos en Fase 1. No sé cuántos grados mide la escala, ni en qué momento pasarán por casa a requisar el botijo. Se ve que la situación hídrica está complicada, pero no hay más tu-tía que llueva. Todas las medidas que se tomen para el despilfarro son buenas, incluso hay que fomentar la ducha compartida porque así se conoce gente.

La Fase 2 igual consiste en pedir al personal un aseo de gato y un comportamiento menos generoso con el agua. La Fase 3 me han contado que se trata de reunirnos a todos en la explanada de La Almudena y hacer rogativas. Aplicar fe donde hay agnosticismo. Esto antes no pasaba, (con Franco los pantanos se llenaban en la fiesta de los sapos).

Antes, a estas alturas de calendario ya estábamos con la rebequita y las tormentas. Habrá que convenir que si le damos tan mala vida a la tierra no es extraño que ella nos devuelva sequía, ozono irritado y dolor de corteza de árbol.

Los servicios de limpieza municipal tienen orden de no baldear las calles, por lo tanto volveremos a los tiempos del escobón de rama y el soniquete de barrer aceras como el que planta en campo seco. El agua ni se crea, ni se inventa. No hay otro bien sustitutivo.

Tanto sol en lo alto es mosqueante, tendremos que llamar al pianista para que vuelva a “Cine de Barrio”, o pedir que Sara Montiel nos cante el fumando “desespero”. Cualquier medida estaría bien. Propongo poner a un vecino en la azotea con unos prismáticos? y si ve pasar una nube que le haga señales para que venga y descargue. Noé se pregunta qué hacer con el Arca.

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