El mohicano

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Alguien escribió, (en un alarde de imaginación creativa) que Puras era el último mohicano de los socialistas, a lo que otro le respondió: ?joder, ¡pues sí que dura el último mohicano!?, no faltándole razón. Hay últimos estertores que duran más que un traje de pana.
Así que Sanz, presidente de rebote, cuenta que hará un programa con ?guiños? a los socialistas. Es decir, al mohicano. Es decir, al que Zapatero le ha cortado la cabellera para incluirla en una hornacina en el panteón de mohicanos ilustres, junto a Rodríguez Ibarra, Sebastián, Simancas, López Aguilar y otros. En Moncloa pueden hacer un Cine de Barrio porque ya tienen suficientes cadáveres como para que una proyección resulte entrañable. Se contrata al pianista y a Carmen Sevilla y se ponen unos canapés de atrezzo y queda un producto sentimental y gastronómicamente insuperable.
Depuración viene de Puras, y hasta si me a-puran podemos hacer cuarenta juegos de palabras más, pero a él no le harán ninguna gracia porque cuando eres el último mohicano echas en falta a otros indios con los que platicar, (como se dice en el diccionario de Los Panchos). A Zapatero le ha dado por urbanizar la reserva para que no le canten esas canciones tan plastas que le recuerdan el disco de grandes éxitos de Labordeta.
Dicen en Ferraz que lo de Navarra es un éxito, ya es curioso. No debe ser muy sano acostumbrarse a perder. Es como en el chiste de aquel argentino que regresa de un coma de treinta años y le cuentan lo de las Malvinas. ?¿Cómo quedamos??, pregunta el porteño. ?Soberbio?, le responde el médico: ?¡fuimos segundos!?. Pues eso.

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