Vayamos por puntos

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Pere Navarro, director general de Excusas y Tráfico, aquel que en la nevada de diciembre de 2004 aseguró que «en invierno bajan las temperaturas y hace frío», (candidato al Premio Chirimbolo de Oro por su agudeza de análisis), amenaza con provocar una confusión social a partir del 1 de julio. Será entonces cuando entre en vigor el nuevo carné por puntos que promete grandes emociones: así como para sacar el carné de conducir cualquier persona que sepa sumar con los dedos es válida (desde el Fary a Sánchez Dragó), para manejar el saldo de puntos se requiere la preparación de un catedrático de Física Subatómica.
Consciente del mogollón, la DGT ha creado una página web con gachí virtual que te orienta en las dudas, que no son pocas.Cuenta Thomas Friedman en su último libro La tierra es plana que nos dirigimos a un mundo de servicios globalizados donde un contable de la India puede manejar la declaración de la renta de un neoyorkino, un espacio más simple donde las órdenes se entienden a la primera. Navarro, ajeno a las tesis de Friedman, ha creado un producto netamente hispano, viscoso e intraducible.

Por ejemplo, si usted circula por la autovía «con un vehículo expresamente prohibido para ir por ellas», le cascan cuatro puntos en contra. Y la pregunta es: ¿a quién?, ¿Al burro que tira del carro, a la bicicleta? ¿Tendrá orden la Benemérita de arrancar una rueda del díscolo dominguero que se equivoca de camino? Quitarle puntos al que no tiene carnet de conducir es mundial. Normativa que va a entrar de golpe, como la del tabaco, y producirá nuevos analfabetos funcionales. Todavía no tenemos claro si en caso de avería hay que bajarse con el chaleco reflectante puesto, o en los brazos, o ya salir de casa vestido de reflectante por lo que pudiera pasar (y que te pongan un diente de oro para que brille como en las películas de serie B).

Habrá que preguntarle al psiquiatra forense, García Andrade, en qué pliegues del cerebro del español se encuentra la voluntad de incumplir las leyes de tráfico: está muy bien redactar una normativa si luego no se puede vigilar su observancia.

La patronal de los seguros calcula que el 14% transita sin seguro, algunos más circulan sin carné, ¿cuándo el señor Pere localice a un conductor sin papeles, qué puntos le va a restar si no tiene dónde? Incluso en el caso de retirar el carné a un mal conductor es posible que éste continúe al volante y alegue que se lo ha dejado encima del piano. Y si ya es espesa de entender la pérdida de puntos, la manera de recuperarlos es aún peor: con menos esfuerzo intelectual se hace uno notario que sale más a cuenta. Sabremos de la eficacia de la norma cuando sancionen al chófer de un ministro, hasta ese momento es todo un sudoku de la DGT, un divertimento administrativo.

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