El talar sin talante serrano

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La bronca teológica acerca de si los calvos resucitaban con pelo marcó buena parte de las ponencias en la Iglesia durante la Edad Media, (Roma tuvo que mediar para que no se liara un cisma entre “apocalípticos y repeinados”). Hete aquí que esa discusión reaparece en nuestros días para preguntarnos si los árboles resucitan enteros o por trozos, en este último caso el Ayuntamiento de Madrid se podría salvar de su último “aboricidio”, un gesto poco amistoso con la función clorofílica y con el respeto a la vida eterna de los seres vivos.
Resulta que lo talado, talado queda, y salvo que el serrín pueda volver a convertirse en rama verde, Gallardón lo tiene muy difícil para salvar su alma de alcalde impoluto. Hay quién pensará que los ha podado para evitar que Tita Cervera se encadene a uno de ellos, o que ha contratado al “demonio de Tasmania” para que los tumbe antes de que el personal se de cuenta de la operación serrucho. Pero esos árboles de Serrano no son de los que impedían ver el bosque sino de los que dificultaban el acceso de marquesona que se bajaba del coche para entrar en la joyería, inocentes seres vivos que tuvieron la desgracia de ser plantados en zona de alta especulación urbana. Se habían librado de los aluniceros, de los perros que les mingitan, y del pijerío vecinal telojuroporsnoopy. Se habían librado de los cables de la luz, de los palomas y de los tubos de escape, (es verdad que tosían pero apenas muy bajito). Así hasta llegar a Gallardón que los ha mandado al pairo sin importarle que eran unos troncos de toda la vida, compañeros urbanos de lo más solidarios.
Algún experto municipal con “talante” les ha aplicado la memoria histórica a unos árboles que fueron plantados durante el franquismo, ¡caramba qué prisas tienen algunos por cortar por la raíz con su pasado franquista! Han caído por la espalda, con las ramas en cruz y talados al amanecer tras juicio municipal sumarísimo en el que no contaron con abogado defensor. Otro tanto hicieron con los de la M-30 aunque luego repoblaron con un millar de pinos tísicos lo que se ventilaron junto al río. Primero tala, luego arrepentimiento y más tarde acto de sembrar arbolitos con su correspondiente foto oficial.
Aplicando la doctrina Cobo se puede decir que los podan porque para eso les han votado, argumento demoledor como para tumbar un pino.

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