Los sicarios del mal nunca descansan

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Un grupo de hombres de ciencia de todo el mundo han elaborado un informe sobre el cambio climático, el resultado del cuadro es preocupante. En lo que respecta a España vendrán las sequías, también se darán episodios de lluvias torrenciales, el mediterráneo se volverá más salado y desaparecerán las nieves. Ese cambio parece irreversible, tanto que según ?The Guardian? la American Enterprise Institute, (centro de estudios conservador a sueldo de una petrolera vinculada a Bush), ha ofrecido dinero a los científicos que pongan en tela de juicio el informe mundial. Han pagado una campaña de prensa para convencer a las moscas de que el insecticida es bueno para el brillo de sus alas. Mal debe estar la cosa cuando compran la mentira a precio de petróleo para luego encuadernarla con lomos de oro.
Parece que el ser humano, considerado la cúspide de la evolución, el ser vivo dotado de mayor inteligencia, será capaz de extinguirse gracias a su tecnología. Somos tan idiotas que nos mataremos por contaminar la tierra que nos parió en un acto de consumo suicida, con una alegría impropia; con una inconsciencia temeraria que nos llenará los pulmones de alquitrán si antes no nos llena la boca de llagas una sequía de bolas de serrín. El apagón de cinco minutos del pasado jueves mostró un mapa de Europa de gente poco concienciada con lo que se nos viene encima. Al Gore dio un aviso con un documental que ha sido tachado de tremendista. Lo cierto es que mañana hay previsto la publicación de otro estudio donde se dirá que no es para tanto y que la exageración es también un negocio. Los sicarios nunca descansan, el mal es una cadena de producción que necesita carne picada para seguir avanzando.
Muchas veces le he escuchado a Julio Anguita decir que a Marx se le pasó incluir los derechos medioambientales en el ?Manifiesto Comunista?, pero como dice el político cordobés en aquella época no podían ni pensar que llegaríamos a tanto. Quizá sea tarde para detener el cambio climático con manifiestos, eso también lo sabe el mal que acelera su trabajo y destruye las pruebas antes de que la ley les encuentre. Si no les dejan en el primer mundo se irán a contaminar un poco más lejos, pero las aguas las compartimos todos.
La batalla por la dignidad del medio ambiente dejará muertos en el camino, enfermedades inexplicables y tumores malignos, incluso desaparecerán especies de animales. Y, mientras, los sicarios del progreso mal entendido maquinarán en nuestro perjuicio. Sé que no descansan, por las chimeneas altas sale el humo negro de su respiración malvada.

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