Buenos días, señora presidenta

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Por si aún llegaran a tiempo estas letras antes de que le reciban en La Moncloa, le envío algunas sugerencias a modo de guía espiritual. En primer lugar, pudiera suceder que el GPS de su coche tuviera borrada de la memoria el palacio de La Moncloa, (las cosas se estropean por el desuso). Pero es muy fácil, créame; usted sale de Sol y la quinta zanja de Gallardón siempre dirección oeste, no tiene pérdida. Esté al loro porque igual le han cambiado el nombre y figura como Le Palais du bon rollit. Recuerde que Zapatero después de la visita de Fillon se ha lanzado a recitar a Baudelaire con descaro. No estaría mal aparecer con un traductor; si él con el primer ministro francés estuvo a punto de causar una crisis, (con aquello de que se había arrepentido de regularizar inmigrantes), en su caso tampoco crea que hablar el mismo idioma le va a facilitar las cosas. Ni de cogne.

Si no entiende una frase usted levanta la mano, como en el colegio, y que se la repita. El presidente está en la etapa zen de su crecimiento espiritual y abusa de los adverbios de manera peligrosa, «enormemente», «eficazmente», «puntualmente», etc… (paciencia porque lo está dejando). Tampoco descarte que le lleve a correr por los jardines, así que ponga en la maleta del coche una mochila con las famosas zapatillas que permiten correr sin dejar huella. Y, si en el transcurso de su conversación notara que se extasia, tenga en cuenta que ha dicho que es capaz de leer un informe económico de manera simultánea con un libro de Gamoneda. Prodigio de hombre. Y, a menos de que el dispensario médico de La Moncloa esté abierto, no le pregunte por Solbes para no provocar una subida de tensión arterial. Usted haga como si la crisis hipotecaria fuera cosa de los norteamericanos. Si se pone fatal, y le diera un ataque de liderato, dígale: «Jose Luis, repite conmigo: ¡crecemos al cuatro por ciento, al cuatro por ciento!». Así hasta conseguir que las pupilas recuperen su tamaño.

Fijo que le pregunta por Rato; lleve un power point preparado y como en una mañana no le va a contar lo de Rajoy, usted se lo deja y que se lo aprenda en un par de tardes. No intente explicarle lo del número dos en su partido porque otra vez hay que avisar al sanitario. Si puede, pregúntele por la señora Alvarez, por qué mantiene ese cráter inactivo en la Puerta del Sol, ¿es una conexión subterránea con Pekín sur? A lo mejor es cierto que el Gobierno central invierte mucho en Madrid, pero todo va a parar a ese enorme desconcierto de agujero coronado por una valla: «Disculpen las molestias, estamos trabajando por ti». Que le aclare si el tuteo es parte de la Educación por la Ciudadanía, o falta de concordancia sintáctica. Y suerte.

Compartir:

Etiquetas: ,

Deja una respuesta

*