La Escopeta Nacional IV

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En este lío de espías, espiados, sospechas y sospechados, chorizos y “chorizeados” sólo faltaba que apareciera Bermejo con la escopeta al hombro junto a Garzón en plena cacería. El sindicato de malvasías y somormujos de humedales van a presentar escrito en la Audiencia Nacional porque no están dispuestos a pagar los “patos rotos”. Lo que se ha perdido Rafael Azcona para escribir la cuarta parte de “La Escopeta Nacional”.

Bermejo y Garzón vestidos de camuflaje parecen de la familia Goyeneche, sólo les falta Luís Escobar echándoles la bronca y Sazatornil de ojeador de puesto. Se ha dicho que la coincidencia en la montería fue casual, y que no estaban afinando el tiro contra el PP. En honor a la verdad habría que darle un premio a Garzón por la capacidad de abrir sumarios, (aunque luego los resuelva por la vía de la escopeta de feria), y a la vez tener tiempo para el ocio.
Es de imaginar que llevará detrás dos secretarios, uno que le sirve de ojeador y le recarga las escopetas y otro que le va cantando los sumarios que le quedan pendientes.

Garzón lo tiene fácil, sólo con visionar las imágenes de los invitados a la boda de Alejandro Agag y Ana Aznar ya tiene para una buena cuerda de presos. Seguro que de eso hablaron Bermejo y él en la cacería del fin de semana. Bermejo le tiene tirria a Alvaro Pérez, el “bigotes”, porque es un punto más chulo que él y fuma puros delante de Fraga con impunidad.

El encuentro Garzón/Bermejo es memorable, ahora hace falta saber el nombre de la marquesa que preparó la merienda.

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