Fernando Sánchez Dragó

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Dragó es un escritor inmenso que además colabora en los medios de comunicación y no les tiene el asco que profesan algunos académicos que cuando ven un micrófono se vuelven airadas princesas en el exilio. Dragó lleva años haciendo radio y también televisión, y en todos sus programas deja el sello de español, utópico y sentimental; es un soriano de la cofradía de los Machado con una vuelta por la sartén donde se fríen las ondas hertzianas, paté de intelectualidad mezclado con un toque oriental de pacifista en la América que se quejaba de la Guerra de Vietnam. Fue tocapelotas del franquismo y pasó algo más de un año en la cárcel por su militancia en el PCE, ahora milita en su palabra que es la república de los que no tienen otra cosa. Dragó en el fondo es un antisistema que sabe comportarse en una cena de gala, por lo tanto muy peligroso.
En la desaparecida Radiocadena Española realizó un espléndido programa, El mundo por montera, al que dedicó un monográfico dedicado a la pasión por las motos que le valió un Premio Ondas y que debería estudiarse en las facultades de Periodismo. Luego se recicló de tertuliano porque no quería perder el contacto con la realidad de la que se evade al escribir Gárgoris y Habidis, o la reciente Muertes paralelas, entremedias se inventó un programa de libros excelso donde se puede hablar de todo (también de literatura), donde igual te monta una charla con autores jóvenes que una sesión de psicomagia con Jodorowsky o habla de Jesús de Nazaret como si hubiera estado en la mesa de la última cena.

Fernando sabe del oficio y nadie le va a quitar los galones ahora. Algunos se han extrañado porque vaya a presentar el informativo de la noche en Telemadrid. Quizá es el momento en el que alguien debería reformar el lenguaje aséptico de la información audiovisual, un regreso a lo que hizo Martín Ferrand en Hora 25, otra manera de utilizar el tiempo y la palabra que también es ritmo y hasta es posible que le encuentre el compás del bolero a la información científica. Quizá haya llegado el momento en el que los escritores hagan suya la síntesis de la información para adaptarla al lenguaje actual; en ese caso nadie mejor que él para manejar el barro del adjetivo y darle carne al sustantivo insulso que otros predican como manual de estilo. El escritor siempre ha sido persona comprometida con su tiempo y en la información Dragó va a encontrar razones para volver a tomar La Bastilla llegado el caso.

Se lo han puesto a huevo, le toca defender los toros, la libertad de dieta y la unidad de España y también contar los desmanes políticos que se convierten en la cosa nostra de cada día. Le han dado los argumentos para hacer un informativo de autor que luego él convertirá en novela. Que triunfes, tío.

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