Desbarre a la madrileña

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Estimado ya-no-tengo-clase: después de dos noches de farra y a la espera de la que corresponde al sabadete, confío en que la resaca te permita recordar quién eres, dónde vives y qué hace esa chica en tu cama. Dicen que cuando se alinean las estrellas ocurren fenómenos extraños en el firmamento, algo así ha debido pasar estas noches de aquelarre global: fin de exámenes, restos de luna llena, algo de viento, carnaval, ciertos amigos, incontables copas y ganas de pasarlo bien. El resultado no puede ser más feliz y ruidoso a juzgar por los vecinos de la zona centro que han descubierto que el mejor amigo del hombre es el tapón de cera. Toma nota: las juergas no son menos sin despertar al barrio, un poquito de urbanidad joven que se vea que tienes estudios, no me seas gañán de la selva. Y recuerda que la juventud es una enfermedad que se cura con los años, e igual dentro de un tiempo eres tú el que no pega ojo. No hace falta que te partas la caja cuando rías, ni que llames a la gente a voces, si te pones a gritar pronto descubrirás que hay otro que lo hace más fuerte que tú. De ahí la afonía que pone la voz de gato.
Volvamos a la justificación estelar: cuando el cielo lo manda hasta Macario El Alejandrino (reputado eremita, famoso por su austeridad), se marca un sirtaki con la litrona en la mano y alguien agradable en la otra. Y de ahí el desbarre colectivo, el bailoteo, el llenar los jardines de cervezas de alta graduación y resto de bebidas legionarias, aquellas que duran un segundo en el paladar y cuatro días en la cabeza en forma de pesadilla destilada. Tengamos en cuenta que señal para la convocatoria no hubo, fue un encuentro casual y al atardecer. Cuando la gente se reúne con un motivo lúdico se montan los fiestones, cuando lo hacen con saña se organizan las revoluciones, ya lo dijo el celebérrimo Perogrullo en uno de sus manuales de comportamiento social.

Tengo para mí que el detonante fue el do de pecho de la novia de Ronaldo en la Pasarela Cibeles, Raica es el buque insignia de la marina brasileña que nos envía Lula para vacilar de tecnología en punta. Más que ubre, ubérrima condición la de Raica Oliveira que al sacar el pecho justo lo que hizo fue dar el tetazo de salida a estos cuatro días de oro en los que está permitido disfrutar.Espero que llegues en buen estado al lunes y recuerda que antes de beber hay que vivir. Tengamos la fiesta en paz, ya llegarán las notas a poner a cada uno en su sitio, hasta ese día que el rey Momo te proteja y cuidado si pasas por la Puerta de Alcalá.

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