2008 y un segundo más

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Son las cosas que tienen los científicos. De repente alguien se ha dado cuenta de que hace falta prolongar un segundo este puñetero año de crisis, y lo van a hacer. 2008 va a durar un segundo más, y lo que me pregunto es en qué lo podemos ocupar, no podemos dejar que ese espacio de tiempo generoso que nos regala la ciencia pase sin pena ni gloria. Y recuerdo una cosa que decía Chumy al respecto del manido ?espíritu olímpico?: ?correr los cien menos en menos de diez segundos es una estupidez porque luego te sobra mucho tiempo y no sabes qué hacer con él?. Chumy era un sabio y con él compartí los últimos tiempos de ?Diario 16?, una vez estuvimos juntos en los toros donde me contó aquella historia del matador que no veía bien y para entrar a matar pedía a la cuadrilla que le trajeran las gafas de cerca.
Este segundo que nos sobra les viene a huevo a los autores de boleros que se han pasado dos siglos diciéndole al reloj que no marque las horas. En ese segundo que sobra Ane Igartiburu podrá ensayar el brindis de todos los años y podrá ajustarse el vestido que nunca es el del año pasado, (urge que TVE cree un museo con los traje de Ane). Con ese tiempo que nos han regalado podemos planear un viaje, leer un libro, tener un hijo o plantar un árbol; y los más osados pueden hacer las cuatro cosas a la vez porque todo es ponerse.
La actualidad de este año con un segundo más cambia bastante, por ejemplo a Bush le habrían dado con el famoso zapato, y Zapatero podría haber tenido tiempo para verbalizar la palabra crisis sin pudor ni miedo al qué votarán. Es como si la vida nos regalara un tiempo de cámara lenta donde las cosas tienen otro valor, una moviola que tanta falta nos hace porque siempre lo urgente puede a lo importante y así andamos de un fuego a otro sin tiempo para pensar cuándo nos pusimos las botas de bombero. La puesta de sol del día 31 de diciembre irá más lenta, quedándose la luz pintada en homenaje a Velázquez y a cuantos se extasían ante un cuadro que tiene cientos de años y aún sigue vivo.
Que cada cuál haga sus cálculos y anote luego en qué ha invertido estos granitos de arena de este experimento que nos han dejado en las manos. De vez en cuando la ciencia juega a los dados y ofrece una propina en forma de vacuna, de invento, o de tiempo extra. Pasarán muchos años hasta que tengamos que volver a readaptar el reloj y quién sabe si estaremos vivos para hacerlo, (sólo a los vivos les interesa el tiempo, a los muertos les dan igual los años porque pasado un siglo en silencio todo el resto del calendario es el mismo). El reloj tendrá un hipo y luego seguirá.

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