En defensa de la flamenca y el toro

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El consejero de Turismo del gobierno catalán, Josep Huget, aspira a quitar los recuerdos ?typical spanish? de Las Ramblas. Si tiene que crear un cuerpo de inspectores de tiendas de recuerdos, lo hará. Huget quiere eliminar al torito con banderillas españolas y a la gitana con la cara de Lola Flores; siempre y cuando Carod Rovira no se dé con el gobierno catalán y descabalgue a Huget de cornada por el corvejón. Veremos quién es más rápido.
La única justificación que le ampara al consejero catalán sería velar por el buen gusto de los turistas, pero si los va a sustituir por una muñeca con bigote benemérito, (el de Carod) y por un burro semental, apañados vamos. En todo caso habría que pedirle al consejero que si va a dar lecciones de estética nos muestre fotos de su casa. Igual no estaríamos de acuerdo con muchos de los objetos que podamos ver. La Operación Malaya nos ha sorprendido con objetos imposibles en casas de personas con mucho poder y recursos, (el buen gusto no va acompañado por el dinero, todavía hay mucho tapiz con ciervos bebiendo en el lago que son al buen gusto lo que Fernando Alonso a los límites de velocidad). Y, si se pone a prohibir todo lo que recuerde a España, tendrá que suprimir las actuaciones de Isabel Pantoja, los discos de Manolo Escobar y la tortilla española, por una cuestión de huevos. Ver actuaciones de la tuna de Barcelona, en la clandestinidad, va a ser muy divertido. Clavelitos contiene un mensaje españolista que no se puede resistir.
Asusta que una chorrada de tal calibre tenga altura de debate político y se pueda tomar en serio. Olvida el consejero que el turista suele comprar aquello que más le gusta, no obra con sentido de zaherir a la sensibilidad de un gobierno. Por lo tanto, si los puestos de Las Ramblas tienen toritos y flamencas será porque el público las demanda pagando su justo precio que en ocasiones se eleva por encima de lo justo.
Además, si hubiera dejado pasar unos años se habría impuesto la lógica comercial: las nuevas televisiones de pantalla plana no tienen espacio para colocar a la flamenca encima, por lo tanto acabarán con ellas salvo que se reconviertan en pegatinas. Los recuerdos típicos son un espanto para la vista pero tienen el encanto del valor añadido, como esos sombreros mejicanos que no caben en el avión de vuelta, o la góndola veneciana o las espadas de Toledo. Productos todos que pasan a la categoría de VG (Vigilados por Huget); antes de salir de Mallorca repase el listado por si también están las ensaimadas. A algunos la primavera les sienta fatal.

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