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Made in Libia

marzo 20th, 2011 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Gadafi, el Lady Gaga de África, es un friki como tantos pero con la diferencia de que domina el petróleo. Contra él se ha levantado una aparente alianza internacional que cuenta con el respaldo de Naciones Unidas pero en la que no está Alemania porque la señora Merkel no quiere la guerra que busca monsieur Sarkozy. Tampoco es que la comunidad internacional se haya empleado a fondo, le han dado cinco semanas de ventaja para que aniquilara a los rebeldes y aumentara el ejército de mercenarios contratados en el entorno del Sahara. La OTAN es un paquidermo que presenta residuales dosis de vida apenas perceptibles cuando se trata de la defensa de los derechos humanos.
Gadafi es un dirigente rico y hasta la fecha muy bien relacionado, no falta en su álbum dirigente internacional conocido que no acudiera a la jaima para hacerle la pelota, (entre ellos Zapatero que ha cambiado el concepto de alianza de civilizaciones por cuatro aviones F-18 enviados a bases en Italia). Ban Ki Moon sugirió que los responsables de los ataques a la población civil fueran sometidos a la justicia, pero Gadafi no creo que se encuentre entre ellos porque su defensa en el tribunal llamaría a testificar a todos los que están en la agenda de su móvil y ninguno de ellos baja de categoría de líder político o empresario poderoso. La diplomacia del petróleo tiene estas contradicciones que nos llevan a abrazar a jeques tiranos en función de unos barriles de petróleo.
Gadafi es un problema suelto y también sometido a la zona de exclusión aérea, mientras le quede un paraguas seguirá apareciendo en televisión para dar la murga con sus consignas. Una solución seria enviarlo a la isla de los famosos para que compitiera con Ben Alí, Mubarack y Paquirrín que es el chico de moda en la gran pantalla. No va a ser fácil esta misión que tiene por objeto acabar con un tirano pero salvaguardar su régimen para que podamos seguir extrayendo crudo sin que se note mucho la diferencia. Ni Hilary Clinton lo tiene claro, sospecho que está más del lado de la Merkel que de Sarkozy al que le hace falta una buena causa para aumentar una popularidad anoréxica. Y en medio Zapatero que afronta la recta final de su mandato sin tener claro si volverá a ser el candidato de su partido pero que no duda al repetir una foto bélica como las que criticaba a Aznar. En este intercambio de disparos el pueblo libio permanece ajeno, rehén de su historia, cautivos entre su líder, las fuerzas aliadas y una guerra civil de la que no se ocupará nunca la ONU.
Para desactivar la catástrofe hace falta coger al hijo de Gadafi, a ese chulángano de discoteca que tiene las claves de un conflicto made in Libia.

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Premio al mejor disfraz de carnaval

marzo 6th, 2011 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Ante el carnaval sólo caben dos posturas: aquellos que disfrutan vistiéndose de otro/a, y aquellos que jamás se pondrían una nariz postiza porque se tienen por gente respetable. Los políticos, (muy a su pesar), pertenecen a la primera categoría, a la de quienes no queriendo hacer un papel terminan representado otro que en el que no creen.
En este carnaval hemos visto a Zapatero disfrazado de reformista y de social cuándo no hace un año protagonizó los mayores recortes sociales que se conocen. También se lleva el traje de antinuclear de Miguel Sebastián aunque luego tuviera que aceptar que nuestra dependencia energética es excesivamente elevada del exterior. Y el tde hombre invisible de Rubalcaba que le permite traslucirse cuándo se habla de quién será el sucesor del presidente. O el de Leire Pajín que es un disfraz que vale igual para encuentros planetarios que para una gala de los Goya.
Tampoco se pierdan el disfraz de Griñán cuándo quiere ir de inocente-inocente en el caso de los eres fraudulentos, confeccionado con telas refractarias a las peticiones para crear una comisión de investigación por fuerte que arrecien las críticas. Los buenos disfraces tienen que aguantar una buena fiesta sin estropearse, y a ser posible resistir el paso del tiempo para cuándo salgan del baúl al año siguiente.
En el bando de las gaviotas también tenemos disfraces divertidos en este carnaval, por ejemplo el de Camps sin chaqueta en la convención del PP en la que se pactó luchar contra la corrupción. Tampoco es manco el de Ana Mato, redactora de un código ético tan poco usado como desconocido. O el de Rajoy de domador de distintas fieras que amenazan con estropear la función.
Pero por encima de estos disfraces: llamativos, curiosos, creativos y simpáticos, está el disfraz de carnaval de gente corriente. Tiene el inconveniente de que es para todo el año, no se puede renunciar a él, y ha de aceptar que le den sustos con la gasolina, el IPC, los créditos, el empleo, los planes energéticos cambiantes y hasta con los programas en los que se anuncia a los candidatos para Eurovisión. El disfraz de ciudadano no tiene ninguna gracia, no te dejan pasar con él en las recepciones oficiales, no tienes derecho a prebendas parlamentarias, ni autonómicas, ni municipales. Es un traje de soldado raso sin derecho a reclamación, de peón de brega, de gente corriente. El suyo es un carnaval tristón, sin música ni fiesta en los grandes salones. Pero muy a su pesar paga a los músicos con los que sus representantes bailan la conga. No es un gran disfraz pero debería recibir todos los premios por aguantar el escándalo de una fiesta a la que no fue invitado.

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Nosotros los Alcántara

febrero 26th, 2011 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Sí, efectivamente, el Gobierno ha pensado que los argumentos políticos de futuro tendrán mayores comentarios si se inspiran en los guiones de la serie “Cuéntame”. De otra manera no se entiende que seamos el único país de Europa que haya tomado drásticas medidas ante la crisis de Libia que apenas nos reporta petróleo, (imaginen la que podemos liar en caso de que Argelia nos corte el grifo del gas). Reducir a la velocidad de 110 es para que se adapte mejor el Seat 124 de Antonio Alcántara a las carreteras españolas; luego vendrá el abanico y el botijo igual que antes nos recomendaron no usar corbata en verano y no darle tanta potencia a la calefacción en invierno.
Nosotros los Alcántara tenemos derecho a una televisión en blanco y negro, a un cine con NO-DO en el que aparezca José Blanco poniendo pegatinas en las señales de las autopistas y autovías, y Bono dándose un premio a sí mismo. Tenemos derecho a usar la bicicleta aunque nieve, igualmente nos está permitido el uso de la tartera para compartir viandas en los animados y penosos viajes en tren que no se produzcan por las vías del AVE, (la amplia mayoría). De cuándo en cuándo nos animaran con un estado de alarma que recorte el tránsito del espacio aéreo, y también nos subirán el gasoil a precios de jamón de Guijuelo.
Estos son los inconvenientes de vivir sometidos a los dictados de los guionistas pero no me dirán que no tiene encanto regresar a la rebequita de cuadros cuando por ahí fuera están discutiendo cómo recuperar el pulso de la economía. Esos efectos también se refieren a la política internacional puesto que mientras que Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Alemania, tienen una opinión dura y formada de la crisis de Libia, nuestra ministra de Exteriores se está pensando sí, (algún día), emitir alguna idea al respecto. De nuevo esa contundencia verbal a la que nos tiene acostumbrada Trinidad Jiménez y que ya vimos en la crisis de El Aaiún cuando la Ministra corrió a refugiarse en lo que dijera Bruselas.
Nosotros los Alcántara tampoco estamos tan mal, volveremos a los tiempos en los que la gaseosa se rellenaba en las bodegas de barrio, a asombrarnos con las acrobacias de Pinito del Oro en el trapecio, a aplaudir la llegada del vuelo del “Plus Ultra”, y a recortar cupones de descuento para que nos den una olla exprés. Lo de las pegatinas que anuncia José Blanco es pura maniobra de distracción, una trama más en el guión de “Zapatero Cuéntame”. Eso sí, en cuánto anuncien que Julio Iglesias presenta su primer single es que estamos perdidos, entonces seremos víctimas del acelerador de partículas, pasajeros del tiempo condenados a repetir sus miedos, despropósitos y limitaciones, (de velocidad).

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Contaminantes y pesticidas

febrero 13th, 2011 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Lo dice el barómetro del CIS: los españoles tienen a sus políticos como el tercero de sus problemas. Y ellos lo que hacen es engordar el mito para que la fiesta no decaiga. Ante la inminencia de las elecciones de mayo la consigna es: “¡Y tú mas!”, pues que se anden con ojo porque después de lo de Egipto el personal les puede gritar: “¡Y tú menos!”, sólo es cuestión de calentar un poquito el ambiente a través de Internet y ya tenemos espectáculo callejero durante unos días. Si embarrada está la vida pública ellos saben por qué, aquí nadie asume sus responsabilidades pero en cambio le arrean al ajeno con sus miserias como si los propios fueran seres angelicales. A este paso va a ser necesario que se cree la papeleta de “me aburren” para poder introducirla en la urna porque votar en blanco parece poco castigo. “Me aburren” una colección de debates huecos, de adhesiones sórdidas, de petardos y petardas que se creen alguien porque les han nombrado a dedo y tienen coche oficial para presumir de prebenda. Olvidando que la democracia es de todos no sólo de sus representantes.
Deberían pensar que echándose los trastos a la cabeza van a solucionar más bien poco, aquí nadie tiene la exclusiva de la bondad, de la soberanía, de la higiene, de la tolerancia, o de la bonhomía. Si unos tienen Gurtel otros tienen el asunto de las jubilaciones fraudulentas de la Junta de Andalucía, y en lugar de solucionarlo lo que hacen es justificar lo suyo señalando la decadencia del rival. Hay días en los que los informativos de la tele pasan entre bostezo y bostezo porque uno no hace más que ver consignas y consignas. Ya puestos a dar ejemplo de austeridad se podrían ahorrar un pico en carteles y propaganda, en mítines a los que sólo acuden los convencidos o los que han pillado cargo.
Se pelean, también, por la contaminación en las grandes ciudades. Una cuestión que les ha importado un pepino hasta la fecha y que ahora genera tensos debates de falsa ecología. Desengáñense: nuestra salud les importa poco, lo que les motiva es encontrar munición nueva con la que seguir zurrándose en el hígado. ¿Dónde quedan las ideas?, ¿Dónde las propuestas de futuro?, hay días en los que encuentro más ideología en un debate de Belén Esteban que en un resumen de la sesión parlamentaria. Y dónde digo ideología también podría decir principios. Pudiera ser que aquellos que no aportan, aquellos que no reconocen sus fallos, aquellos que se justifican en función de la corrupción del rival, acabaran convirtiéndose en agentes tóxicos para la calidad de la democracia.
Entre eslogan y titular van pasando sus días, y luego se extrañan porque una serie de televisión tenga más audiencia que la entrevista al líder.

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Los guapos están ofendidos

enero 23rd, 2011 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Quiere el Gobierno legislar para que nadie sea discriminado en razón de su fealdad. Si aplicamos este criterio a todos los campos sociales podremos encontrarnos con la queja formal de las hermanastras de Blancanieves, o con una demanda del lobo que asustó a Caperucita. Y qué decir de la reclamación que podría presentar “Shrek”, ese ogro moderno. Y, lo que es peor: los guapos amenazan con exiliarse y sacar de España sus cuerpos igual que algunos han hecho evadiendo capitales; estamos ante la primera “fuga de cuerpos” de la historia. Iba a escribir que los feos se darían por ofendidos, (“nos daríamos por ofendidos”, vale), y también se irían, (“nos marcharíamos”), de España porque nadie se reconoce feo de narices, todos hemos tenido una abuela y gracias al foto-shop hasta los sapos quedan como príncipes. No olvidemos el encanto del feo/fea con gracia que luego resultan tan buenos cuñados/cuñadas en una familia.
Cuando se aplique esta Ley se vendrán abajo el negocio de los productos de belleza, las peluquerías y los rayos Uva. No hará falta que nos esforcemos en cuidar la dieta, ¡total para qué!, ¡Si nadie podrá ser llamado “ballenita, o foquita”, puesto que una ley niega discriminaciones en función de la talla del pantalón! Entiéndase que los guapos, aquellos que dedican una parte de su semana a acudir al gimnasio, a cuidar su pelo, a crujirse los abdominales en unas tablas durísimas, se sientan ofendidos. Sea usted el hermano de George Clooney, o la hermana de Angelina Jolie, (pongamos por caso), para que luego el Gobierno no le reconozca sus méritos genéticos. Se entiende el malestar entre los guapos que podrían buscarse como negociador a un hombre con experiencia en conflictos: César Cabo, el chulapón de las torres de control.
Desde siempre, hasta que se creó esta Ley, los feos habían tenido su gran papel social, estaban ahí para mayor lucimiento del guapo. En el western se sabía quién era el bueno porque iba maqueado en pleno desierto, así como teníamos claro desde los primeros planos que un gordo malencarado no podía llegar muy lejos en aquel saloon. Si todos fueran guapos se produciría una gran confusión en el tiroteo porque sabido es que a los guapos las balas sólo les rozan el hombro, ¿entonces, quién iba a caer desde el segundo piso de bruces contra la mesa redonda dónde se juega al póker?
Abrir este conflicto en este momento en el que tenemos otras urgencias económicas, y políticas, parece algo arriesgado. Lo más prudente sería esperar mejores tiempos. Lo que nos faltaba era enfadar a Elsa Pataky, a Javier Bardem, a Maribel Verdú y a la guapa del barrio. No creo que estemos preparados para afrontar un conflicto tan espeluznante.

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Las ruinas históricas del abuelito

agosto 22nd, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Entre las razones de la tradicional longevidad de los japoneses no parece que cuente tanto la alimentación rica en soja si no la falta de escrúpulos de los nietos con sus abuelos difuntos. El Gobierno nipón ha creado una red de inspectores que acudan a los domicilios para revisar la fe de vida de los ancianos y se han encontrado con más de una sorpresa desagradable. Habida cuenta la cultura de la subvención al centenario se han dado casos de familias que embalsamaban al abuelito con tal de seguir cobrando una pensión que a partir de los cien años es notable. La vida del anciano les importó una higa pero, de repente, sus derechos pasivos avivan el sentimiento familiar y les hace declarar en los periódicos locales que en su familia viven más que la abuela de la fabada.
Picaresca al canto, Rinconete y Cortadillo en versión oriental, más que humor amarillo es humor negro. Gente que se aprovecha de los ancianos para vivir a sus anchas y a la salud del Estado. Desgraciadamente se comprueba que las personas mayores son de interés en razón de la herencia que van a dejar, o en función de la paga que reciben cada mes, en otro caso se les deja en la residencia para que no den el coñazo en el apartamento de la playa en el que los abuelos, (sí les llevan), quedan aparcados en la terraza junto a las bicicletas y las macetas secas. Un delito contra la familia en primer grado, pero los que lo cometen no creen en la familia si no en la cuenta corriente que tienen en sus respectivos bancos, forman parte de lo que podríamos considerar delincuencia con el mismo ADN. Como los ancianos no se pueden defender pues que se alivien cómo puedan y que Dios los tenga en sus oraciones porque la vida eterna sin pan se debe hacer muy cuesta arriba.
Es bastante lamentable que a las personas se les tenga en cuenta por su parecido con un acueducto romano, o con un retablo gótico, pero esta cultura del pelotazo que antepone el dinero a los sentimientos ha ganado definitivamente la batalla a la moral y las buenas costumbres. Pensar que alguien puede tener al antepasado en el frigorífico y descongelar el dedo una vez al mes para que firme es terrorífico pero empieza a cobrar visos de realidad.
Ignoro la pena que pondrán las autoridades japonesas a los desahogados que cometen estas tropelías pero en otras culturas les habrían aplicado una pena de castillo, tal vez tapiarles en vida y que se dejen las uñas contra la pared del muro. Lo suyo sería desheredarles de sus antepasados, dejarlos huérfanos de recuerdos y apellidos, un justo castigo a estos modernos ladrones de tumbas.

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Cuentos chinos y otros parches

agosto 8th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Vaya por delante que soy un fan de la medicina tradicional china, es decir que soy “banderilleado” en la oreja de manera habitual por mi médico. Hace unos años éramos cuatro los que acudíamos a la acupuntura pero, de repente, la maraña de “acupuntizados”, y resto de seres con chinchetas y pulseritas ha aumentado. Es más, no hay hortera sin pulserita para el equilibrio; unos se la han recomendado a otros y ahí el negocio. En muchos casos si se busca el nombre del supuesto creador se descubre que no es una persona si no una calle de Pekín que hace referencia a un pez de río. Pero todo lo que viene de oriente nos suena a salud, y cuánto más raro sea el inventor de la pulsera, más éxito tendrá. Esta técnica de “venta por imitación” es imbatible, está basada en la capacidad que tiene el ser humano de repetir comportamientos estúpidos. Después de ver “La Dolce Vita” cualquier bobo que arroje un céntimo a una fuente verá cómo su gesto se ve multiplicado de manera exponencial. La estupidez es parte de nuestro código genético. Una de las fotos del verano es la del Príncipe Felipe con un parche en el cuello, un argumento que ha dado para cien tertulias de televisión. Conste que cada uno le reza al santo que más le conviene y, si cree que un parche le arregla la vida, que se lo ponga. Dejando la cuestión clínica de la que deberá responder el inventor del artilugio, (en el caso de que den con él), lucir un apósito a la altura del cuello recuerda a las colchonetas que tras pinchar se reparaban con un parche de bicicleta. El resto del verano será por qué se ha quitado el parche, en qué otras zonas lo lleva, y qué otros famosos lo lucen. Tal vez sea un apósito para evitar “marujeos” y preguntas cotillas, un sortilegio para alejar a los “mariplastas de sofá” que todas las tardes apuñalan a alguien por la espalda. Hace un año, a estas alturas, andábamos buscando dosis de “tamiflú” para hacer frente a la que iba ser la madre de todas las gripes; hoy se queman dosis caducadas de vacuna contra la Gripe A porque no son necesarias. Es posible que dentro de un año veamos en las cunetas los restos de las pulseras que evitaban mareos, contagiaban el optimismo, o nos protegían de las meigas. El caso es que ahora toca la medicina china porque está de moda, ignorando que esa medicina lo que aconseja es a cambiar el rítmo de vida. Por lo tanto sí el Príncipe se aleja del pantalán de las regatas, se pierde con su familia en un lugar sin fotógrafos, sin curiosos, en un sitio dónde pasar las vacaciones con la única preocupación de ir a comprar el pan, entonces le sobrará el parche. Si uno no hace por mejorar la calidad de su vida lo demás son cuentos chinos y pulseritas de todo a dos euros.

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Estresados sin derecho a examen

julio 25th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Finales de julio, calor, está de moda el estrés tanto en bancos como en controladores aéreos. Al resto del personal ni se nos pregunta por si fuéramos a dar una dosis alta de estrés en sangre, pero es que al resto no nos preguntan en nada, sólo nos anuncian recortes en sueldo, subidas de IVA, trancazos con el IPC, amén de malos datos en el desempleo. Al resto nos pueden ir dando por la “retambufa” si nos coge un retraso en un aeropuerto, y si te quejas es peor porque provocas tensión en el ambiente y eso repercute en pequeños temblores en la torre de control, fijo. A partir de ahora en los aeropuertos como en la biblioteca: silencio y de puntillas para no hacer ruido.
Está de moda lo del estrés, queda muy bien. Yo me pregunto qué estrés tiene un labriego que se levanta con el sol, un cabrero que conduce al rebaño, un obrero de andamio, o un cirujano que opera a corazón abierto. O usted mismo, sin ir más lejos al que los negocios le van regulín, o a usted que tenía preparada una oposición y las han congelado por culpa de la crisis que recortó los fondos públicos. Pues a nosotros no nos preguntan porque sería peor. Lo suyo es que pusieran controles de “estresemia” en las esquinas para que a través de la tensión y con un leve pinchazo en la punta de los dedos nos analizaran el nivel que llevamos. Les iba a dar igual porque ahora están por abolir los bollos en el patio del colegio y los estresados anónimos les importamos un colín, siempre y cuando el colín sea integral.
La prueba del estrés de los bancos, (que Botin me perdone), suena a preparativos de boda gitana cuando la matriarca sale con el pañuelo blanco manchado de sangre y lo enseña en señal de júbilo. Otro baile tribal que pertenece a la más antigua de nuestras tradiciones, una especie de expediente de pureza de sangre que se encargaban los cristianos antiguos para presumir de que no habían tenido roce con moros. Otro tanto ocurre con el estrés de los pilotos que se lo contagian entre ellos como si fuera gripe; acabarán trabajando con escafandras dentro de una burbuja.
Si tan buena salud tienen los bancos, lo suyo es que empiecen a dar de nuevo créditos y que fluya el dinero que está de luto, (pronto veremos euros negros). En cambio la salud bancaria no incide directamente en nuestra tranquilidad, por eso los banqueros se encargan de transmitir el mensaje de que el dinero no da la felicidad. En cambio la miseria ofrece inagotables argumentos para el misticismo, será por eso que no nos dejan tener estrés, ni quejarnos, ni siquiera un leve dolor de cabeza. Y con esa poca vergüenza nos miran a la cara.

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Los hombres de negro

junio 6th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Sí, me refiero a esos gañanes que se hacen acompañar de escoltas armados que nos miran mal, usan coche de cristales tintados y trajes oscuros, corbata llamativa y zapatos negros sin una mota de polvo. Da igual al país que pertenezcan, son una multinacional del latrocinio tecnológicamente avanzado. Ayer actuaron en Grecia, hoy en Hungría y quién sabe dónde harán “negocio” mañana porque su “rentabilidad” es básicamente la ruina de todos nosotros. Tipos sin entrañas que no dudan en maquillar las cuentas, en pagar a los bancos, y que encargan informes a la medida como el que se hace una chaqueta con cuatro botones. Con total impunidad utilizan el nombre de la democracia cuando pertenecen a la peor rama de los piratas y sin manejar el código ético de los que navegan por el caribe. Los mismos que al oler el miedo de los mercados asaltan las Bolsas con un cuchillo entre los dientes, sin hacer prisioneros.
Se saben tan impunes que ya ni disimulan; antes hacían los atracos con la cara cubierta pero ahora ni se ponen la media en la cabeza, salen en televisión dicen que equivocaron sus números y solicitan más ayuda de manera urgente. Pero lo que piden, en realidad, es una transfusión de sangre de los más débiles para que les paguemos la fiesta que se habían montado, (no tenían previsto llamarnos pero al parecer se les ha llenado el piso de mugre y alguien se lo tendrá que barrer). No será de extrañar que esos mandatarios paseen por Europa con unas huchas pidiendo para la clase dominante.
La estafa de Hungría deja en evidencia que esta Unión fue un timo montado a toda velocidad para que algunos listos se beneficiaran de las ayudas con la excusa de construir una Europa liberal sin fronteras, y cuando se les ha atascado la Visa a consecuencia de timar a tanto paisano inocente se han dado cuenta de que son pobres de pedir. Delincuentes con corbata y discurso oficial; se supone que algún día la gente se hartará de ellos y los sacará del coche a gorrazos, tal y como se hace con los sátrapas cuando se acaba su capacidad de engaño. Mientras tanto siguen usando esa apariencia de falsa democracia que les sirve como escudo protector para sus desmanes y, entre discurso oficial y foto de estadista, sacan el trabuco para ajustar sus cuentas y hacer caja.
Gente de poco fiar, bucaneros que usan las urnas como excusa y al votante como rehén. Podríamos recomendarles para las misiones tripuladas a Marte, a ver si con un poco de suerte nos los quitamos de encima y se dedican a estafar por la Galaxia. Ya que su condición de ladrones no la podemos corregir al menos que no los tengamos cerca. Estos chorizos son la octava plaga de Egipto.

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Mira quién baila

mayo 26th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

No sé si lo sabrán pero hace una semana estuvimos a punto de que los alemanes se hartaran de nosotros y nos enviaran, directamente, a hacer puñetas o lo que es lo mismo a seguir la final de ese concurso en el que bailan los famosos y la gente se queda embobada viéndolo. Hace una semana, mientras Rajoy contemplaba pasivo un partido de tenis en Madrid, y Zapatero tenía otro de sus momentos “zen”, estuvieron a punto de mandarnos a la inopia del futuro europeo.
El noble pueblo español, llamado “el respetable” según la maldad de algún crítico perverso, de nuevo permaneció ajeno a su destino y esperó que del cielo le cayera algún maná porque en el fondo creemos que nos lo merecemos todo. A efectos sociológicos nos comportamos como niños en el patio que juegan distendidos porque saben que alguien les estará haciendo la comida. De esta nos hemos librado, ya veremos la siguiente, pero de lo que no nos libramos es de una manera pasota de ver la vida que roza con patológicos rasgos de suicida. Antes de que los japoneses inventaran el “kamikaze” en España habíamos creado el pasota integral que confía en la divina providencia y en tomarse unas cañitas porque con él no podrá el mal fario. Pasotas, pancistas, vagos y redomados señoritos que nunca se han tomado en serio su destino. Lo siento: no tenemos remedio.
Uno experimenta cierta envidia cuando ve que los franceses tienen solucionado, desde hace dos siglos, el concepto de nación y aquí estamos con que la patria es algo “discutido” y “discutible”. Tan catetos somos que en lugar de ensalzar los méritos ajenos nos tenemos una envidia racial que raya con el absurdo y, en vez de aprender de la diversidad que nos une lo que hacemos es pelearnos en distintas lenguas.
El Senado va a crear un cuerpo de traductores para que se entienda esta torre de Babel. Espero que no trasladen a otras lenguas oficiales las palabras de la senadora socialista por Jaén, Adoración Quesada, que fue tan borrica como para afirmar que el desempleo no puede ser más alto porque la calle está llena de “bemeuves” y de parados que van a los toros y a las romerías.
Seria deseable que hubiera una reacción más contundente y un cabreo generalizado pero no, al revés, llega el buen tiempo y no nos va a jorobar el vermouth la señora Merkel. Amodorrados ciudadanos que se conforman con ser figuras del Museo de Cera. Eso: mira quién baila, mira quién no piensa, mira quién grita gol, mira quién se rasca la tripa. Y, mientras, mira hacia dónde nos vamos. No me gustaría acabar el artículo con una palabra que huela mal pero no tengo otro remedio, ya lo dijo Fernán Gómez en un momento de lucidez: “¡a la mierda!”. Ahí mismo.

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