La cuaresma de Zapatero

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El PP sigue empeñado en la laboriosa tarea de ponerse la zancadilla, una misión para la que cuenta con la inestimable ayuda de Juan Costa al que las ideas le florecen como genios salidos de una lámpara. Él, dale que te pego durante todo el día, pero luego viene la realidad y le chafa sus buenas intenciones.
De esa forma se meten en unos líos tremendos a cuenta de bosques como si la prioridad fuera encontrarle un hogar mejor a Caperucita, o en comentarios sobre cómo eran los camareros de antes. A Miguel Arias sólo le ha faltado decir aquello de: ?¡no sabe usted cómo está el servicio, oiga!?. La parte buena de tanto atropellamiento es que sólo queda un mes de campaña, un mes para que el quehacer de Juan Costa descanse de esta actividad intelectual continuada que consiste en pensar un mundo mejor, aunque de momento se quede en un mundo más cómico.

A Costa le ha salido un competidor que es el alcalde de Madrid. Zapatero le ha comprado el argumento de doña Cuaresma y como le divierte tanto le ha salido una sonrisa de talante. Para la campaña de defender la alegría Gallardón le ha dado munición al rival para que haga chanzas durante unos días.

Tanto Gallardón, como Juan Costa, seguro que no deseaban más que ayudar a su partido pero en este caso se cumple aquello de que ninguna buena acción se queda sin su justo castigo.
El cachondeíto con Doña Cuaresma es una rama que Gallardón pone en las ruedas de su partido. Nunca un discurso en el prestigioso foro de opinión de la Alegre Cofradía del Entierro de la Sardina tuvo tanto eco, habría que remitirse a las hemerotecas y no hallaríamos referencia tan festiva como ésta.

Un marinero novato sabe que antes de escupir hay que calcular por dónde viene el viento. El alcalde se ha equivocado de banda al lanzar lo de doña Cuaresma.
Dos entierros más de la sardina y viste a todo el PP de luto.

Compartir:

Etiquetas: ,

Deja una respuesta

*