Historias contadas en un sms

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La I Guerra Mundial empezó por la interpretación parcial de un telegrama, y es posible que la próxima contienda se origine por un mensaje de móvil, un “sms” cruzado. A un personaje de la vida pública española le delató enviar un escueto “te amo” a su mujer para que ella se diera cuenta de que se había equivocado de persona; él nunca habría escrito “te amo” a su mujer, (la paloma mensajera se metió en casa del buitre y fue devorada).
Tengo un amigo que recibió un “sms” pidiéndole consejo para invertir una cantidad de dinero y a punto estuvo de recomendar al remitente que lo diera todo a los pobres porque así su conciencia caminaría más tranquila. Hoy quién no recibe un mensaje equivocado es una persona muy extraña, los teléfonos móviles son tan pequeños y las agendas tan apretadas de números que resulta fácil poner a Diego donde dije digo. El habla de los móviles tomado como experimento lingüístico es apasionante, lo manejan mucho mejor los jóvenes, capaces de crear un mundo a partir de abreviaturas imposibles, condensan un libro en ciento veinte palabras. Es periodismo en estado puro: a la noticia y sin aditamentos.

El “sms” es el esqueleto de las palabras, las jibariza de tal manera que las reduce a pasta de caligrafía, poca cosa, extracto de zumo de sintaxis. Hay que saber manejar el diccionario de los móviles, iniciados no intentarlo. Pino Aprile escribió un libro magnífico “Elogio del error” en el que sostiene que los errores nos hacen mejores, según él la naturaleza no ha hecho otra cosa que equivocarse durante el largo proceso de la evolución. Más que estar aquí de milagro estamos por el error que provocó la casualidad que nos sostiene.

Hay cocineros excelsos capaces de desestructurar una tortilla de patatas, o unas lentejas, pero nunca le pidan a un poeta que haga “un soneto corto”, como dijo una locutora. Y si tenemos en cuenta que los sentimientos son más de los poetas que de los forenses del estilo, podríamos pensar que reducir un mensaje de amor a un “tq +” es un pecado contra el diccionario de la pasión. Luego añada usted el error y la opción incorrecta de teclado para terminar de fastidiar el asunto. Deberían pedir carnet de manipulador de teléfonos móviles como se exige carnet de manipulador de alimentos. No podemos permitir que el futuro de la paz mundial se tuerza por enviar “te amo” a la persona equivocada. Su error inició una carrera de equivocaciones cuyas consecuencias aún desconocemos. El desamor tiene un efecto mariposa alargado. Y, el amor, circula con cierta ligereza por los canales de lo virtual. Don Juan no abreviaba.

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