Granados en la Torre de Babel

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Decía una vieja norma del patio de colegio: ?si el dueño del balón resultara afectado de manera negativa por un comentario inoportuno, podría llevarse el mismo cesando toda actividad deportiva en el recinto de manera inmediata e irrevocable?. Traducido: ?si me cabreo me llevo la pelota porque es mía?.
De manera asombrosa el consejero Francisco Granados ha aplicado el conocido aforismo colegial a la Justicia madrileña de hoy. Para que el Ayuntamiento no saque beneficio alguno el consejero renuncia a la idea de construir una gran torre para los juzgados madrileños. Y, viéndose metido en una nueva Babel de codicia, ladrillo y especulaciones demoníacas, le ha echado la culpa a Alfredo Prada, (anterior consejero), como si la edificación hubiera sido un capricho personal porque a Prada le molara hacer parapente en Plaza de Castilla. Tremendo jardín vertical en el que se ha metido Granados; es más fácil que el madroño se abrace al oso que sacar los pies de ese tiesto con barro. Con tal de que el Ayuntamiento de Madrid no se ?lucre?, (textual), el consejero prefiere mandar el proyecto al rincón de las arpas abandonadas que decía Bécquer. Torres más altas no se han construido, pensará.
Da la impresión de que la vieja y entrañable ?amistad? de la Comunidad con el Ayuntamiento de Madrid prevalece por encima del criterio de un sentido funcional de la Justicia. Si a Granados le dicen que el suelo del portal de Belén es propiedad de Gallardón, la Virgen habría tenido al niño debajo de un puente. ¡Lo que hubiera cambiado la iconografía navideña, y la venta de belenes en la Plaza Mayor! Así que ahora coge el balón, se marcha y ya no hay torre en Plaza de Castilla. Y al que vuelva a preguntar por el rascacielos de las narices le suelta una colleja preventiva.

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