Cardiopatías blancas

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Conste que soy tan rojiblanco que cuando estoy cerca del Bernabéu me acuerdo de los versos de Sabina: “mira si seré colchonero/ que cuando paso por Concha Espina/ me siento extranjero”. Dicho sea sin acritú y sin ganas de jorobar al prójimo, mucho menos a los amigos merengues que llevan una etapa muy arrastrada. Tan acostumbrados están a los triunfos que se despistan cuando no son ellos los que van en lo alto de la tabla (el sufrimiento nunca fue cosa de ricos).

Para que no se desgasten más mis buenos amigos merengues el gobierno debería negociar con la Federación Española de Fútbol y otorgar la Liga de inmediato al Barça, y así el resto de equipos podrían seguir soñando con tardes de gloria y triunfos ciertos.
El escupitajo de Etoo no es que sea una grosería, representa la distancia abismal entre los campeones y visitantes. Etoo es una llama negra que galopa sobre hierba mojada.

El Real Madrid es más noticia de Hola que del Marca y eso significa algo también. A mis amigos les han dicho que se consuelen porque los jugadores son ricos y famosos y dan lustre, pero ellos los prefieren más feos pero con mayor eficacia ante el gol.
Tan escamados están que ya ni la nieve les parece suficientemente blanca, dicen (¡no será verdad!) que en Navacerrada caen copos azules y granas, y que Cibeles tiene un novio que se encarga del mantenimiento de la fuente de Canaletas. Rumores.

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