En la EMT huelgan las palabras

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Hace unos días falleció Edward Lorenz, pero eso no quiere decir que no esté viva su Teoría del Caos. En Madrid todo es posible. Mucho más cuando Pedro Calvo actúa de concejal ?recordman?, dispuesto a batir las marcas de Bermejo con la ?bermejada? de la Justicia. Al concejal se le complica la huelga de la EMT y el usuario empieza a tener ideas alternativas; más de diez minutos de espera en la marquesina avivan mucho el ingenio. Si esta longeva huelga fuera del metro, otro gallo cantaría, pero en realidad nos estamos dando cuenta de que sin autobuses tampoco se vive tan mal. ¡Qué remedio!: cuando aprietan estos chaparrones no nos vamos a quedar debajo de un poste que anuncia una línea que no circula. El madrileño tiene una imaginación sin límite, de ahí que hayamos sobrevivido a todo tipo de desastres administrativos, ya sea en su versión ministerial, autonómica o municipal. Es más, parece que la dificultad nos excita el intelecto, a mayor tamaño del marrón mejor solución encontramos.
Los sindicatos pactan con Pedro Calvo pero luego las asambleas mandan el acuerdo a hacer puñetas y vuelta a empezar donde lo habíamos dejado. Es lo que se conoce por un desastre de pirámide invertida: el concejal no controla el diálogo con los sindicatos, los sindicatos no consiguen transmitir las conversaciones a los trabajadores, y estos últimos desvencijan cualquier posibilidad de acuerdo. Es como si una excursión de sordos cruzara la M-30 con los ojos tapados cuando más tráfico hay, (en la cara de ninguno de ellos avistaríamos el peligro). El aviso es doble: por un lado los sindicatos se juegan su credibilidad desarticulada a la primera de cambio, y por otro el concejal se puede hacer una idea de que igual que sabemos vivir sin autobuses, tal vez podamos resistir sin concejales. Hágaselo ver pronto porque la ciudadanía anda levantisca.
Puede ocurrir que cuando acabe la huelga, (un día de éstos), los responsables de la EMT se encuentren con menos viajeros que antes de que comenzaran las hostilidades. El dato sería fatal también para los trabajadores, no deberían coger la misma ?línea? que Pedro Calvo, no les conviene llevar el mismo rumbo, sería nefasto para ellos.
Hace tiempo que no cruza una propuesta interesante las puertas de la cochera de Fuencarral, tanto como hace que no vemos circular autobuses por Madrid con normalidad. Da la impresión de que la huelga se ha enquistado de mala manera. Los ánimos de los usuarios están como las ruedas de los autobuses aparcados: faltos de que alguien les insufle entusiasmo. Me refiero a la presión, claro, pero también a la desidia por resolver una huelga añeja. ¡Cómo se nota que algunos no saben ni lo que cuesta un bonobús!

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