Un mafioso

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La policía llevaba años detrás del gran capo Provenzano, nada menos que cuarenta. Se había dicho que estaba muerto, huido en Brasil, también se especulaba con una operación de cirugía estética, pero finalmente ha caído el delincuente más buscado en Italia.
Se podría decir que el oficio con mayor seguridad laboral es el de mafioso, se puede ejercer en cualquier parte del mundo, tiene importantes beneficios fiscales (no paga impuestos), una alta rentabilidad y se cobra inmediatamente y en efectivo. Salvo que te coja la policía todo son ventajas. Por otra parte no es necesario hacer cursillos, (tan sólo de manejo de armas) y no piden idiomas porque para delinquir cualquier lengua es suficiente. Luego está la leyenda y el respeto que uno adquiere entre el vecindario, (el protagonista de ?Uno de los nuestros? decía que se hizo mafioso para poder aparcar el coche en la puerta de su casa).
Por mucha condena que le caiga a Provenzano nunca podrá el castigo ser mayor que el morbo de sus años vividos en la clandestinidad y los placeres prohibidos, entre las mujeres que amó y los hombres que le temieron. Un demonio con su corte de diablillos, lameculos, sicarios y ejecutores que a su vez mantenía una economía clandestina donde el lujo era moneda corriente.
Provenzano tenía un nombre que infundía respeto, era un malo de antología del crimen, un delincuente de gran honor, capaz de ayudar a las viejecitas a cruzar la calle pero implacable a la hora de romperle el pescuezo a cualquiera por encargo o por voluntad. En la cárcel le temerán por viejo y por mafioso.

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