Madrid es muchedumbre

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Hace tiempo que dejamos de ser aquel caserón manchego para convertirnos en capital europea, quizá eso ocurrió cuando los patios de vecinos dejaron de oler a puchero para comenzar a oler a la moqueta de unos despachos alicatados. Ahora somos más de seis millones de almas, (inclúyase en la categoría a la gente “sin alma” que también la hay y tiene derecho a ser contada porque ocupan un lugar en el espacio, que es la definición que la Física da a cualquier objeto).
Desde el año 1995 hasta la fecha hemos crecido por puro placer, por la vía del contacto carnal y también por la llegada de la emigración. Somos un veintidós por ciento más y eso se nota de dos maneras: primero porque al “chiquillo” todas las infraestructuras le quedan pequeñas, (normal cuando se ha dado un estirón tan potente), y después porque coincidimos todos en los mismos sitios en igual momento. No hace falta ser un crack de la demografía, basta asomarse a las carreteras de acceso a Madrid cuando llega la hora punta; ni en una película de Cecil B. de Mille se habría conseguido desplazar a tantos extras.
Este dato que en otras épocas habría sido argumento del NODO para mostrar la prosperidad regional tiene su miga política. Si Esperanza Aguirre hubiera tenido estas cifras cuando se entrevistó con Zapatero habría elevado la petición de reparto por habitante; es más no se descarta que solicite nueva entrevista en Moncloa para actualizar el número de la población. Quién sabe si Zapatero corrió a admitir la subida del censo, con fecha del año 1995, no fuera a ser que Aguirre le pidiera otro pellizco más y así hasta llevarse los tapices del despacho.
Habría que analizar si somos muchos o somos multitud que son dos conceptos diferentes, en el primer caso parece que el caos pueda tener cierto orden pero en el segundo es cuando todo se nos ha ido de las manos. Habría que pensar si tenemos espacio para todos, ofertas de trabajo para todos y una buena calidad de vida para ese veintidós por ciento extra que ha venido a subir el nivel. Esto de ser “el rompeolas de las españas” tiene la desventaja de que te puedes ahogar por no caber en el bote salvavidas.

Compartir:

Etiquetas: ,

Deja una respuesta

*