Entradas en julio, 2006


«Yo quería ser el juez Garzón»

julio 3rd, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

«Me gustaría ser modelo de ser humano, por mis principios y fidelidad a lo que creo» / «¿Pasión por la Audiencia Nacional? Me interesaba ese tipo de delitos: terrorismo, tráfico de drogas, cohechos…» / «La modelo en sí no importa, (lo que piense, lo que tema). Mujeres sin alma» / «Pocas veces he sido de las sufridoras de la hora punta del Metro»

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RETRATO
Orígenes. Zaragoza, 1977. Currículo. Licenciada en Derecho, trabajó en un despacho de Derecho Mercantil, «algo que me apasionaba». En primero de carrera, encontró trabajo de modelo y se recorrió medio mundo. Desfiló en Cibeles, pero tuvo que optar por el despacho porque «trabajaba más horas que un chino». También ha presentado un programa cultural en La 2. En enero llegó a Madrid para trabajar de directiva en una constructora. Diosas de Papel es su primera novela. Aficiones. «Leer, viajar, nadar y montar a caballo». Debilidades. «Me empacho de chocolate a diario». Virtudes. «Inquieta, trabajadora y creo que muy alegre». Defectos. «Sensible en exceso. Los otros defectos que los descubran los demás».

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Pasó de desfilar en las pasarelas, y de quedar segunda en el concurso Elite, a un despacho de abogados, porque su vocación era el Derecho. Es la primera modelo que escribe sobre su sector: Diosas de papel. El mundo secreto de las modelos (Arco Press). Le han llamado de todos los programas rosas pero ella insiste en que no es un libro denuncia (no aparecen nombres reales) sino una obra literaria, «por eso no acudo a ese tipo de televisión».
Pregunta.- Si es «mundo secreto»: ¿por qué lo cuenta?

Respuesta.- Lo que he querido contar lo he hecho y lo que no para mí se queda. El objeto del libro es ser una novela, no una denuncia.

P.- ¿Tenemos idea de cómo es?

R.- ¡Hombre, se conoce! Pero se desvirtúa generalmente para mal. Muchas veces se mitifican como mujeres que o viven muy bien o se las machaca.

P.- ¿Un lujo con trampa?

R.- Sí, atrae, engancha, pero tiene un lado duro: cuando empiezas eres una niña que camina sola entre adultos.

P.- ¿Tuvo suerte?

R.- Entré en ese mundo no porque me gustara sino porque aproveché una oportunidad. Lo dejé porque ya había cumplido mis objetivos, (y porque no era número uno a nivel mundial, en ese caso aguantas).

P.- ¿Se fue sin rencor?

R.- Me marché al Derecho, guardando un buen recuerdo de la moda.

P.- ¿Modelo de qué?

R.- Me gustaría ser modelo de ser humano, por mis principios y la fidelidad a las cuatro cosas en las que creo.

P.- ¿Hacía espectáculo de la belleza?

R.- Por supuesto, la moda es un espectáculo en sí mismo, se vende la imagen.

P.- ¿No es lujo todo lo que brilla?

R.- Claro que no, también hay un lado oculto que uno puede rechazar o entrar en él. Pero quede claro que la moda no es una secta.

P.- ¿Nació siendo cisne?

R.- (Risas). Nunca lo he considerado así, eso que lo digan los demás. Tengo un hermano más pequeño; es mono.

P.- ¿De pequeña qué quería ser?

R.- Juez, sin duda, para llevar casos complicados (era súper repelente). Yo quería ser el juez Garzón, era mi mito infantil.

P.- ¿Pasión por la Audiencia Nacional?

R.- Me interesaba ese tipo de delitos: terrorismo, tráfico de drogas, cohechos… siempre he sido muy de principios.

P.- ¿Cuáles son?

R.- La lealtad a todo en lo que yo creo.

P.- ¿Se imagina con toga?

R.- ¡Jo no! Mi vida ha dado muchas vueltas, pero me apasiona el Derecho.

P.- ¿De Marlaska o de Garzón?

R.- Soy persona fiel: ¡de Garzón! (Risas). Hay que ser fiel aunque por el camino puedas cambiar de idea.

P.- ¿Su novela ofenderá?

R.- Nada porque no da nombres, es una creación. Sería estúpido por mi parte hablar mal de algo en lo que he trabajado.

P.- ¿Esclavitud bien remunerada?

R.- No… También te enseñan mundo, pagan bien, viajas. Eso sí, el sacrificio es rechazar a los tuyos.

P.- ¿Hay tramas ocultas?

R.- Como en todas partes, hay chicas que luchan por conseguir que les den una campaña. Algunas tiran de contactos; lo normal.

P.- ¿Conocer gente o mundo?

R.- Si conoces el mundo conoces a la gente, puedes hablar hasta con el portero del aeropuerto y saber cómo vive.

P.- ¿Tuvo grandes charlas con porteros de aeropuerto?

R.- Siempre que voy a cualquier sitio me gusta hablar con la gente de allí, me gusta saber cómo piensan.

P.- ¿Dice palabrotas?

R.- A veces. Hace poco me dieron un golpe en el coche y dije: «¡pero mire!».

P.- ¿La belleza es un arma?

R.- Que te puede hacer daño cuando quieres pasar desapercibida.

P.- ¿Mujeres sin rostro?

R.- Más bien sin alma, la modelo en sí no importa, (lo que piense, lo que tema).

P.- ¿Tan duro resulta?

R.- Puedes estar pasando el peor momento de tu vida pero en la foto creerán que vives en un mundo de belleza, fantasía y glamour.

P.- ¿Se habla ante el espejo?

R.- Me levanto como una locomotora, apenas tengo tiempo para verme.

P.- ¿Y si prueba a levantarse antes?

R.- ¡No! Hay que aprovechar y descansar.

P.- ¿En alguna pesadilla se ha visto fea?

R.- Todo el mundo tiene un día en el que está menos agraciado, ¡qué más da!

P.- ¿Puede pasar sin que le miren?

R.- Soy feliz siendo desapercibida, gracias a Dios no soy famosa y no me persiguen.

P.- ¿Qué está más lejos, la 42 o la Luna?

R.- Para mí la 42 no la veo lejana, muchas personas que me rodean la llevan.

P.- ¿Conoce la pasarela Metro, 8.30 am?

R.- No. Pocas veces he sido de las sufridoras de la hora punta del Metro.

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Las bicicletas son para el juzgado

julio 2nd, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A hora podemos tomar la dimensión exacta de la proeza de Bahamontes al ganar un Tour a base de cenar tortilla y desayunar café con leche mojado en croissant; todo un héroe. Cualquiera que tenga una bicicleta para salir los domingos de paseo puede darse cuenta de que los repechitos aunque se bajen con alegría de colegial se suben con penuria de cantero, mover las bicicletas como si fueran zapatillas de ballet no debe ser lo normal. En la llamada “Operación Puerto” están cayendo más ciclistas que concejales de Marbella, sin entrar en muchos detalles parece ser que había toda una red de draculines expertos en sacar sangre y renovar el organismo como el que ventila una habitación. Para su desgracia lo guardaban todo en un ordenador que ofrece nombres y dosis, la salud artificial rompe el saco y les joroba el negocio. Teniendo en cuenta lo que han especulado con la vida de los deportistas, me alegro de que les hayan pillado con la jeringa en la mano.
Los primeros indicadores de la existencia de la mafia del glóbulo rojo fueron la muerte prematura (cuando no el suicidio) de jóvenes corredores, algo anormal estaba sucediendo, no todo iba a ser producto del estrés de la competición y de las pesadillas del éxito. Algo olía a podrido en el mundo de los equipos ciclistas, aquello había dejado de ser un deporte probablemente después de que Induráin ganara su quinto Tour, y a partir de ese momento los equipos pensaron que era el momento de diseñar al corredor a base de trasfusiones oportunas. Si por medios naturales no podían acceder el podio no iban a dejar que la realidad les estropeara una buena carrera, mientras ellos daban pedales un bote de plasma se enfriaba en la nevera en el lugar donde se guarda el vino blanco.

Este año el pelotón de Francia correrá esposado, o bajo sospecha, o pendiente de una visita de la Policía cuando el hotel duerme. Las escapadas serán, etimológicamente, impecables: más de uno saldrá por piernas y más de dos mirará si le persigue el juez o el grueso del pelotón. Y lo peor de todo es que el ejemplo de sacrificio y de lucha que dan a la gente joven, se ha venido abajo. Cuando el deporte se diseña en un laboratorio en lugar de en una pizarra es que algo funciona mal tirando a pésimo.

De los cientos de libros que se han escrito para glosar la épica del ciclismo habrá que someter a cuarentena a más de la mitad. No eran héroes todos los que recibieron el ramo de flores y los besos de la victoria, y lo peor es que se envenenaron su cuerpo de tal manera que están condenados a griparse al primer esfuerzo. Fernán Gómez escribió que las bicicletas son para el verano, una fruslería comparada con la canalla del pelotón multicolor

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