Esa alegría de vivir

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Lo dicen los expertos: cuando llega la primavera pican los ojos, escuece el paladar, algunos tienen dificultades respiratorias y otros caen el asma provocado por la inhalación de polen. Y luego está lo de las arizonas y las cupresáceas, y el rollito de las abejitas y las florecillas, por lo tanto cada año por estas fechas tenemos motivos para llorar lágrimas de primavera.
Vivaldi dirá lo que quiera pero cuando se tiene un cuadro de alergias uno entiende perfectamente a Michael Jackson que va por la calle como el zombi burbuja. La alergia es una enfermedad no incapacitante pero que jode, y en el fondo es peor. Es cuando uno coge la senda del estornudo y no se baja de ella hasta que no se han reído lo suficiente los que van en el autobús, cuando dan ganas de preguntar a los risueños: ¿y a usted qué le pica, amigo?

Los avances médicos son espectaculares pero ante una gramínea no hay laboratorio que valga, salvo unas pastillas que adormecen los sentidos y te puedes pasar la primavera con la cara lánguida de una princesa europea en el exilio. Las alergias mutan, cambian de cara y cada año se regresan con mayor virulencia que el año anterior.
La Comunidad ha puesto una web y un teléfono al servicio del lloroso donde te atienden sin importarle que les tosas en la oreja, según el tipo de esputo se hacen una idea de la patología que presentas.

Evitemos el ripio pero la primavera ha venido y? ármense de ventolines y resto de aerosoles que son esas descargas de drogas legales consentidas A partir de este momento a llevarlo con alegría (la alergia) y a pensar que la alergia a los polvos también es cosa de machos. Ya llegará mayo con las flores, ¡no te digo!

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