El precio infame de la gasolina

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Teniendo en cuenta el precio que está alcanzando la gasolina igual Abundio no iba tan mal encaminado, me refiero a ese futurólogo que hace años y previendo la crisis del petróleo decidió vender el coche para pagar la gasolina. Según cuentan, Abundio es anterior a la gran crisis de 1972 cuando los jeques del petróleo decidieron ser alguien en este mundo. Desde entonces hasta la fecha, cada vez que usted reposta combustible el jeque se forra aunque esté durmiendo la siesta. No sólo él, ya se sabe que detrás de un jeque inteligente hay una Hacienda que se lucra con los impuestos añadidos.
Lo cierto es que el barril de petróleo Brent, (el crudo de referencia en Europa), el viernes cerró a 72.02 dólares en Londres. No hace falta ser alumno de Samuelson para darse cuenta de que la gasolina subirá otra vez. Según información publicada ayer en estas mismas páginas, llenar el depósito de gasolina es 7.15 euros más caro que hace un año, o lo que es lo mismo cada vez somos más pobres. Si el problema fuera el deseo irrefrenable de riqueza de los países exportadores de petróleo allá ellos, pero resulta que una política agresiva de Estados Unidos con oriente próximo nos está jorobando a los que vivimos aquí. La gran trampa del capitalismo del siglo XX, (y que se prolongará hasta que no demos con otras fuentes de energía), es que vivimos para pagar un precio por nuestro rescate que es la gasolina. Sin ella no se mueven las personas, ni los productos, ni son rentables los negocios.
Por eso no es extraña la preocupación de los taxistas, de los transportistas, de aquellos que cada mañana tenemos que desplazarnos para llegar a nuestro puesto de trabajo, (todos salvo el jeque del turbante que no ha trabajado en su puñetera vida). Además, las amenazas de Bush al régimen de Teherán y la respuesta cuchufleta de su iluminado presidente, nos indican que igual dentro de un año hasta nos parecerá barato lo que estamos pagando ahora.
De seguir en esa espiral de consumo que consiste en ser más dependientes del petróleo cada día, es posible que nuestra economía se vuelva intransitable y se ahogue. Si los profesionales repercuten la subida de los carburantes en sus productos, las lechugas se convertirán en objeto de lujo. Hay otras energías y lo extraño es por qué no se han investigado más, por qué el símbolo del poder en la sociedad occidental es tener un coche que consuma mucho. En el ?negocio? de nuestra pobreza hay gente a los que les va bien. Aunque resulte duro decirlo nuestra miseria es un negocio, por eso cada día es más cara la gasolina

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