El jeroglífico capitalino

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El día en el que Mariano Rajoy apioló al alcalde de Madrid de las listas fue una amarga noche para la política centrista pero un descubrimiento para la poesía universal. En aquel mítico ascensor de Génova, (que tanta gente ha visto bajar), el alcalde apretó a la letra M y desde entonces vive ?en el número 9, calle Melancolía?. Gallardón es tan verso libre que para buscar la inspiración se fija en Sabina que es uno de los que apoya a Zapatero. Podía haber sido peor: podía haberle dado por Miguel Bosé para dramatizar la letra de ?Don Diablo?. Dramatizar viene de exagerar los papeles, muy apropiado para ayer domingo que era el día de la Ópera, fecha señalada para los que se tienen por un Mozart incomprendido.
En el homenaje a Di Stefano, Gallardón hizo un discurso en clave para iniciados. Hay que leer entre líneas para escudriñar qué quiso decir al comentar que Raúl no está en las listas, (de Aragonés), pero que ya habrá ?otras listas?. Esta vez se ha metido en un jardín. Lo de Doña Cuaresma que tanto éxito tuvo en el mitin de Vista Alegre ahora lo convierte en las listas, y eso nos lleva a pensar quién es ?la lista? de Madrid. Además, el entorno donde lo realizó, la Ciudad Deportiva de Valdevebas, nos puede inducir a que el alcalde no habló tanto por el homenaje a ?la saeta rubia?, sino porque la proximidad al campo de fútbol le valía para dramatizar, (de nuevo), que está hasta las pelotas de listas y cuaresmas. Insólito panorama para un hombre del PP que no va a hacer campaña para su partido en Madrid, pero sí en Barcelona capital donde todo el mundo sabe que obtuvo un importante número de votos en las pasadas elecciones municipales. No se podía imaginar Rajoy al asomarse al hueco del centro que aquello fuera tan grande y tan insondable. ?¡Joder qué tropa!?, se le escuchó decir con el micrófono abierto.
Lo de Gallardón va camino de convertirse en materia de estudio de los egiptólogos, quizá si fuera menos críptico se le entendería más clarito y eso resolvería el jeroglífico capitalino del me quedo pero me marcho, me marcho pero aquí estoy. Cuando alguien se echa al monte del misticismo sólo otro místico le puede entender. Para ir de San Juan de la Cruz le hace falta una Santa Teresa que le entienda, (?nada te turbe/ nada te espante/ todo se pasa?, llevaba escrito en su breviario la santa).
Pero tampoco a la izquierda de Dios encuentra su reposo; por eso Zerolo le saca los colores cuando el alcalde se pone solidario con los gays. Zerolo sólo recuerda la incongruencia de quién es el jefe de Ana Botella, esa señora para la que gays y lesbianas se reduce a sumar peras con manzanas. Lo dicho: el mejor guionista de Zapatero es Gallardón el egipcio.

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