Con zeta de marzo

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Cháves nombró con su dedo a Zapatero, y éste (elegido como candidato en Fuenlabrada), le pasó el marrón a Solbes. Fue un acto por aclamación cargado de una alta densidad de cargos públicos, algunos venían a la tribuna de prensa a pillar sillas no fueran a quedarse de pie cuando acabara la música. Mucho rojo en el colorido, una gran Expo Rojo dominical. La misa de doce empezó con retraso porque se buscaba el efecto NBA: que la plantilla saliera de golpe. Decían que la noticia iba a ser que Sonsoles subiría a la tribuna por primera vez con su marido, y así fue. A falta de propuestas novedosas hay que fijarse en detalles: Fernández de la Vega es muy apreciada por la militancia pero Felipe González eclipsa, y eso que tampoco se deslomó en afectos. Lo segundo, una vez sentados, es que para mandar en el PSOE hay que llevar zapato negro, (como Zapatero, Blanco, Felipe y Rubalcaba), el resto se decantaba por un calzado más informal de fin de semana.
Cháves no defraudó; sigue sin concordar género y número lo cuál le da un efecto trapecista a sus frases que pueden acabar de cualquier forma, había cierto cachondeíto esperando alguna de las suyas. Para decir que somos abanderados de los derechos humanos soltó que somos abanderados de la derecha, luego le dijo a Zapatero que se podía presentar con la cabeza bien ?harta?, ?repito: bien alta?. Y se lío acerca de en qué lugar estamos de las potencias mundiales, del octavo pasamos al noveno puesto sin poder echarle la culpa a Luís Aragonés. En ese momento todas las zetas repartidas en el auditorio se pusieron juntas: zzzzz. Cháves concluyó.
Zapatero feliz: ?viviendo en este país no nos sorprende que no nos queramos morir?, y reía Bernat Soria que es el ministro de lo saludable. Su verbo destacó a Rubalcaba, a Fernández de la Vega, a Cándido Méndez, a Soria, a Blanco (con jersey verde de bachiller) y a Solbes. De él dijo que había ?nacido para esto? y que le pedía que siguiera en ?esto?, (por si tenía tentaciones de huir le comprometió en público). Los demás miraban con la esperanza de ser citados, de ahí algún gesto de cuello de López Aguilar, (bronceado de tanta oposición), o de Patxi López, sentados junto a un inusitadamente risueño Borrell. El más atento Zerolo que no perdió ripio, a su lado un Moratinos de rostro pálido por efecto del jet lag prolongado. Locuaz Cándido Méndez que le dió la brasa a Solbes.
El público tenía ganas de convertir el mitin en una charla interactiva y en ocasiones lo consiguió, una referencia al Concordato llevaron a Zapatero a responder: ?no nos metamos en asuntos complejos?, allí estaba la vicepresidenta que venía de brindar citando a San Agustín la noche anterior en presencia de la jerarquía eclesiástica. La misa laica de canonización del candidato concluyó con una lluvia masiva de papelitos blancos y rojos, un daño colateral al cambio climático.

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