«No juego mucho a la Lotería»

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen. Madrid, 1970. Currículo. Licenciado en Ciencias Físicas, especializado en Astrofísica. Toda su vida laboral ha girado alrededor del Colegio de San Ildefonso. Fue alumno desde 1978 hasta 1984. En la actualidad es educador en esa institución y entrena a un grupo de seis niños y niñas que cantarán esta mañana en el sorteo de Navidad. Preside la Asociación de antiguos alumnos del Colegio de San Ildefonso desde el 2004. Aficiones. «Leer ensayo e irme con el telescopio al campo con mis amigos». Debilidades. «No saber decir que no». Virtudes. «La sinceridad, la espontaneidad y saber escuchar». Defectos. «Juzgar a las personas antes de conocerlas».

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El Colegio de San Ildefonso es probablemente la institución más veterana que tiene el Ayuntamiento de Madrid. Ya en un documento de los Reyes Católicos, de 1478, se hacía referencia a esos niños huérfanos a los que se debía ayudar. Juan Campo fue un interno y como manda la tradición cantó en el sorteo de Navidad. Un 22 de diciembre como hoy, de 1982, sus dedos sostuvieron el Premio Gordo ante las cámaras y su propio miedo escénico.

Pregunta.- ¿Le tembló la pajarita?

Respuesta.- Sí, sí, es una situación muy especial. La noche anterior dormí poco, como es tradición intentamos una travesura.

P.- ¿Qué tipo de travesura?

R.- Cada año era distinta, lo mejor era bajar a la cocina y zamparse un yogur.

P.- ¡Caramba, qué travesura!

R.- Lo que había que hacer para llegar a la cocina sí lo era.

P.- ¿Cómo personajes de Dickens?

R.- Casi, bajábamos las escaleras en comandita para intentar el saqueo de la despensa, normalmente nos pillaban.

P.- ¿Recuerda de qué era el yogur?

R.- Natural, siempre natural (risas).

P.- ¿Imaginó que cantaría el Gordo?

R.- No, todos queríamos cantar el Gordo, entre las parejas había mucha competitividad.

P.- ¿Qué número le hizo famoso?

R.- Lo recuerdo perfectamente, el 21.515.

P.- ¿Lo habrá jugado después?

R.- ¡Nunca!, (risas), nunca maix porque no juego mucho a la Lotería. Algo a la Lotería Nacional sí juego, pero a las otras, nunca. La Primitiva no le toca a nadie.

P.- ¿Cuánto lleva en este sorteo?

R.- Cien euros, tampoco es mucho.

P.- ¿Pilló algo de aquel Gordo?

R.- Me parece que fueron 125.000 pesetas del año 1982, que estaban muy bien. El año siguiente canté el segundo y el tercer premio.

P.- ¿En la vida ha tenido suerte?

R.- Yo tengo mucha suerte, (salvo la muerte de mi padre). Tengo una madre extraordinaria y he ido a parar a una gran institución, no me merezco tanto.

P.- ¿Es un hombre afortunado?

R.- Sí, porque todo intento mirarlo desde el punto de vista positivo. Hay que aprovechar al máximo la vida, es difícil que la materia se haga consciente.

P.- Es usted físico: ¿hacia dónde vamos?

R.- No creo en el progreso, el universo simplemente cambia.

P.- ¿Hay que trabajar en positivo?

R.- Hay que aprovechar las oportunidades y tomar las decisiones sin tener miedo a lo que ocurra después.

P.- ¿Dios le ampara?

R.- No soy creyente, pero la realidad es complementaria, una parte racional y otra irracional.

P.- ¿Cuándo se deja de ser niño?

R.- Nunca se deja de ser niño… nunca, nunca. Es la médula espinal de la sociedad. Por eso mantenemos esta asociación.

P.- ¿Se comportan como tales?

R.- Sí, sí. Yo veo a los niños de ahora y luego a nuestros compañeros de sesenta años y se comportan igual.

P.- ¿Cuando se reúnen cantan Lotería?

R.- ¡Nada!, cantar Lotería los mayores sería una falta de respeto hacia nuestros compañeros que están en activo.

P.- ¿Compañeros de bombo?

R.- Alguien dijo que los niños de San Ildefonso eran los funcionarios de Hacienda más jóvenes. Era broma.

P.- ¿Es un afinador de niños?

R.- Yo lo intento. La Lotería es una actividad por la que sobrevive el internado desde 1771, pero no es lo más importante. Lo es la labor educativa y el cariño de la casa.

P.- ¿Son la unidad de España?

R.- El internado de San Ildefonso sólo se cerró durante la Guerra de la Independencia, en la Guerra Civil hubo dos sorteos paralelos y en diciembre de 1939 volvimos a unirnos.

P.- ¿Existe algo parecido en Europa?

R.- No, allí no hay tradición de sacar niños en los sorteos.

P.- ¿La suerte toca al necesitado?

R.- No está mal la idea como modelo de reparto, pero la distribución de la riqueza la tiene que conseguir el Estado, no la suerte.

P.- ¿Para qué ser rico?

R.- Uno puede ser rico sin que le toque la Lotería, yo lo soy sin que me haya tocado.

P.- ¿Qué tiene un décimo?

R.- Emocionalmente depende de quién lo adquiera, para mí un décimo de Lotería es una parte muy importante de mi vida. También he cantado la Primitiva y la Quiniela, pero no es lo mismo.

P.- ¿Es igual cantar en euros?

R.- Era mucho mejor cantar en pesetas, mucho más musical.

P.- Usted que tiene telescopio: ¿existió la estrella de Belén?

R.- Sí, claro, ¡por supuesto que existió la estrella de Belén!

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