Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El viejo chiste del garito de comidas populares dice que cuando el cliente alertó de que había una mosca en la sopa el camarero le dijo: ?por el mismo precio le damos carne y todavía se queja el tío?. En Galicia una señora disputa con la marca Matutano el origen de un ratón encontrado dentro de una bolsa de Doritos. El asunto colea desde diciembre pero ahora es cuando hemos sabido de la bronca, mientras que la marca pide que le hagan la autopsia al ratón, la señora no está por la labor, prefiere enseñar el animal a las visitas como el que tiene un relicario traído de tierra santa.
En la historia de los productos envasados siempre ha habido mucho mito, en Estados Unidos ha habido pleitos interminables que no siempre acabaron bien para el denunciante. Hubo quién de la difamación hizo una forma de vida hasta que le pillaron, claro.
En esta historia a tres bandas: consumidora, fabricante y ratón habrá dos que perderán y una que saldrá indemne. Pierde el ratón, hoy metido en un frasco de cristal al vacío, pierde la empresa de los doritos y puede perder la denunciante si no sustenta la denuncia en argumentos sólidos. Y ya verán como por efecto de la alarma social empiezan a aparecer otros casos semejantes.
El ratón es el elemento inocente del relato ya sea como polizón de la bolsa de aperitivos o como elemento externo añadido. Dice la señora que era peludo y suave, (se supone que tras el proceso de fritanga también crujiente).

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Etiquetas: el boletín, opinion