El hombre blanco

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Mientras llega el momento de las elecciones al Real Madrid, Ramón Calderón ve pasar toros por el albero de Las Ventas; no fuma puros pero tampoco se le ve con prisa. Incluso las faenas más adornadas le pintan una emoción templada, para que se levante por un torero tendría que ser para saludarle en el estrecho callejón.Este palentino de buena planta es el hombre tranquilo, las antípodas de Juanito Navarro para entendernos, el abogado que le puede devolver el juicio al Real Madrid por la vía de la paciencia (que viene de Palencia también). Parece que es el camino adecuado una vez que hemos visto que quien ose entrar en el vestuario como un domador saldrá con la esquela redactada en brasileño.

En el encuentro digital de elmundo.es apuntó la fórmula matemática de su posible presidencia con dos ramas: uno que haga y otro que fiche. Matiz que recuerda aquello que decía Carlos Cano para defender su condición de granadino: «Hay una Andalucía que baila y otra que piensa». Aspira a ser Séneca en el palco del Bernabéu y cede el protagonismo en beneficio de un segundo que actúe como portavoz pasional del club y se tire el pisto de los fichajes.En ese papel quedarían niquelados dos tipos de bigote: Del Bosque y Schuster, currantes de los que fichan antes de salir a la calle.Si admitimos que el fútbol es un espectáculo, Ramón Calderón se reserva el papel de espectador (exactamente el mismo que tiene en el callejón del coso madrileño). Tal vez porque entiende el balón como un deporte que hay que gestionar como un negocio, y no al revés. En su favor cuenta con no estar afectado por la aluminosis que es la bacteria que corroe a los empresarios del ladrillo con los tobillos de cristal.

Calderón no es un mago, ni un encantador de serpientes, ni se va a vestir de hombre bala con una capa reflectante para que apreciemos su majestuoso vuelo; muy al contrario su programa electoral cabe en el dorso de un billete de metro. Por lo tanto mensaje corto y texto sencillo, lo demás son fuegos de artificio, pirotecnia china en estado puro. Conoce el club y sabe manejarse por la gran pirámide de Concha Espi-na, el año pasado obtuvo la Liga ACB como directivo de la división de baloncesto a la que ha sacado de la UCI y ahora se recupera en planta.

El torero alicantino Luis Francisco Esplá está empeñado en mostrarnos los toros como pura trigonometría y es posible que Calderón aplique estrategias de ajedrez al fútbol. Quizá por ahí venga la renovación de la Casa Blanca que se ha vuelto muy gris esta primavera, y no por tendencias de la moda sino por dejadez. Mientras llega el momento de las urnas, él sigue viendo pasar toros en San Isidro alejado de la bulla galáctica. En todo caso, galácticas serían las partidas de póquer con Raúl del Pozo de compañero, pero quizá ahí vayan de farol los dos. Una cosa es querer enderezar el rumbo del Madrid y otra creerse imbatible. Puede que sostenga las cartas como el legendario Wild Bill Hickock (el amigo de Búfalo Bill y de Calamity Jane), que aún disparado por la espalda no soltó la doble pareja de ases y ochos. Un tipo con suerte y buena mano.

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